Créditos al autor: Arminius
El comedor principal era muy amplio. Generalmente la familia Hyuuga se reunía a cenar en él, cuando el líder, los ancianos y cada cabeza de familia tenían alguna celebración por realizar. En el clan Hyuuga, las decisiones más importantes se cocinaban en la sala privada del líder Hiashi, y se servían en ese comedor durante las grandes reuniones. Allí se informaba de los acontecimientos, allí se decidía el destino de los jóvenes y sus compromisos.
Todo empezó normalmente, la muchacha estaba vestida con un kimono gris de entrecasa y tomaba su día de descanso, luego de varias semanas en rudo entrenamiento. Había estado demasiado cansada para formalidades días atrás. Entrenaba en las tardes en el patio con otros miembros del clan, incluida su hermana pequeña como siempre. Pero además había agregado un ríspido programa de combates y prácticas por las mañanas. Esto lo hacia fuera del clan, y su compañero de lucha no era otro que Sasuke Uchiha. Hinata había observado ya hace tiempo, que cuando algún Shinobi o Kunoichi hacía referencia sobre Sasuke Uchiha; lo hacían desde un piso de respeto, mesclado a desconfianza. Algún que otro Hyuuga que participó en misiones con Sasuke, dejaba entrever que no pudo descansar correctamente junto a él. Como si esperaran del moreno una nueva rebeldía y traición.
Esto no era lo que Hinata sentía personalmente.
Cuando estaba con Sasuke, la muchacha se sentía completamente normal. En muchos aspectos, el Uchiha se parecía a su compañero Shino abúrame. Silencioso, tosco, y serio hasta para respirar. Sin embargo, Hinata tenía una imposibilidad manifiesta para verlo como a un traidor. ¿Por qué? ¿Porque le estaba ayudando, aun sin admitirlo, a entrenar? ¿Porque Sasuke consentía compartir uno que otro almuerzo con ella? ¿Porque se habían acostumbrado a hablar sobre cosas privadas con el otro?
No, en realidad no tenía que ver con eso.
Lo que Hinata sentía, lo que veía cuando él estaba cerca, era un hombre que ya había aprendido la lección sobre las consecuencias que acarreaba haber hecho lo que hizo hace tiempo. Sasuke estaba molesto con la situación, pero no existían dentro de su personalidad cosas como el arrepentimiento o las disculpas. Tal vez podía admitir ante sí mismo que se había equivocado, pero jamás lo haría ante otros. Como respuesta a ese defecto, el moreno tenía una voluntad de hierro para resistir que le desconfiaran todo el tiempo. Además, Hinata sabía lo que Sasuke había perdido, y aun lo que todavía perdía en pago por su traición. Por ende, era muy improbable que lo volviera a hacer.
-Hinata-hime....-escuchó la voz de un anciano que la sacó de sus pensamientos- han llegado algunas propuestas interesantes para concertar una unión matrimonial.
Miró los documentos expuestos frente a ella en la mesa. Sin ningún gesto que delatara la profunda decepción que le llenaba el corazón. Recordaba una situación de hace dos días, se cruzó con Naruto y hablaron durante algunos minutos. Él estaba feliz, era tan dichoso que no podía disimularlo. Hinata al principio había pensado en invitarlo a cenar nuevamente. Sobre todo cuando pudo notar que su estado físico estaba mejorando. Lo hizo, finalmente en medio de la charla. Tal vez Naruto estaba entrenando para volver a ser ninja, tal vez había una posibilidad de...
-Por ahora no puedo Hinata...-declaró Naruto ese día disculpándose- estoy algo ocupado y generalmente me duermo temprano.
"ocupado" Naruto-kun estaba con Sakura-san. Hinata lo sabía, le dolía mucho pero lo había esperado. ¿Cómo podría Sakura-san evitar enamorarse de Naruto-kun? ¿Cómo se resistiría a su dulzura, a su valentía y amabilidad? Hinata no podía culpar a Naruto, jamás le había prometido nada, jamás la engañó diciendo que pensaba en ella o siquiera en darle una oportunidad. Podían ser amigos, tal vez con el tiempo de conocerse buenos amigos en realidad. Pero pareja nunca, porque no existía pareja en donde solo ella quería. Hinata no era la segunda opción para Naruto, porque en realidad, él nunca tuvo en vista una segunda opción. El asunto era, ¿Sakura-san lo elegiría? ¿O por el contrario continuaría su compromiso con Uchiha Sasuke?
-el muchacho del clan abúrame es un buen candidato –dijo su padre Hiashi sacándola de sus pensamientos- su clan es respetado y la oferta de dote es aceptable.
Hinata bajó la vista perdiéndose en los documentos. No estaba leyendo nada, solo fingía leer. No estaba de acuerdo con las decisiones sobre su futuro pero no sentía poder para negarse. Su padre siempre le había parecido intimidante, siempre había hecho exactamente lo que Hiashi Hyuuga ordenaba. Hinata no quería casarse con ninguno de los candidatos en esos documentos, pero su furiosa negativa estaba anudada en su garganta y se resistía a salir:
"-¿Qué tanto problema tienes con tu padre? – Pudo recordar las palabras de Sasuke en su mente- si no te quieres casar, no te casas y ya. Eres suficientemente fuerte y reconocida como para tomar tus propias decisiones Hinata."
Las palabras de Sasuke llegaron desde lo más profundo. Su voz era firme y determinada, en él no había atisbo de duda o timidez. Hinata por lo general se sentía muy indecisa para actuar en determinadas ocasiones, admiraba de Sasuke exactamente eso, que el moreno fuera sólido para decidir. Sabía que debía hallar la forma de eludir el compromiso, sabía que no quería terminar casada con alguien que no amara.
"-tú tienes la posibilidad de imponerte. No le debes nada a nadie, no cometiste traición, o firmaste acuerdo alguno."
-Hinata-hime....-intentó el anciano una vez más- ¿le parecería bien una reunión con el joven abúrame para la semana entrante?
Hinata no respondía, su vista estaba perdida en los documentos pero aun así pensaba en otras cosas. Quería ser una buena Kunoichi, no alguien que se tuvo que casar para justificar su utilidad con el clan. ¡Ella también era una Hyuuga! ¡Ella también era una guerrera digna de respeto! Si Sasuke Uchiha la respetaba al punto de entrenar con ella, Hinata se creía capaz de enfrentar a cualquiera.
"-lo único que debes hacer....-dijo el moreno fríamente- es actuar como lo haces en batalla. Cuando tu miedo desaparece y solo tu instinto te guía. Cuando tus golpes son mortales y tu velocidad adecuada. Ataca, y sobre todo... decide tu destino."
-aceptaremos la reunión con los Aburame, -señaló Hiashi ante la falta de reacción en su hija mayor- creo que es lo mejor, que te comprometas para fortalecer los lazos de nuestro clan y...
-No padre....-elevó la vista Hinata con decisión- no voy a ser parte de un acuerdo. Soy una Kunoichi, quiero seguir mi propio camino y formaré una familia con el hombre que yo elija. A su debido tiempo.
-Hinata-hime usted no puede....-intentó sorprendido uno de los ancianos.
-Soy una Kunoichi, -voy a repetir con fiereza en la mirada- tengo el derecho de pelear por mis deseos.
-Yo soy el líder del clan y tu padre también....-reclamó poniéndose de pie Hiashi- hemos sufrido rudos golpes en la guerra pasada y debemos recuperar posiciones en la villa. Hinata, tienes una obligación que cumplir.
-la tengo....-asintió la morena- soy una Kunoichi y orgullosa integrante de esta familia. Pero mi corazón es mío, mi cuerpo es mío. Todo lo que represente entregarlos, lo defenderé con mis puños. Buenas tardes....-hizo una reverencia y se puso de pie para irse del lugar.
-¡Niña! –Gritó uno de los ancianos furioso- ¿conoces las consecuencias de tu insubordinación?
-Si pretenden forzarme a lo ya negado, -señaló la joven sin voltearse a verlos- combatir es el camino. Y lo haré con todas mis fuerzas.
Hiashi no dijo nada. Mientras alrededor suyo todos los ancianos hablaban aireados de como castigar a la princesa. Mientras anticipaban calamidades inimaginables si el resto de los jóvenes actuaba de esa forma. Lord Hiashi Hyuuga tuvo que luchar muy duro contra sus propias ganas de sonreír. Justo él, que siempre había seguido estrictamente cada precepto del clan, justo el que era un culto a la rectitud y al seguir de las normas. Había visto en su hija mayor algo que jamás espero conocer. Vio en sus perlados ojos una nueva luz. Un camino abierto, una determinación capaz de sostener sus palabras con acciones. Algo le había pasado a la bella y tímida princesa para transformarse en una guerrera. Y ese algo, le hacía madurar, le hacía ser capaz de liderar al clan en un futuro.
-interesante....-susurró tenuemente el líder del clan Hyuuga.
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-Naruto.....ah...Naruto...Onegai...
La esponja recorría la espalda de Sakura con una mescla de suavidad y pasión que ella no podía pensar en nada más. Había cometido el gran error que no trabar la puerta del baño. Durante semanas jamás había olvidado el detalle, pero esa tarde donde no debía ir al hospital por tener día libre, lo pasó por alto tal vez inconscientemente. Se sentía cansada del entrenamiento con Naruto, cada vez se desgastaba más y eso no era malo. Significaba una mejoría en las habilidades del rubio y un avance del plan. Pronto Naruto comenzaría a comprender que su vida y felicidad era ser lo que siempre fue. Un Shinobi, un ninja hijo de ninjas. Aquellos que amaron y defendieron Konoha con sus vidas.
Naruto aprovechó el descuido de Sakura y se metió al baño tratando de ajustar cuentas con su bella doctora, sobre la noche que ella le jabonó la espalda haciéndolo "sufrir" bastante. Por supuesto al inicio hubo gritos, jabones volando y resistencia. Naruto supo quebrar esa fina corteza, y terminaron haciendo el amor apasionadamente. Siempre terminaban así, como si quisieran recuperar rápidamente todo el tiempo que perdieron dudando y esperando.
Ahora estaban dentro de la bañera, ella sentada delante regalándole la retaguardia a su pareja. Naruto no perdió la oportunidad de recorrer el cuerpo de su mujer célula por célula con la fina esponja de redes. Ella intentaba mantener la compostura, pero las caricias de Naruto enervaban sus sentidos y sensibilizaban su piel al punto de mantenerla latiendo por más. Las manos traviesas del rubio exploraron zonas que avergonzaban a Sakura hasta hacia pocas semanas. Pero ahora justamente no estaba demasiado preocupada por que Naruto la mirara sin nada puesto. El muchacho había comenzado a domar ciertas inseguridades en su mujer y ahora ella se sentía más sexi que nunca. Sakura sabía que sus pechos no habían crecido todo lo que hubiera deseado. Pero lo que hace poco tiempo atrás era "insuficiente". Ahora había mutado al carácter de "adecuado" y eso la hacía sentir exclusivamente bella.
Había pocas cosas que apasionaran a Naruto tanto como devorar ramen. Pero definitivamente en su lista, existía un nuevo ganador. Eso era tener entre sus brazos prisionera a Sakura Haruno. Acariciarla y besarla suavemente. Tenerla indefensa entre los mimos ardientes y escuchar de sus labios pedir por más. Naruto nunca había creído demasiado en esos asuntos del cielo y el infierno. Pero ahora estaba casi convencido que estar con Sakura-chan haciendo el amor, era lo más cercano al paraíso que podía existir.
Sin embargo, Naruto sentía que algo estaba mal en ese Edén. Que no debía ocultar de los demás la relación que tenían actualmente. Naruto pensaba que Sasuke no vería con buenos ojos romper el contrato. Y todavía sería peor si llegaba a enterarse la exacta e íntima relación que Sakura y Naruto tenían. La pelirosa le había hecho creer que no pensaba igual. Le había dicho a Naruto hasta el cansancio que Sasuke solo había firmado ese acuerdo para salvarlo. Que en realidad no estaba interesado en ella, que solo eran apariencias para evitar que las estúpidas niñatas lo acosaran en todo tiempo y lugar. Sin embargo, lo que impulsaba a Sakura para no decir nada por el momento, era el presentimiento que Sasuke no tomaría nada bien el rechazo al acuerdo. Y sumadas a las ganas de pelear con Naruto, podía derivar en una tragedia. Por esa razón debía recuperar el nivel de pelea el Uzumaki. Para poder hacer frente a lo que sea.
Sakura era muy consiente que podía defender a Naruto de quien fuera, a excepción de Sasuke. Era uno de los pocos ninjas que podían derrotarla en combate aun usando las técnicas de acumulación y explosión aprendidas de Tsunade-sensei. Sasuke además contaría con la fatal ventaja de tener la disposición de Naruto para pelear. Sakura era consiente que Naruto no dudaría en enfrentar al moreno por causa de ella. Era por ella misma que Naruto siempre había cometido las peores locuras. No quería perderlo, no soportaría perderlo. Eso jamás lo permitiría.
-no Naruto.....AH......-gemía apoyando el cuello en un hombro del rubio- no ahí....ya lo hicimos hace rato...
La mano derecha de Naruto se acomodó entre los muslos de la chica y con sus dedos acariciaba la palpitante entrada con osadía. Ella no encontraba fuerza para impedirlo, más que articular palabras sin peso. Incluso sus brazos se estiraron hacia atrás rodeando el cuello del hombre en una forma de entregarse completamente a la perversión. Su espalda se apoyó en el pecho del joven, necesitando el contacto y permitiéndolo. ¿Para qué negar que estuviera excitada? ¿Cómo evitar que esos dedos la invadieran cuando ella ardía de deseo? Las experiencias sexuales eran cada vez mejor y mejor. Ambos iban aprendiendo como hacerlo, iban manejando con más habilidad los puntos sensibles del amante. Esto derivaba en horas de interminable sexo, tanto que Sakura comenzaba a faltar bastante seguido al trabajo, o llegaba demasiado tarde para su costumbre.
Sobre este punto, no le quedó más remedio que confesarle todo a Ino.
Fue algo inevitable ya que era la rubia quien cubría sus faltas sin pedirle explicaciones de nada. Era también Ino quien inventaba excusas ante cualquiera que la buscara a Sakura, y terminaba por salvarle el cuello al menos una vez por día. La pelirosa no hubiera querido ventilar absolutamente nada sobre sus asuntos con Naruto. Pero visto que Ino era bastante pervertida y de ideas raras. Terminó por servirle de experiencia extra, algunos consejos que surgieron de esas charlas.
-ah....ah....Naruto Onegai...déjame ir.... –rogaba ella, aunque nada dispuesta a que el asunto terminara.
"Rogar, es algo que pone locos a los hombres frentona" había dicho en alguna ocasión la cerda. Así que Sakura solía rogar al oído de Naruto, pero mostrándole que no le disgustaba para nada lo que estaba ocurriendo. Y así entre otras cosas, comenzaba a vivir como una pareja normal, se pasaban casi todo el día juntos, y comenzaba a desear que incluso por las noches ella no abandonara la casa Uzumaki.
-te quiero aquí esta noche Sakura-chan...-susurraba Naruto en el lóbulo de la joven y la frotaba más duro- te quiero en mi cama.....toda la noche.
-no podemos.....mis....padres....
-terminemos con esta farsa entonces. –respondió el sin dejar de tocarla- hablare con ellos, hablare con el teme, hablare con Kakashi-sensei si eso hace falta. Se mía.....te lo suplico Sakura-chan.
-yo soy.....-gimió Sakura que se liberó del agarre y girándose rápidamente abrió sus piernas para montar a Naruto de frente, logrando así la penetración- yo soy....SOY......AHHH......YO SOY......AH.
-DILO MI AMOR....DILO DE UNA SOLA VEZ...NECESITO OIRLO DE TUS LABIOS.-gritaba Naruto tomándola con rudeza de las caderas y moviéndola de arriba hacia abajo sin contemplación.
-SOY.....SOY TUYA......LO SOY......AH......AAAH.....AHH.... –respondía Sakura rodeando con sus brazos el cuello de su pareja.
Y continuaron así durante horas. Era inevitable que pronto Naruto quisiera tenerla completamente. Porque deseaba que fuera suya. No una hora, no por un almuerzo, no para entrenar. Suya completamente, suya por todas las horas, entrenando, cocinando, en el baño y en su cama por las noches. Solo la quería a ella, y estaba dispuesto a lo que fuera necesario para que ese deseo se cumpliera cuanto antes.
Abrazados, con el agua a la altura de las caderas, subiendo y bajando.
Suya para siempre.
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La invitación tomó a varios por sorpresa. Una cena en la remodelada mansión Uchiha no era algo que todos pudieran esperar en un futuro cercano. Los compañeros de la generación fueron invitados, y también los antiguos Jounnin sensei, tuvieron su propia invitación. Las luces, la comida, parecía que el clan Uchiha había revivido por esa sola fiesta. Fue una sensación muy extraña para los visitantes, pero el tiempo cura muchas de las heridas y varios estaban dispuestos a dar una última oportunidad a Sasuke. Y para los que aún no confiaban, cedían ante la interna excusa de acompañar a sus amigos.
Sakura en los días previos había intentado asistir a Sasuke en la preparación de su cena. La realidad era que no quería pelear con él. Seria desagradecida sino recordara que por causa de Sasuke, ella pudo tener el tiempo y las plantas que terminaron por curar a Naruto. Le debía eso, le debía su amistad y le iba a pagar. Por supuesto Ino y sorprendentemente Hinata, aportaron ayuda para organizarlo todo. De la rubia Yamanaka se podía esperar asistencia porque era amiga de Sakura. La pelirosa le había pedido una mano y siempre encontraba apoyo. ¿Pero Hinata? ¿Por qué Hinata Hyuuga estaba ayudando a Sasuke?
Al principio, los días previos a la noche de la cena, Sakura observó con disimulo la acciones de la joven de ojos blancos. Tenían una relación cordial con el Uchiha y hasta parecía que habían estado entrenando juntos por algún tiempo. Esto sorprendió a Sakura, pero en cierta forma le aportó algo de alivio. Hinata era una mujer muy bella, era tierna y considerada. También tenía una excelente aptitud para ser esposa. Se notaba que conocía más de cocina, limpieza y arreglos en la mansión, mas allá de lo que Ino o Sakura podían alcanzar. Fue Hinata que preparo casi todo, tanto Sakura como Ino estuvieron aportando solo fuerza de trabajo y asistencia. Veían a la muchacha Hyuuga muy contenta, y cuando Ino pregunto la razón de estar ayudándolo, Hinata sonrió suavemente y respondió:
-Sasuke me ha ayudado mucho más, de lo que yo podría hacer por él.
Las tres jóvenes estaban en la cocina preparando la comida, cuando hablaron sobre ese asunto. Ino inicialmente pensó que entre Sasuke y Hinata podía existir algo íntimo. Pero luego observó como la muchacha Hyuuga tan solo sonreía con serenidad, en lugar de sonrojarse violentamente. Eso marcaba que la relación que tenía con Sasuke no era de pareja.
-Por el momento... –fue el pensamiento de Ino, con una pícara sonrisa.
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Algunas horas después, cuando la noche se hizo presente en la aldea de la hoja, todos los invitados vestidos con elegantes kimonos o perfumadas yukatas, asistieron a la cena para de una vez por todas, reanudar las relaciones diplomáticas con el clan Uchiha. Faltaba exactamente dos semanas para la finalización del acuerdo entre Sasuke y Sakura. El moreno sabía que se jugaba las últimas cartas en predisponer mejor a su "novia", para que se convirtiera en su esposa. Tal vez hacerle la propuesta formal en la fiesta y frente a todos seria el toque definitivo para que ella aceptara. Pero luego decidió que sería mejor conversarlo íntimamente, para luego dar un anuncio oficial.
Tanto Sasuke como Hinata, quienes habían estado hablando sobre el asunto durante semanas pasadas. Concordaron que la razón por la cual Sakura no quería continuar con el compromiso era la falta de intención que veía en las acciones de Sasuke. Sumada a la situación de Naruto que la había necesitado como nunca los últimos meses, le hacía a la pelirosa elegir cuidar al rubio Uzumaki, que quedarse en un compromiso sin intención. Pero si Sasuke se predisponía mejor, ella aceptaría porque nada había demostrado que estuviera con alguien más.
Esa tarde antes de la cena, Hinata fue a la casa Uzumaki y trató de invitar a Naruto para la reunión. El rubio ya había estado discutiendo con Sakura por tan acontecimiento, le pateaba el hígado que ella tuviera que simular ser novia de Sasuke esa noche. Que la pelirosa estuviera con otro hombre aun por una cena, a Naruto le resultaba difícil de digerir. Hinata intentó convencerlo de asistir, Naruto en principio se negó aduciendo que sería mejor no enredar más las cosas. Él no quería ilusionar a la joven estando con ella, pero la chica insistía, tal vez presintiendo que si Naruto observaba en primera fila como Sakura se comprometía definitivamente con Sasuke, ella podía tener su oportunidad.
-escucha Hinata...-se rascaba la cabeza Naruto no sabiendo cómo explicarle la situación sin herirla- la verdad no siento que estaría... "cómodo" digamos.
-¿pero porque no estarías a gusto? -consultó la chica- todos tus amigos tienen invitación.
No iba a estar a gusto porque Sakura no sería su pareja. No por esa noche, no por el momento. Eran las reglas de un juego que nadie había elegido pero aun así debían cumplir. Por muchas razones Naruto sentía que no era necesaria su presencia. Sin embargo, en honor a la verdad hubiera asistido de no mediar la invitación de Hinata. ¿Cómo podía mantener la distancia con la joven Hyuuga si iba con ella a la cena? ¿Cómo podía hacerle entender que los sentimientos no eran mutuos? ¿Qué la apreciaba, pero jamás podría corresponderle?
-Hinata...-dijo con voz profunda como jamás la joven lo había escuchado- no sé cuánto sabes sobre lo que en realidad pasa entre el teme y Sakura-chan. Pero cualquier cosa que creas sobre ellos, estas equivocada.
-¿Qué quieres decir Naruto-kun?
-quiero decir.....-Naruto se acercó a ella suavemente y su voz se llenó de compasión- que mi corazón ya tiene dueña. Lamento que eso no sea de tu agrado. Pero no puedo darte lo que hace mucho tiempo, no me pertenece. Lo siento mucho Hinata.
La muchacha al fin lo comprendió todo. Sakura no había estado visitando a Naruto por amistad, Sakura no había estado evitando a Sasuke por la frialdad del moreno. Lo que en realidad ocurría era que todo estaba definido, que ellos ya habían.... ¿qué tan lejos habían llegado realmente?
-ustedes....-consultó con voz deprimida Hinata- ustedes...han....
-si...-asintió Naruto que no sabía cómo explicárselo sin herirla mas- Sakura-chan y yo, estamos juntos. Tomamos una decisión, una que nos hace felices.
Hinata comenzó a llorar, sus ojos se empañaron y sus manos comenzaron a temblar. No sentía tanto dolor desde que vio morir a su primo Neji. Pero no era dolor por su amor perdido, no era dolor por al fin tener la certeza que Naruto jamás seria suyo. Lo que le producía esa sensación, era estar completamente segura que Sasuke causaría una gran desgracia al ver sus ambiciones desmoronarse. Estar segura que el Uchiha buscaría pelear contra Naruto. Y que lo mataría por limpiar su honor. Eso destruiría la vida de todos.
-¿Cómo pudieron...? –Susurró asustada- ¿Cómo fueron tan inconscientes? ¿¡No sabes cómo reaccionará Sasuke!?
Naruto sonrió con pena, él sabía exactamente cómo iba a reaccionar Sasuke. Pero Sakura-chan había dicho una y otra vez que al moreno no le importaba el contrato, ni ella. Que todo era cuestión de apariencias, que nada iba a ocurrir. El instinto de Naruto estaba en contra de esas palabras. El amor, la traición, el honor, una batalla. Él sabía que tarde o temprano tendría que enfrentar a Sasuke. Había un precio que pagar. Pero sucediera lo que sucediera, las semanas pasadas junto a Sakura habían demostrado, que valía la pena correr el riesgo.
-no quiero que te entrometas Hinata...-señaló Naruto- déjanos en paz. No hay nada que puedas hacer para evitar lo que va a pasar.
-¿Cómo puedes estar tan seguro que Sakura-san no va a elegir a...? –Indicó desolada la mujer- porque esta noche, ellos...
-no importa lo que esta noche suceda, -anunció Naruto caminando por su propio comedor tratando de mostrarse tranquilo- yo la amo y si Sasuke la reclama, tendremos que luchar. Así está destinado, así desde el comienzo. Es inevitable.
-no puedes enfrentarlo, -susurró preocupada la joven- no puedes vencerlo. Tú no puedes...
-es mi elección Hinata. –Definió el rubio, pero luego su gesto serio, mutó a una suave sonrisa- descuida...no pienso matarlo. Ahora ve, disfruta de la fiesta.
La hizo sonreír, ¿Cómo podía hacerle sonreír en un momento tan tenso? ¿Cómo podía tener esa confianza? Naruto ya no tenía el poder de Kyuubi. ¡Por Kami ni su antiguo nivel de chakra tenía! No importaba que tipo de entrenamiento hubiera estado haciendo, no iba a poder alcanzar el nivel de Sasuke Uchiha. Estaba condenado.
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Las primeras horas después que Hinata se había ido, Naruto las pasó en la completa oscuridad de su casa. Caminaba por el comedor, lento y pensativo. Acompañado con fidelidad por una taza de té. Usualmente las personas tendrían un asiento o cama como lugares de refugio. Pero Naruto caminaba para recordar el don que había perdido, y ahora poseía nuevamente. Podía caminar, ¡podía correr!
Sin embargo, en su corazón había un conflicto.
Los meses anteriores habían sido un sueño para Naruto. En su casa, teniendo la visita de Sakura todos los días. Entrenando con ella, almorzando con ella, durmiendo con ella. Todo haciéndolo juntos, en la intimidad, perfecto. Desde hacía años eran amigos, pero solo en el último tiempo fueron mucho más. Unidos de una manera más allá de las palabras. Pero Naruto sabía que algo estaba mal.
Naruto amaba a Sakura. La amaba sin restricciones. Pero Sakura ante los ojos de la aldea, era novia de otro hombre. Y no cualquiera, era nada menos que Sasuke Uchiha. En los meses anteriores habían tenido problemas con los ancianos consejeros por el asunto de la descendencia. Ahora Kakashi les había puesto un cepo. Pero no evitaba que Sakura siguiera siendo considerada la "futura esposa de Uchiha"
Ahora la cuestión principalmente era esta:
Naruto y Sakura habían consumado su unión físicamente. Tal vez no era lo conveniente antes de terminar el asunto de Sasuke, pero los impulsos fueron irrefrenables. ¡Y para peor no se detuvieron! ¡No podían! ¿Cómo hacerlo? Si las caricias y los besos eran como alimento para ellos. Los gemidos, los suspiros, esa forma especial que tenían sus cuerpos de ensamblarse, de sudar y convertirse en energía para complacer al otro. Naruto sabía que estaba mal, que no debía hacerle el amor a esa mujer en tanto no finalizara el acuerdo. Eso dañaría a Sasuke la pretendiera o no. Pero el impulso fue inevitable. El deseo incontenible, y el descontrol necesario.
Ahora mismo, todos los conocidos de Naruto estaban en una fiesta dentro de la mansión Uchiha. Una cena donde se darían cuenta que la realidad pensada por todos, era solo una farsa. Naruto pensaba que podían pasar dos cosas. La primera era que Sasuke dejara pasar el asunto. Que simplemente no le importara Sakura, tal como la chica había supuesto. En un par de semanas el acuerdo se rompería y todos tranquilos.
Pero desde el mismo momento que el Uzumaki supo del contrato, pudo presentir que Sasuke tenía mucho más interés en Sakura, de lo se atrevía a confesar. Siempre habían sido rivales, como compañeros, como ninjas, e incluso ahora como hombres. Eran opuestos en muchas cosas, destinados a luchar por siempre. Y de esta batalla Naruto no iba a escapar.
Era casi la una de la madrugada cuando Naruto decidió salir a la oscuridad del traspatio. Pensar no era lo suyo, aunque su estadía en la silla de ruedas le había enseñado algunos trucos. Pero tampoco era cuestión de saber que decir. Esto no se arreglaría con palabras. En algunos minutos encontró un lugar apropiado, aun en la oscuridad. Se había vestido con su jean azul, y una camiseta de igual tono. Además de la chaqueta clásica en naranja y negro.
Sentado en el pasto, con las piernas cruzadas. Naruto colocó su espalda contra el tronco de un árbol. Y comenzó a hacer lo que por meses dejó apartado. Meditar. Solo cerrar los ojos y abrazarse a la oscuridad y el silencio. Durante años no pudo hacerlo, la oscuridad le daba miedo, el silencio le producía terror. Ahora podía hacerlo, ahora tenía de nuevo la capacidad. Cuando evocaba la oscuridad en las noches de su cuarto, no era el Juubi quien dominaba su mente. Ahora era Sakura-chan, su cuerpo, su calor y sudor. Ese aroma tan potente que parecía ingresar al organismo de Naruto hasta por la piel. Ahora podía meditar nuevamente. Y si podía meditar, era posible realizar el modo ermitaño.
En ese estado de trance, podía acumular energía natural y desarrollar los ejercicios de control que Sakura le había enseñado. Podía cerrar los ojos y encontrarse a sí mismo. Aquel sujeto que desafío a todos, que sostuvo batallas imposibles y pudo vencer. Lo necesitaría, le haría falta ese Naruto Uzumaki del pasado. Aquel que siempre plantaba cara a lo inevitable.
Como toda fase de meditación positiva, Naruto tuvo éxito en cuanto la energía natural comenzó a combinarse con su propio espíritu. Ya la oscuridad y el silencio no le molestaban. Su control del chakra se había incrementado, era casi de risa compararse a sí mismo con la versión cuando tenía 15 años. Cuando recién fue con los ermitaños para aprender a controlar el Senjutsu. Ahora tenía más experiencia y habiendo hecho caso a Sakura en las últimas semanas, mucho mejor control de su poder. Pronto su conciencia se fue apagando. Era como estar dormido, pero sus sentidos se multiplicaban para captar el entorno. Aun estando de ojos cerrados, Naruto comenzó a sentir los árboles a su alrededor, los pájaros, los insectos. Cada vez el campo de detección era mayor, el joven dejó asomar una sonrisa al comprobar lo sencillo que era maniobrar con su actual nivel de chakra. Cuando menos lo esperaba, el mundo desapareció para él:
"Solo pudo sentir un frio instalarse en su pecho, y cuando abrió los ojos como atraído por la necesidad, se encontró parado frente a la estatua del Kyuubi hecha de hierro. Aquella que siempre veía en sus sueños. Era de noche, hacia frio y llovía. Naruto pudo apreciar con sorpresa como el cuerpo de la criatura estaba resquebrajado como hielo fino. Largas e incongruentes líneas cubrían el cuerpo del zorro. Naruto caminó alrededor de la estatua tratando de ver alguna abertura. Tal vez como dijo Sakura-chan, (cuando Naruto le había contado sus pesadillas) Kyuubi se estaba liberando. Pero el presentimiento de Naruto cuando veía esa estatua, era que Kurama estaba muriendo. No tenía pruebas de ello, pero era lo que su corazón le dictaba. Todo trascurrió normalmente, el ambiente del sueño parecía ser el mismo, hasta que el rubio pudo notar escombros en el suelo. Levantó un trozo de hierro, lo observó con atención, era una parte perteneciente a las colas del zorro que se había desprendido. Esa era la prueba definitiva, Kyuubi no se estaba recuperando, se estaba despedazando...
Simplemente estaba muriendo."
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Rechazado....
¿Cómo pudo suceder?
Rechazado...
Por la única mujer que había captado su interés en mucho tiempo.
¿Por qué? ¿Cómo sucedió todo esto? Sasuke había despedido a todos sus invitados cerca de las 2 de la madrugada. La fiesta pudo ser un total éxito de no mediar el rechazo. Fue agradable ver de nuevo la mansión iluminada y el comedor lleno de personas. Fue hermoso el decorado, y la comida preparada por las Kunoichi estuvo más que bien. Hinata aun daba instrucciones a las sirvientas traídas del clan Hyuuga, para que terminaran de levantar las mesas. Todo lo que comenzó como la gran oportunidad de torcer la voluntad de Sakura, término con un "no" definitivo:
"Sasuke y ella hablaron después de la cena, pero antes del postre. Él intentó explicarle lo que había pasado. Todo lo que los meses de relacionarse, habían cambiado en su forma de verla. Sasuke se propuso ser sincero con Sakura. Admitió que no era el mejor para comprender o ser sensible. Pero si ella le daba una oportunidad, él podría formar una familia y hacerla feliz.
-no somos pareja Sasuke, -respondió Sakura cuando ambos charlaban en el traspatio- ¿Acaso has olvidado la razón del contrato?
-No la he olvidado, -apuntó el Uchiha- Naruto está a salvo y nosotros nos hemos podido conocer mejor. Admito que antes te he tratado mal cuando niños, pero tú dijiste que me perdonaste y...
-y lo hice...pero el tiempo pasa para todos por igual. Te aprecio Sasuke, -indicó ella- pero tú no me necesitas. No como él...
-¿te refieres al Dobe? ¿Aun crees que podrás ser feliz con él? Nunca va a ser ninja de nuevo, tendrás que vivir junto a ese fracasado para siempre. ¿Realmente eso quieres? ¿Quieres ser la esposa de un don nadie?
Sakura no quería seguir esa conversación. No quería revelar que Naruto se estaba recuperando, no quería que Sasuke tuviera una motivación extra para atacarlo. Pero tenía que terminar con este asunto, tenía que dejarle muy en claro al Uchiha, cuál era su decisión para bien o mal:
-Sasuke....-dijo ella acercándose y mirándolo a los ojos con seriedad- en dos semanas se termina el plazo del acuerdo. Cuando me hiciste firmarlo, prometimos que dejaríamos libre al otro, en cuanto encontrara alguien especial.
-Si pero...
-Yo ya lo hice Sasuke...-sonrió apenas la pelirosa- es cierto que nunca lo vi antes, a pesar de tenerlo tan cerca. Pero aun cuando se recuperó, aun cuando podía hacer su vida lejos, y yo ya no tenía culpa que me pesara. Aun así....quise elegirlo a él.
-¿Por qué?
-por qué lo amo, porque lo necesito cada vez más. Por qué juntos somos felices. Siempre estuvo para mí, y se ha ganado mi corazón. Quiero verlo sonreír, quiero permanecer a su lado.
Sasuke no sabía que decir, no sabía cómo continuar. Todo era tan lejano, como una batalla a la que se llega dispuesto a pelear, pero ha terminado hace mucho. Tal vez si fuera cualquier otro hombre, Sasuke no hubiera sentido tanto rencor. Pero Naruto Uzumaki, su rival, aquel que era el fracasado de la generación. No podía ser Naruto. Durante tantos años Sakura estuvo a su disposición, y ahora que Sasuke la veía con interés, aun cuando un contrato los unía, ella ya no le pertenecía. La muchacha acarició el brazo del moreno, a modo de despedida. Se dispuso a irse del traspatio para regresar a la fiesta ante que los invitados notaran la discusión y los gestos contrariados. Entonces fue cuando Sasuke reacciono mal, tal vez por la frustración del rechazo. Algo muy nuevo para él.
-no voy a romper el acuerdo Sakura. –Dijo firme- ya he pagado la mitad de la dote y en dos semanas pagaré el resto. Te casaras conmigo, con el tiempo volverás a quererme.
-no puedes hacerme eso...-respondió ella algo nerviosa y se giró a mirarlo firme.
-puedo y lo haré. –Señaló el orgulloso- la aldea no va a atestiguar que me rechazaste. Te casaras conmigo, el acuerdo está hecho lo quieras o no.
Comenzaron a discutir muy fuerte. Sasuke se había encabronado y no quería perder. Ella comenzó a temer que las predicciones de Naruto se cumplieran a rajatabla. Cuando el rubio se enterara, todo terminaría en una pelea. Sería algo imposible de evitar. Entonces Sakura hizo lo único que podía hacer, lo único que le quedaba para lograr que Sasuke la dejara libre. No quería hacerle daño, pero el moreno no parecía querer ceder por mero orgullo. Todo lo que quedaba, era lastimárselo. Sucediera lo que sucediera, si Sasuke no cedía, Naruto pelearía contra él.
-Sasuke....-dijo ella con gesto de pena- estas rompiendo con nuestra amistad actuando así.
-con el tiempo me lo agradecerás.
-ya no tenemos tiempo. –Definió la rosa antes de irse- porque hace semanas.....le entregue a Naruto, lo que nunca más voy a otorgar a otro. Soy suya, y él es mío. Para siempre."
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La colección de botellas en la mesa donde el moreno se había instalado ya portaba variedades de licor. Estaba borracho, furioso y decepcionado. ¿Cómo pudo Sakura revolcarse con el Dobe? ¿Cómo fue capaz de hacerle algo así? ¿Qué pasaría si la aldea se enterase? Sasuke estaba borracho y cada vez más furioso. A pesar que las sirvientas aún estaban levantando los enseres y dejando todo listo para lavar y guardar, Sasuke no parecía estar dispuesto a dejar de beber en un futuro cercano.
Hinata hubiera querido hablar con él y darle su apoyo. Pero por sus gestos heridos entendió, que Sasuke no necesitaba palabras vacías. Necesitaba estar en silencio, solo y masticando la rabia hasta poder tragar y digerir. Seguramente Sakura había confesado su relación con Naruto y todo se había ido por fin al demonio. Hinata había sentido idéntico impacto al enterarse que Naruto-kun ya había hecho el amor con Sakura-san. Sin embargo, ella no era la agraviada por el acuerdo a punto de romperse. Cerca de las 3 de la madrugada, cuando todas las sirvientas se habían retirado del lugar. Hinata por fin se acercó al dueño de casa para despedirse. No pensaba hablarle del asunto escabroso, simplemente lo dejaría para otra ocasión, una donde Sasuke no estuviera cayéndose de borracho.
Sin embargo, si las malas noticias habían rodado en abundancia esa noche. El comienzo de la mañana siguiente no sería mejor para ambos jóvenes. Sasuke bebió el último trago de sake y elevó a la vista viendo con letargo a la bella princesa del clan Hyuuga. Ella era una buena chica, incapaz de traicionar o resistirse a un acuerdo. Incapaz de apuñalar por la espalda acostándose con otro. Hinata era linda, era callada y tímida. Hinata era...
-tengo que irme Sasuke...-dijo ella con pena- mañana pasaré por aquí si quieres para ayudarte a...
El moreno se puso de pie y alargando su mano derecha tomó por un brazo a Hinata. Se miraron profundamente por algunos segundos silenciosos. Las mejillas de ella ardían por el toque tan firme, los ojos de Sasuke parecían un volcán oscuro. Estaba herido, estaba agobiado por deseos despertando y a punto de estallar. Ella intentó liberarse del agarre con algo de temor, pero Sasuke dio un firme tirón del brazo, y atrayéndola la capturó por la cintura pegándola a su cuerpo.
-Sasuke-san.... ¿qué está haciendo?- gimió Hinata sorprendida.
El no dijo nada, simplemente colocó una mano firme en el cuello de la joven y fue aplicando fuerza para acercarla a su rostro.
-tu no....tu no....vas a rechazarme....
Ella apenas tuvo segundos para entender, cuando su boca estuvo cubierta por la ansiosa necesidad de Sasuke. El beso fue cosa de un momento, el suficiente para que ella lograra alejarse levemente. Sasuke sin embargo continúo avanzando hasta capturarle la boca nuevamente. Las manos de Uchiha comenzaron a explorar a la bella princesa sin ningún pudor. Estaba ebrio, era incorrecto lo que estaban haciendo. Pero en espacio de pocas horas ambos habían sido terriblemente rechazados por las personas que hasta el momento habían pensado como especiales.
Sake, frustración, soledad, silencio.
Una combinación perfecta para el desastre. Como se viera estaba mal, por muchas cuestiones estaba mal lo que ahora harían. Las ropas arrancadas, las caricias llenas de voracidad. Cuando se instalaron en el primer cuarto a la mano, ya ninguno de los dos pensaba con equilibrio en las consecuencias. Solo sabían una cosa, que no querían ser rechazados nuevamente. Que necesitaban ser aceptados. Aun por quienes no habían elegido.
Tal ver fue un error, tal vez fue una gran fortuna. Pero de la forma que sea, tanto Sasuke como Hinata comprenderían en los días siguientes. Que lo que ocurrió aquella noche solo podía definirse con una palabra. Solo un concepto le cabía a esa acción en una cama de la gran mansión Uchiha.
Inevitable.Continuara...
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Fanfic NS: Renacer [+18] [Terminado]
Fanfiction"nacer siempre es complicado. Conlleva a perder el mundo donde nuestros cuerpos se construyen, a salir de nuestra cúpula protectora y ser invadidos por luz, calor, frio, colores. Un ataque a toda regla sobre nuestros cinco sentidos. Nacer es perder...