Capitulo 11.- Inevitable, Parte 2

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Créditos al autor: Arminius

El sol esa mañana no había aparecido, ni lo haría por el banco de nubes que cubrían los cielos de Konoha. Sin embargo, él supo exactamente que era muy tarde a su clásico horario de la mañana. Le dolía la cabeza, y su cuerpo estaba reblandecido, herencia del licor que había bebido hasta casi morir la noche anterior. Jamás había perdido el control de esa manera antes. Era complicado pensar que fue un mal necesario el beber. Le hizo absorber mejor la frustración era cierto, pero cuando Sasuke Uchiha se pudo parar de entre las sabanas, comenzó a notar que la "resaca", sería el menor de sus problemas.

No había dormido solo esa noche.

Apenas recordaba cosas generales de la fiesta nocturna. Pero en algún punto de la madrugada, había cometido cierto acto nada noble. Su ropa y las de ella, estaban desperdigadas por el suelo. El cuarto olía al suave perfume de Hinata. El sudor de los cuerpos y también el sake no ingerido que se derramaba de algunos vasos o botellas, aportaba una nada habitual mescla que aturdían al moreno.

-¿Qué demonios ha pasado? –Pensaba Sasuke buscando en la penumbra sus prendas- ¿Cómo pude....perder el control?

Ayudándose con las paredes, fue saliendo del lugar en la búsqueda impostergable del sanitario. Le costó mucho llegar, y más aún orinar teniendo en cuenta la matutina erección que le estorbaba. Sasuke a lo largo de su vida, jamás se había cuestionado el porqué de lo que sucedía. Para el joven Uchiha, todo tenía una razón de suceder. Cuando niño era la venganza, había nacido para destruir a su hermano Itachi. Más joven la revelación de la masacre, entonces se trasformó en el último de los Uchiha. Aquel que debía encontrar las respuestas sobre el camino Shinobi, aquel que tenía la responsabilidad de revivir al clan casi extinto.

Todo hecho, aunque parezca fortuito, tiene una razón de ser.

Sasuke había afrontado y superado muchos inconvenientes en su vida. Pero si tuviera que poner en el podio de la dificultad algún aspecto, diría que acomodarse a una vida de civil encabezaba su lista. Alguna vez Naruto le había dicho que Sasuke sin su sharingan, seria basura. Que estaba demasiado acostumbrado a usarlo, demasiado dependiente de esos ojos. En la vida civil no servían de nada. No podía prever como cambiaban las cosas a su alrededor, no podía engañar la mente de las personas para lograr sus objetivos. Tenía que hablar, tenía que relacionarse y tenía que ceder en algunas cosas. Ese era el problema principal, ceder. El moreno jamás había cedido en nada. Durante su vida, hizo siempre lo que quiso sin importarle la opinión de otros. Iba a donde quería, respondía como quería, entrenaba cuanto quería. Desde que su familia murió, Sasuke se encerró en sí mismo.

Esa podía ser la razón principal que terminó por hacerle perder a Sakura. ¿Cómo podía Sasuke conocerla y seducirla sino era capaz de abrirse a ella? ¿Cómo ser marido sin confiar? ¿Cómo convivir con alguien sin que compartan nada? Ahora no tenía importancia, todo estaba perdido. Sakura Haruno se iba de su vida. Pero no contentándose con el entuerto armado, ahora había que sumar a Hinata Hyuuga a todo el torbellino.

-¿Qué hice? –se dijo Sasuke saliendo del baño semi desnudo.

Apenas había acomodado sobre su cuerpo un kimono, se sentía algo aturdido y su cuerpo pagaba un precio al descontrol. Pero al ingresar al cuarto por los restos de su ropa, todas las sensaciones y dudas quedaron apartadas por presenciar una imagen. La muchacha había despertado, sentada en el centro de la cama de costado, se cubría pudorosamente con la blanca sabana. Los hombros descubiertos, esa fina piel que Sasuke podía recordar con las memorias de sus manos. Tenía una expresión tan inocente, tan virginal.

"virginal".....una palabra que ya no definiría a la princesa Hyuuga por causa de la anterior noche.

-Esto no debió pasar Hinata...-dijo Sasuke bruscamente y se arrepintió casi al instante- yo no....tu....nosotros no debimos...

-Lo sé....-admitió ella aunque en su dulce rostro había un gesto de pena- el sake es un problema ¿verdad?


Siempre tan delicada, silenciosa y aceptando las cosas de la mejor manera. Debía sentirse humillada, herida y definitivamente enojada. Los problemas con la familia Hyuuga serían astronómicos. Pero Hinata no era así, aunque también dejaba ver ante Sasuke una inexplicable falta de confianza en sus encantos. Su cuerpo era hermoso, firme, entrenado, bien proporcionado. ¿Sería por los rechazos de Naruto? ¿Sería por eso que ella no podía verse a sí misma, como una mujer hermosa? Ciertamente las primeras palabras de Sasuke tampoco ayudaban.

-tienes que irte...- afirmó Sasuke tratando de no mirarla más y comenzó a levantar el resto de sus prendas- esto no debió pasar.

Luego de salir de la habitación, Sasuke fue a encerrarse en otro cuarto. Estaba confundido, se sentía miserable por echarla tan cobardemente. ¿Pero que podía hacer? No amaba a esa chica y el sexo solo fue consecuencia de una noche de descontrol. Sasuke sabía que le había hecho daño a Hinata. No por lo que ambos sentían, no porque solo había sido una noche, lo que realmente causaría daño en la Kunoichi era la pérdida de su virginidad.

En general, las mujeres ninja no tenían esos problemas de moralismo. Pero había ciertos casos, los casos puntuales de mujeres con apellidos nobles, aquellas princesas pertenecientes a los clanes más poderosos y respetados del país; cuya virginidad era tan preciada como el oro. Cuya pureza era la razón de uniones de sangre entre familias distintas. Destruir esa pureza por una noche cualquiera, era motivo hasta de guerra.

No se vieron más durante varios días. Esa mañana ella se fue de la mansión Uchiha siendo una mujer. Esa mañana inevitablemente los separó por un tiempo. Ambos tenían que pensar y digerir todo lo ocurrido. Ambos tenían que acomodar en sus cuerpos y mentes la sensación de alguien no esperado. Porque ninguno esperaba esa relación, y los problemas que podían acarrear por ella.


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La oficina del Hokage...


Kakashi Hatake bebió su té, tratando de tomarse un minuto vital para decir lo que quería. Había mandado a buscar por Naruto y como media hora después se presentó por su oficina. Por algunos días no había decidido si participar o no. Lo que había visto en la fiesta de mansión Uchiha, le hacía pensar que pronto Sasuke y Naruto terminarían por chocar. Nada en el mundo Shinobi predispone más a los hombres para pelear, que una mujer. Se puede pensar que es por honor, por familia, o por orgullo. Pero en la vida de un ninja, que podía ser tan corta como 20 años de luchar sin destino, a veces el calor de una mujer era lo único que tenía un valor incalculable.

Kakashi una vez lo vio como nunca.

Su propio maestro, Minato Namikase. Un hombre de hierro, un Shinobi capaz de destruir ejércitos con sus manos. Minato en juicio de Kakashi había sido un guerrero perfecto. Fuerte, rápido, inteligente. Pero la noche donde murió, Minato decidió sacrificarse sin dudarlo un segundo. ¿Por qué? ¿Por salvar a Konoha? ¿Para sellar al Kyuubi? Todo podría resumirse en un gran "si", aunque existía una razón oculta.

Minato, no podía vivir sin su esposa. Era el Hokage, era fuerte y respetado. Era el hombre más temido de las 5 naciones. Pero toda su solidez, toda su fama no podía reemplazar a Kushina Uzumaki. Kakashi no estuvo presente en el lugar donde su sensei murió. Pero lo conocía, había vivido lo suficiente cerca de él como para entender que sin Kushina, su maestro había elegido la muerte. Cuando un jinchuriki es desprovisto de su Biju, no importando su resistencia este muere. Minato eligió morir junto a ella, aun cuando la valiente Kunoichi podía introducir en su cuerpo al zorro y arrastrarlo con ella.

Cuando Kakashi observó la discusión entre Sasuke y Sakura desde lejos en la fiesta, pudo notar que los informes de Sai sobre las actividades de la pelirosa junto a Naruto, estaban bastante "incompletos". Tal vez el joven espía no vio conveniente incluir en sus escritos la parte "intima". Solo entrenamientos, almuerzos y compañía. Tal vez Sai había hablado con Naruto para informarle que era vigilado. El ataque que casi le costó la vida al Uzumaki, no fue tomado tan a la ligera como lo hacían pretender. Sakura no pudo sacarle información a Naruto, pero se lo dijo al Hokage, y Kakashi puso a Sai con su equipo a actuar como sombras alrededor de rubio. Eso ciertamente había evitado que se cometiera un segundo atentado. Aunque no evitaría que fuera Sasuke quien terminara por asesinar a Naruto.

-¿vas a luchar? –preguntó el Hokage a su estudiante.


Naruto sonrió levemente, su gesto no profería burla o negativa. Kakashi podía notar que en algún punto se había recuperado. Estaba parado con una determinación diferente a ese día, poco después de perder en su examen.

-solo estoy ayudando a entrenar a Sakura-chan, -admitió levemente- no creo que es necesario volver a ser ninja. ¿Kakashi-sensei pregunta por si quiero realizar otro examen Chunnin?

-me refiero a lo vi en la cena de la otra noche. –Anunció el líder- una velada en donde los novios discutieron, en donde se suponía que fijarían fecha de matrimonio. Una cena en la que no estuviste. ¿Por qué?

-me pareció que estar ahí, -definió Naruto- causaría más problemas.

-era eso entonces, sabias lo que iba a pasar. –Sonrió apenas Kakashi- y supongo que también estas preparado para lo que vendrá. Tarde o temprano, tendrás que luchar. ¿Estás preparado?

-por supuesto que si Dattebayo...-respondió el rubio tranquilamente- no tengo opción, desde el mismo momento que la hice mía, me propuse pelear hasta morir. Supongo que si Sasuke la quiere....

-no puedes ganar....supongo que ya lo sabes.

-Hare lo que tenga que hacer....y no sé si Sasuke esté dispuesto a tanto.



Kakashi negó con un gesto. Naruto era tan obstinado como su madre. Tan valiente como su padre, y estaba completamente loco. Sin el poder de Kyuubi, sin su chakra a nivel normal. No sería una pelea, sería una masacre. Sin embargo, hace tiempo Kakashi tuvo la misma conclusión sobre Naruto y se equivocó. El equipo 7 había terminado con el torneo preliminar de los exámenes Chunnin. Solo Sasuke y Naruto quedaron para las finales, y Kakashi descartó que el joven Uzumaki fuera eliminado. Hizo una elección, darle la técnica Raikiri a Sasuke. Prepararlo para ganar. Pero no todo salió como se esperaba.

Tiempo después, Sasuke huyó de la aldea y terminó estrellando esa técnica, contra Naruto. Ahora, pasados los años estaba parado ante su otro alumno y sabía que se iban a enfrentar nuevamente. Tenía que hacer algo, pero no podía interrumpirlo o detenerlo. Así que decidió como hace años, darle algo personal a uno de sus estudiantes.

-nada de lo que diga, te hará cambiar de opinión ¿cierto? –Suspiró Kakashi vencido- lucharas por ella. Y como no puedo detenerte.....más me vale apoyarte ¿verdad?

-un poco de fe en mí, no es algo que vaya hacerme daño.

-voy a hacer mucho más que solo tener fe, -admitió el Hokage y abrió un cajón de su escritorio sacando un estuche rectangular de madera. – te hice venir....para darte esto.


Naruto recibió la caja con algo de sorpresa. Sinceramente no esperaba que Kakashi estuviera tan al tanto de la situación que se venía. Sobre todo porque pasados dos días desde la fiesta, ningún movimiento de Sasuke hacía pensar que habría una pelea. Tal vez Kakashi había enviado a vigilarlo. Pero no importaba, la situación no se podía detener. Era cuestión de tiempo. Naruto abrió el estuche, dentro una reliquia de la familia Hatake dormía cómodamente.

-Kakashi-sensei....usted....no me puede dar esto.

-puedo y lo estoy haciendo, -asintió el Hokage- no eres el único que debe tomar decisiones Naruto. Nunca olvides eso.


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Solo y en el patio trasero de la casa Uzumaki, Naruto practicaba el manejo de modo ermitaño. Había usado el jutsu de invocación para traer a Fukusaku y Shima. Al principio el anciano sapo no estuvo contento por el llamado. Naruto se había ido del monte sagrado de mala manera. Pero cuando la pareja apareció cerca de su invocador, notaron casi al instante el enorme vinculo natural que el joven había desarrollado. Así que simplemente lo dejaron meditar sin interrumpirlo, e incluso decidieron acompañarlo.

Era extraño como el mundo lo abrazaba. Sentado bajo el árbol más florido, rodeado por el verde y los pétalos rosados que adornaban todo el traspatio. El dulce arrullo de la brisa por la madrugada, olor de la tierra húmeda por el rocío de la noche. La energía natural fluía dentro de su cuerpo, era como si el agua de un manso rio lo recorriera por adentro. Cuando aprendió a manejar el modo Sennin hace años, no tuvo tiempo para experimentar la otra maravilla de ese mundo. "Los humanos siempre se apresuran a vivir", solía decir el anciano Fukusaku, "correr, correr para no detenerse a mirar lo hermoso de la vida. Y luchar...Luchar siempre, luchar por todo y casi siempre sin sentido".

Aunque ahora Naruto en particular, volvía a tener un propósito.


Desde la noche de la fiesta, Naruto entrenaba duramente. Incluso antes que Sakura le contara su conversación final con Sasuke. Ella intentaba no ver lo evidente, trataba que esa rutina tan hermosa y apasionada de los últimos meses continuara. Tenía la secreta esperanza de que esas semanas finales del contrato, enfriaran lo suficiente a Sasuke como para considerar que era estúpido pelear por eso. Pero Naruto no solo entrenaba con Sakura, meditaba durante horas, apenas si dormía o comía. Estaba completamente entregado a preparar un enfrentamiento del que hasta ahora no tenía confirmación o noticias. Pero su corazón le decía que sucedería.

Sakura supo que nada sería como antes de la fiesta, ese mediodía donde intentó tomar la iniciativa y seducirlo antes del horario de trabajo. Hacia exactamente 5 días que no hacían el amor. Generalmente Naruto la perseguía incansablemente a diario, y con casi nada de resistencia en ella, digamos que se hacían tardes muy interesantes. Pero ahora, extrañamente el cortaba la tensión sexual con abrazos cariñosos, pero carentes de pecaminosa intensión. Besos casi inocentes, siempre limitando las acciones.

-¿sucede algo Naruto? –Susurró ella en su oído seductoramente alguna vez- ¿acaso ya no te gusto?

-¿Qué no me gustas? –respondía el apenas- no sé cómo hago para contenerme. Tengo que practicar control, o me tendrás esclavizado para siempre.

-tal vez no sea tan mala idea....-dijo ella divertida- te vuelves muy lindo cuando estas sometido.


Naruto la tomó entre sus brazos, acariciando su espalda casi hasta la zona final, tenía muchísimos deseos de complacerla. Pero quedaba poco tiempo, y no podía distraerse de su objetivo. Así que utilizo algo en lo que había pensado en sus largas horas de meditar. Una coartada para mantenerla tranquila.

-Sakura-chan ahora no podemos...-le dijo evitando que ella lo guiara al cuarto- no sabes las ganas que tengo, pero necesito guardas las fuerzas para entrenar. ¿Puedo pedirte un favor?

-¿de qué se trata?

-sabes que me encanta que vengas, -sonrió el casi disculpándose- pero necesito un poco de tiempo a solas. Algunos días...-el rostro de Sakura denotaba que no estaba para nada acuerdo- te prometo que no es nada malo, solo quiero estar tranquilo y descansar. Últimamente me estoy exigiendo demasiado entre tus prácticas y las mías. Estaba pensando en regresar a la actividad.

-¿hablas de presentarte a un examen? –consultó ella que no se lo creía para nada.

-pero no puedo concentrarme apropiadamente....-sonrió el besándole el cuello- si tú me rondas....tentándome todo el tiempo dattebayo.


Ella lo abrazó sonriendo, y besándolo en silencio. No le creía, estaba segura que Naruto pensaba prepararse para algo más que un examen Chunnin. Fingió aceptar el asunto y dijo que solo vendría para la hora del almuerzo. Naruto quiso evitarlo pero esta vez ella no se lo permitió.

-acepto que quieras entrenar Naruto, -señaló ella- pero debes comer sano, y no lo harás sino vengo aquí para obligarte a hacerlo. –Él quiso intervenir pero ella no lo permitió- ¡no quiero un no! –Finalizó con una sonrisa suave- ¿entendido?


Como casi siempre, el accedió. Naruto pensó que la mantendría tranquila el tiempo suficiente para ponerse en forma. No quería preocuparla, no quería que ella estuviera en medio de la pelea. Los peores presagios de Naruto dictaban de Sakura metiéndose en medio de su combate contra Sasuke. Tal como aquella vez en la azotea del hospital. Pero esta vez no existía un Kakashi que pudiera detenerlos.


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-GAAATSUGAAAAAAAA


El joven Shinobi dio un salto muy alto y cayendo comenzó a girar convirtiéndose en un torbellino. Su fiel perro envistió por tierra complementando el ataque del amo y logrando una combinación perfecta. Su rival sin embargo, con gracia y agilidad perfectamente calculada dio un giro sobre sus pies usando la fuerza del impulso mesclada con su chakra, para reflejar los ataques. Kiba y Akamaru fueron rechazados violentamente, expulsados por la defensa celestial cayeron al suelo. Al menos el perro pudo tocar tierra, porque Kiba recibió tres golpes en el aire justo a su espalda cuando caía, y terminó estrellándose contra un árbol abruptamente. Akamaru enseguida se acomodó para reiniciar su acometida, mientras Kiba salía entre los trozos de madera.

Lo intentaron una vez más, estaban bastante sorprendidos por la práctica que estaba derivando en paliza. Hinata se comportaba de un modo muy extraño, no pedía perdón ante cada ataque y no dudaba en seguir repartiendo daño en cuanto sus compañeros bajaran su guardia. El duelo estaba siendo observado por Shino y Kurenai. El equipo de los tiempos Gennin se reunía después de mucho.

Kiba volvió a insistir con el ataque frontal, pero ante cada intento Hinata respondía desviando sus golpes con las técnicas de palma suave, combinadas con una forma de jiujitsu. Desviando la energía que el joven colocaba, anulándola y contragolpeando profundamente. Kiba lanzó un puñetazo frontal de entre tantos y como en los anteriores solo lastimó el aire, Hinata retrajo su cuerpo agachándose levemente y desde abajo aprovechó la diferencia de altura para golpear de manera ascendente con la palma derecha, justo al mentón de su rival que cayó por tierra hacia atrás.

-interesante...-indicó Shino al observar esa situación.

-ella está furiosa...- señaló Kurenai que jamás la había visto así- pero contrario a lo normal....


"lo normal" era que un Shinobi decayera en su nivel de concentración, cuanto más enojado se encontrara. En particular las técnicas Hyuuga, eran en extremo complicadas por sutileza y precisión. Un mal paso, un medio giro de más, una posición de pies incorrecta y el usuario de palma suave podía sufrir un golpe mortal por el centro de su defensa. Pero en Hinata, la furia solo actuaba como un incremento a su concentración y fuerza. Jamás la habían visto tan incisiva, cada pequeña apertura del voraz estilo de Kiba, Hinata se lo hacía pagar con un contragolpe perfecto.

Akamaru intentó derribar a Hinata envistiéndola por un lado. Pero la muchacha dio un paso atrás mecánicamente dejando pasar al perro de largo, y continuó atacando a Kiba que no podía terminar de hacer pie al levantarse. El can prácticamente rebotó en el suelo y picando con velocidad acometió otra vez, pero Hinata se inclinó hacia adelante y Akamaru volvió a errar cayendo al suelo del otro lado.

-¡8.......16......32.......64.....!- gritaba la muchacha acertando los golpes de manera precisa y finalmente el combate terminó cuando la secuencia completa llego al final- JUNKEN....


Shino y Kurenai estuvieron a un segundo de saltar a interrumpir todo. Pero ambos notaron que los dedos de la muchacha no traían chakra, y por lo tanto los golpes Hakke no eran en ningún modo mortales. Finalmente, la palma extendida que debía lesionar el corazón de Kiba, nunca llegó a impactarle. Hinata detuvo el ataque a centímetros de impactar. Era la primera vez que la joven derrotaba a un compañero en entrenamientos. Nunca había llegado tan lejos. Había algo diferente en ella no había duda.

-guauuu.....-susurró Kiba jadeando sangrando y sonriendo desde el suelo- Hinata... ¿no quieres casarte conmigo?


La muchacha sonrió, fue inevitable por que el pequeño chiste aisló toda la tensión que sentía. Shino se acercó a la joven para felicitarla, realmente había sido un gran combate, su estilo de palma suave tenía otras variedades que eran nuevas en Hinata. Kurenai en tanto ayudó a Kiba para que pudiera parar, no sin antes acariciar con ternura el lomo de Akamaru.

-realmente eres para felicitar...-declaró Shino neutral como siempre- derrotar a Kiba en un combate de Tayjutsu frontal, no es para cualquiera.

-solo...hice mi mejor esfuerzo.


Había hecho mucho más que eso. Sus técnicas eran más agresivas, pero sin perder la agilidad y gracia de sus movimientos depurados. Kurenai además podía leer algo más de su estudiante. Hinata en general siempre tuvo cierta falta de "soltura" con su cuerpo, pero ahora parecía haber superado esa dificultad. La Kunoichi de ojos rojos, solamente necesitó una leve mirada a su compañero Abúrame para que este entendiera que ella quería hablar a solas con Hinata. Así que Shino asistió a Kiba para levantarlo y alejarlo del campo de entrenamiento.


-¿Qué les parece si cenamos todo el equipo esta noche? –Consultó Kiba cuando Shino lo ayudaba a caminar- claro....primero debo visitar el hospital.


Los hombres se fueron entre charlas, mientras las mujeres se quedaron. Durante muchos años, Kurenai Yuhii había sido más que una maestra para Hinata, casi había actuado como madre de la joven. Desde hacía semanas, Kurenai sabía que los lideres Hyuuga querían comprometer a Hinata. Pero también suponía que ella estaba de alguna manera relacionada con un hombre.

-¿está todo bien Hinata? –Consultó la morocha cuando ambas se sentaron bajo un árbol del bosque cercano.- porque aún me preocupo por ti.

-Cometí....un error....-respondió la joven Hyuuga- y por mucho tiempo pensé que lo haría con alguien más, pero resulto al final, que no fue la persona que esperaba.

-Hinata....-se sorprendió Kurenai al ver su gesto triste- tu no.... ¿tú no habrás estado...con un hombre, verdad?


La muchacha tenía el rostro ardiendo de vergüenza. Su maestra siempre había sabido leerla correctamente. Aun en los silencios Hinata siempre era trasparente para Kurenai. El problema sería de proporciones mayúsculas. Cuando un Hyuuga desobedecía, cuando cometía un acto que rompía los preceptos del clan, solo existían dos castigos aplicables. La ejecución, o el sello del pájaro enjaulado. Igual de terribles por donde se las mire, el máximo deshonor para un integrante de la rama principal. Kurenai lo sabía, había estudiado a los Hyuuga para hacer un mejor trabajo entrenándola. Para protegerla, para hacerle un bien, pero definitivamente de esto no podía salvarla.

-Hinata....-balbuceó Kurenai que el silencio le había dado la respuesta- ¿él te ha forzado? Podemos hacer algo al respecto si tú no has consentido...


Ambas mujeres elevaron la vista hacia el sendero cercano. Un hombre venia caminando tranquilamente y cada vez se acercaba más. Ambas sabían quién era, su porte arrogante lo delataría aunque viniera camuflado entre 100 personas. Hinata reaccionó al instante, se puso de pie adoptando una postura firme, era como si no quisiera estar con la guardia baja.


-Hinata....-dijo el hombre cuando estuvo frente a ellas- debemos hablar.....a solas.



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El ambiente de la casa Haruno no era el mejor.


Había trascurrido finalmente el tiempo y alrededor de la mesa en el comedor, entre los dueños de casa, su hija y el pretendiente, parecía existir un abismo. Se habló sobre la cancelación del contrato, la situación era de evidente tensión. Sakura parecía muy segura de lo que hacía. Era ese tipo de mujer indecisa que cuando finalmente tomaba un camino, jamás retrocedía. Estaba preparada para todo, desde una negativa tajante hasta que Sasuke pidiera dinero de más para cancelar el acuerdo. Legalmente no tenía derecho a nada, su dinero puesto en la mitad de la dote estaba sobre la mesa, esperando la firma para ser otra vez propiedad del Uchiha. Pero Kizashi, entendiendo un poco más la situación del muchacho, podía prever que sería un golpe rudo para el honor de Sasuke cuando la aldea supiera de la ruptura.

-lamento que las cosas no funcionaran Sasuke-san, -sonrió amistosamente Kizashi aunque en realidad no lo sentía, ya que su hija parecía feliz- a veces simplemente tenemos que cometer errores para conocer el camino.

Sasuke no pareció muy de acuerdo con esas palabras. Más bien parecía a punto de estallar. Pero se contenía, aparentemente Sakura había tenido razón y el moreno no pondría resistencia a finalizar el contrato. Sin embargo, Mebuki juzgo un poco mejor el asunto al preguntar:

-Sasuke-san....-consultó suavemente- ¿tiene usted alguna condición para finalizar el contrato en buenos términos?

Hubo algunos segundos de silencio y Sakura contenía la respiración. Toda la seguridad que había tenido hasta el momento sobre la pasividad de Sasuke, se desvanecieron. Pero por fortuna duró poco, el joven simplemente se puso de pie, tomó el documento y con lentitud lo rompió en dos partes. Juntó las mitades prolijamente y con la otra mano recogió la bolsa con el dinero que le era devuelto a su poder.

-sin condiciones....-apuntó con serenidad moviéndose hacia la salida- sin rencores, algunas cosas simplemente no son como se esperan. (Y no serán ustedes quienes pueden compensarme, pero Naruto sí)


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La noche era apacible, todo parecía acompañar con dulzura los últimos tramos de un evento difícil. Ambos cenaban en un restaurant, hablando entre susurros y no pudiendo aguantar las ganas de sonreír. Sakura Haruno era libre, otra vez libre para elegir a quien mucho tiempo la había esperado. Y si las cosas no se dieron antes, era simplemente un asunto de la vida. Naruto no guardaba memoria del dolor pasado. Verla a los ojos, verla sonreír, ese hermoso vestido color azul que le quedaba fantástico. La noche era joven y hermosa, como ellos, que estaban enamorados y podían iniciar una nueva vida, juntos.

-te lo dije Naruto...-decía ella contenta- todo terminaría bien. Sasuke no me ama, solo fue una reacción de capricho.

-si tú lo dices....-respondió el apenas- tendré que confiar en Sakura-chan.


Todo era risas, estaban felices y la comida era estupenda. ¿Cómo explicar la felicidad? ¿Cómo absorber la alegría con mesura? Por esa noche, Sakura dijo a su madre que no volvería a casa. Tenía la necesidad de estar con Naruto, esa noche ella volvería a estar con su amor. Mebuki lo entendió, no era aprobable ni mucho menos. Pero su hija estaba necesitada de demostrar su elección. Demostrar que no se arrepentía. Dijo que regresaría tarde, pero Mebuki suponía el final.

Caminaron por la aldea tomados de la mano. Naruto se había vestido especialmente elegante con un kimono negro. Muchos miraban a la nueva pareja extrañados, pero no sorprendidos completamente. Incluso más de algún conocido, dejo entrever esa tibia sonrisa de "lo suponía". Naruto había luchado muy duro para seducirla. Y Sakura había desarrollado una autentica proeza de superación al curarlo, cuando todos lo daban por perdido.

-te ves especialmente preciosa esta noche Sakura-chan –le dijo Naruto cuando caminaron cerca del mirador hacia el monte Hokage- quisiera saber, ¿es muy pronto para decir que te amo?


Era demasiado meloso a veces, pero lejos de molestarle, esto gustaba mucho a Sakura. Los hombres, sobre todo los Shinobi, eran poco demostrativos. Era la profesión que los volvía irritables, serios y hasta aburridos. Pero si de algo Sakura estaba más que segura, es que con Naruto jamás terminaría aburriéndose. Sobre todo con el ingenio que demostraba tener para, "entretenerla" digamos.

-¿intentaras alguna de tus jugarretas? – Susurró ella deteniéndose y rodeando con sus brazos el cuello del rubio- porque tal vez hoy...este de humor.

-huuummm- se relamió el suavemente y colocó sus manos en las caderas finas de su compañera- alguien está buscando alargar la noche, ¿quieres tiempo de calidad?


Se besaron, lento al principio pero enseguida el asunto levantó temperatura, ayudado por las caricias. Un extraño ruido del bosque los separó levemente. Ambos miraron a la oscuridad, pero luego de algunos segundos decidieron que solo debió tratarse de alguna ardilla o conejo.

-vamos a tu casa...- apuntó ella- hace un par de semanas que me tienes olvidada.

-¿a mi casa? – Sonrió el rubio divertido- algo me dice que Sakura-chan está impaciente.


Mientras ambos caminaban con decisión hacia la casa Uzumaki, alguien los vigilaba discretamente. Durante las últimas semanas un grupo de 5 liderados por Katsuhiko Homura, habían estado vigilando cada movimiento del jinchuriki cuidadosamente. Esperaban el momento apropiado para dar su golpe. Sabían que el combate no sería tan sencillo como en el pasado. Después de todo el monstruo había estado entrenando. Pero en poco tiempo se presentaba un buena chance de tomarlo con la guardia baja, y sin la ayuda de sus amigos. Eso sería todo, Naruto Uzumaki iba a morir. El joven se retiró del lugar para dar su informe a Katsuhiko y los demás.


Sin embargo, el espía en particular a su vez tenía alguien más que lo estaba espiando. En ese bosque, en la oscuridad, una espía que inicialmente quiso averiguar sobre Naruto terminó vigilando los movimientos de esos ninjas que perseguían por todo lados al Uzumaki. Un juego de gatos y ratones daba comienzo, solo faltaba averiguar, quien era el cazador y quien terminaría por ser la presa.


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La noche era clara, el brillo de la luna plateaba los bosques de una manera casi mágica. Había algunos nubarrones a lo lejos, pero nada podía anticipar que alguna precipitación interrumpiera el equilibrio de una noche hermosa. Se encontraron en el campo número 7, como la vieja costumbre de los tiempos Gennin. Y como si salieran de Konoha por una misión más, juntos se fueron saltando entre los arboles hacia su destino.

Sin palabras, porque las miradas lo decían todo. Ese extraño silencio que parecía una larga conversación desde tiempos inmemoriales.

Naruto recordaba a la perfección la antigua pelea en el valle del fin. Cuando persiguió a Sasuke para traerlo de regreso a Konoha. En esa ocasión, aun niños, el Uchiha había dicho una frase que Naruto siempre recordaría. "cuando dos ninjas de alto nivel pelean, solo eso basta para comprender todo sobre ellos" ahora, mientras ambos viajaban otra vez hacia el valle del fin, parecían tener una larga conversación de gestos. Lado a lado, sin sacarse ventaja ni dar la espalda al rival. No por desconfianza, no por traiciones pasadas ni por odios presentes.

Solo respeto, ese que ambos ganaron a ojos de todos.


Sasuke había arreglado esta pelea por el asunto de Sakura. Pero también porque quería ver en batalla a su compañero. Quería ver otra vez a un rival que no retrocedía, que no se rendía, que jamás iba a claudicar. Naruto en tanto, sabía que había cometido un atropello al hacerle el amor a Sakura. Sabía que había humillado a Sasuke frente a la aldea. Sabía que los rumores esparcidos por la aldea dañarían al moreno. Naruto sabía que le debía algo a Sasuke moralmente. ¿Pero qué otra opción tenia? Él amaba a Sakura, la había amado desde que la conoció en la academia ninja. ¿Cómo podía dejarla ir si ella era su vida entera? ¿Si su sonrisa, si su calor, si cada pequeño gesto que se atrevía a realizar Sakura, era la mera perfección para Naruto?

Desde hace mucho tiempo Naruto comprendió que no podía dejar de amarla. Primero se resignó a que ella no correspondía el sentimiento. Que estaba cerca por culpa, que en cuanto todo terminara ella volvería a irse tras Sasuke, aquel que nada le daba, aquel que no la apreciaba. Pero las cosas cambiaron la noche que por primera vez hicieron el amor. Naruto recordaba cada detalle, la forma como la preciosa silueta de su mujer danzaba sobre su cuerpo. Las sombras en la oscuridad que se formaba en una sola, el aroma de Sakura, su sudor, esos pequeños gemidos que soltaba aun luchando por no hacerlo. Hacerla suya fue algo que Naruto no pudo evitar, que necesitaba desesperadamente. Hacerla suya fue más que cualquier consecuencia. Y si tenía que morir justo ahora, aun así volvería a hacer todo exactamente como hasta el momento.

Muchas horas saltaron entre arboles hacia el valle del fin. Muchas horas para pensar en cosas que nada tenían que ver con el combate, pero que de alguna forma lo tocaban, matizando todo el asunto con un dejo de guerra a muerte.

Sasuke usualmente pensaba en Itachi. Esa noche mientras viajaba junto a Naruto volvió a rememorar el momento previo a cuando enfrentó a su hermano. Tenía que mentalizarse de manera especial para luchar, porque aunque nunca lo iba a admitir, había sentimientos que se interponían con su mejor rendimiento de batalla. Para Sasuke Uchiha, la vida le había enseñado que toda batalla que valiera la pena, era un combate a muerte. Eran esos momentos donde el Shinobi podía brillar, donde el significado profundo de la profesión se revelaba. ¿Qué importaba que Naruto fuera un ex-compañero? ¿Qué importaba si aún no se recuperaba a su antiguo nivel? ¿Acaso pelear sin ir con todas las fuerzas, no era faltarle el respeto? Hace muchos años, Sasuke se burlaba de Naruto llamándolo "débil". Pero lo cierto era, que todas las veces que pelearon, jamás el moreno retuvo su poder. Siempre fue al máximo, siempre con todo porque era la única forma de no faltar al esfuerzo del rival.

Ambos sentían ese cosquilleo especial al chocar con el otro. Cuando la piel se eriza y advierte que pase lo que pase, perder no es una opción aceptable. Pelear y fracasar contra ese rival, es humillante a un nivel insoportable. Es algo que jamás se puede permitir.

Mientras Naruto no podía dejar de pensar en Sakura. A la cual había engañado para que no interviniera en la pelea. A la cual llenaría de preocupación cuando se diera cuenta de lo que ocurría. En cambio, Sasuke tenía en su mente a otra mujer. Usualmente se preguntaba qué había pasado por su cabeza cuando esa noche hace semanas, decidió acostarse con Hinata Hyuuga. Sabía las consecuencias, conocía los asuntos de clanes y sabía que haría mucho daño a la muchacha que se había portado tan amable con él. ¿Por qué lo hizo? ¿Acaso no podía nunca estar cerca de alguien sin dañarlo?


-Estamos cerca...-dijo Naruto y Sasuke tan solo asintió- ¿el valle del fin, está bien?


Sasuke no dijo nada, porque era una respuesta que se entendía sin necesidad de emitirla. Volvió a pensar en Hinata, más precisamente en la conversación que tuvieron cuando se encontraron en el campo de entrenamiento. Cuando el, por alguna razón que aún no podía explicarse, fue a buscarla para saber cómo estaba luego de no verse por muchos días.



Flash back:


Caminaron un rato por el campo alejándose de Kurenai. Hinata estaba especialmente hermosa, eso lo tenía que admitir Sasuke. Usaba un pantaloncillo hasta el medio muslo y la chaqueta que generalmente tenia cerrada hasta el cuello, ahora la llevaba medio abierta, dejando a la vista la camiseta de redes por debajo. Definitivamente estaba cambiada, exudaba cierta seguridad que antes no tenía. En sus movimientos, en su cuerpo se veía esa soltura.

-hace tiempo que no entrenamos juntos...-dijo Sasuke siempre en su tendencia de no saber que decir- te pude ver hace rato, contra ese Inuzuka. Has mejorado....mucho.

-lo sé...-sonrió levemente Hinata, por que le parecía muy gracioso que alguien se creyera invisible a su Byakugan.


Siguieron caminando y Hinata apenas podía aguantar las ganas de reír. Con solo no decir absolutamente nada, hacía que Sasuke no supiera como continuar el intento de conversación. Sin embargo la joven, no se sentía con la paciencia para ser amable. Tal vez porque su sangre aún estaba a temperatura de batalla.

-¿Qué quieres Sasuke? –consultó ella con tono cortés, aunque frio- creí...que ya no querías verme.

-yo no dije....no quise decir....-dudaba Sasuke como jamás se había visto- lo que paso fue....aun no resuelvo lo....

-¿para qué has venido Sasuke? –Preguntó Hinata deteniéndose para no alejarse demasiado de la zona donde Kurenai-sensei la esperaba- aquí no está Naruto-kun, ni nadie a quien Naruto-kun le interese lo suficiente como para pelear contra ti.

-no sé de qué hablas...-señaló el Uchiha que por alguna razón comenzaba a sentirse incómodo con el rumbo de la charla- solo quise saber cómo estabas luego de.........tu sabes.

-mi sensei se dio cuenta, y pronto mi familia también lo hará. –Anunció la mujer suspirando con cansancio- cuando eso suceda, tendré problemas. No hay nada que se pueda hacer.

-¿Qué clase de problemas?

-problemas que no te importan, -finalizó ella orgullosa y se negaba a que alguien sintiera lastima – ahora ve a hacer lo que quieres, desde hace mucho.

-¿a qué te refieres?

-cuando entrenábamos hace semanas, -aclaro Hinata alejándose y dejándolo solo- no luchabas contra mí, lo hacías contra él. Ahora tienes la excusa que tanto has esperado. Quieres derrotarlo, es lo único que realmente te importa. Entonces ve y hazlo, -Hinata se dio la vuelta volviendo con su sensei y dejándolo solo- yo no estoy en medio de ambos.


Fin del flash back:




Atravesaron las malezas altas y esquivaron una serie de rocas. En saltos rápidos y silenciosos, usaron como trampolín las copas de los árboles para por fin llegar al claro donde comenzaba el valle del fin. La noche era clara, la luna plateada los observaba como espectadora muda. Ambos habían crecido, ya no eran niños tontos jugando al ninja.

-¿recuerdas? –dijo Sasuke cuando se pararon frente a frente a 20 metros de distancia- ¿aquella pelea en este valle?

-éramos diferentes Sasuke...-respondió Naruto caminando por el lugar lentamente- ahora creo, que no deberíamos pelear.

-¿Por qué no? ¿Acaso piensas que mereces lo que tienes? Ni siquiera estabas pensando en luchar por ello. –Apuntó el moreno también caminando sin mucha prisa- Sakura solo está contigo por lastima. A menos que demuestres esta noche, lo contrario.

-¿por eso viniste aquí teme? –Consulto Naruto con una sonrisita leve- ¿por Sakura-chan? ¿Por qué ya no te sigue? Tienes a un millón de mujeres rondándote. ¿Por qué pelear por solo una?

-era mi prometida. ¿Sabes lo que todos dirán?

-nunca te ha importado lo que los demás piensen. –le recordó Naruto sacando un kunai de su estuche y empuñándolo con firmeza se puso en posición.

-es cierto....-contestó el moreno abriendo media docena de Shuriken en su mano como abanico y estiro el brazo listo para lanzarlos- pero tampoco me agrada perder. Nunca contra ti, ni con nadie.

-si peleamos ahora....- pregunto el Uzumaki- ¿quedara la deuda saldada?

-siempre y cuando... la pelea sea con todo.


"pelea con todo" "pelear a muerte" ¿acaso existía otro modo? ¿Había otra forma de probarse realmente? Ellos no la conocían, solo chocar como fuerzas opuestas hasta que no quedara nada. El verdadero significado del Shinobi. Pelear cuando dos formas de pensar se oponen. Dos estilos, dos formas de ver el mismo camino. Sakura y Hinata no podían entenderlo, nadie podía entenderlo. Era un duelo que estaba escrito desde antes que se conocieran. Era un duelo donde el corazón y el musculo se fundían para ser solo uno. La rabia, el dolor, la alegría, el pasado, el presente, y finalmente el futuro. Todo dependía de lo que esta pelea pudiera decirle a cada uno. Sakura solo era una excusa, el puesto de Hokage solo era una excusa. Todo lo que ellos eran, lo que sabían sobre el otro y sobre sí mismos, se revelaría en esa pelea.

Bajo la luz de luna, aparentemente solos.

Un combate que inició con ambos corriendo frenéticamente con armas en sus manos y destellos de muerte en los ojos. Gritaron el nombre del otro como poseídos, y la sangre hervía por vencer. Chocaron en el centro del campo y comenzaron los puños y las patadas a dar su canción de apertura. Dos Shinobi, dos amigos, dos compañeros, dos rivales. Y la sensación que no abandona a ninguno. Porque desde que se conocieron lo habían sentido. Que esta noche, que esta pelea con todo.


Era inevitable.

Continuara...

Fanfic NS: Renacer [+18] [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora