Capítulo. 7
Fred hizo una visita en Chicago. Se?había puesto en contacto con un investigador para saber de donde venía la rubia de ojos verdes.
—Javier, ¿cómo vamos con esa investigación de la que te hablé hace tres días? ¿Ha dado buenos resultados?
—Sí. A salido algo bueno. Contesto Javier. Muy bueno. En realidad fue muy fácil tener la información,
—Bien, bien, quiero qué me digad toda la información, Fred miro al hombre teclear en una computadora.
—¿Estás hablando en serio? —preguntó Fred sorprendido, después de unos segundos que leyó la información en el computador.
Candy lo había conmovido, pero Fred estaba convencido de que la complejidad de las personas radicaba en la lucha de contrarios en un mismo ser. Creía que en cada ser humano hay un lado oscuro, algo que todos en algún momento de la vida han querido ser, pero la mayoría son tan cobardes que no se atreven a dar el salto. Consideraba que una vida no era bien vivida si no se enfrentaba a uno mismo cara a cara; el sentimiento benevolente hacia Candy no le duró mucho. Pero ese era su pensamiento antes de tener la nueva información de Candy Andry. La chica en definitiva le importaba. Y, Fred iba a quitársela a Terry. Sorpresa, sorpresas. ¿ Quién iba a imaginar que Candy White era Candy Andry. La heredera de la familia más importante de Chicago. Si bien era cierto que el parentesco era inexistente, pues después de todo Candy si era huérfana, el dinero lo cambiaba todo. Fred, sonrió con ganas. No le diría nada a su madrastra , al menos no de la información que a él le interesaba. Hizo una reservación en el primer vuelo a Nueva York. Tenía que echar a andar su plan de conquistador. Ninguna mujer, en ese aspecto se negaba a él, y Candy no sería la excepción. De todos modos ella sería la afortunada, se iba a casar con él. Y cuando fuera su esposa, después podría seguir teniendo todas las mujeres que quisiera. Candy solo era la mina de oro que él iba a escarbar. Era una mina hermosa y valía mucho oro, ya se imaginaba a Terry, cuando Candy lo dejara por él.
Alrededor de las cuatro de la tarde. Elynor miró a Candy de arriba abajo tan pronto entró en la oficina. Elynor estaba sorprendida de la fortaleza que tenia la mujer. Hasta el momento la mujercita había hecho sin ningún obstáculo todo el trabajo. Pero no se ablandaria. La retuvo a su lado hasta las cinco. A las cinco y media, Candy recibió un mensaje.
De: Terry
Para: Candy.
Asunto: Tiempo.
¿Qué haces que no has aparecido aquí en mi oficina? Espero que sigas estando enamorada por tu jefe. Cariño, me muero por hacerte muchas cosas. Tuyo, Terry.
De: Candy.
Para: Terry.
Asunto: Tiempo.
¿Qué cosas? Besos
Su empleada impaciente por demostrar que aún sigue muy enamorada por su jefe
De: Terry
Para: Candy.
Asunto: Tiempo.
Saborearte y tocarte por todas partes, enterrar mi boca en la tuya hasta quedar sin respiración, ¿quieres algo más específico? Tuyo, Jefe que irá por su empleada y se la echará al hombro sin importar lo que hablen los demás.
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AMOR COMO EL NUESTRO
RomanceEL AMOR VERDADERO NO MIENTE, EL AMOR VERDADERO NO ENGAÑA. TODO LO SUPERA. TODO LO PERDONA. EL AMOR VERDADERO NO ES EGOÍSTA. NI ENVIDIOSO.