Cap 02

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. Lo que te unió a mi .

De: Priss

Capítulo II: La primera gran discusión.

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A penas eran al rededor de las 6:00 a.m. Los primeros y tenues rayos de luz solar ingresaban ligeramente por la ventana para así resaltar la delgada figura femenina que intentaba cubrirse con sus ropas.

El la observaba complacido y divertido a la vez; con esa cínica sonrisa estampada en el rostro mientras permanecía acostado, recargándose sobre ambos brazos y sin intención alguna de dejar el futon.

~ No sé porque me das la espalda, es más; ¿por qué tanta prisa por vestirte?, si ya conozco hasta el último rincón de tu cuerpo.

~ ¡Baka!.

La joven se giro, aun abotonando su camisa, para darle una mirada fulminante. Hao simplemente se sonrió al ver las reacciones que provocaba en ella; terminó por levantarse y vestirse. Debía irse y debía hacerlo ya.

~ No, espera...

La idea de la retirada se esfumo cuando a escasos pasos de la ventana escuchó la voz de su amante. "Es cierto, ella quería hablar", pensó el shaman, aunque realmente nunca habían sostenido una conversación decente, compleja y madura.

Las palabras que habían cruzado a lo largo de todo este tiempo se resumían en pequeñas discusiones de las que Asakura siempre salía victorioso gracias a sus apasionados labios.

No era el "hecho" de que se lo pidiese, fue más bien el ligero tono ansioso que en sus palabras pudo percibir, el motivo por el cual estuvo dispuesto a permanecer ahí y, quizás, hablar.

Más, sus pensamientos sobre la joven fueron interrumpidos por ésta misma.

~ Es sobre algo muy importante.

~ Habla.

~ A-aquí no.

Ella bajó la cabeza. Presentía una discusión, y una fuerte; además, con su prometido tan cerca no quería ni pensar en el embrollo que esto podía causar.

Anna se sorprendió cuando el joven Hao le extendió la mano para que lo siguiese, pero más que ser simplemente guiada, fue sostenida repentinamente entre los brazos del shaman, cuya intención era cargarla para trasladarse cómodamente sobre el espíritu de fuego que él mismo acababa de invocar.

La itako había sido completamente tomada por sorpresa y no pudo evitar el rojo en su hermoso rostro, así como tampoco pudo resistir la tentación de recargarse en el musculoso y perfecto pecho de su acompañante.

Todas esas extrañas reacciones que Hao provocaba en ella y de las que no sabía si le gustaban o no, fueron incrementándose con el tiempo, justo igual que sus tórridos encuentros.

El solo hecho de pensar que probablemente sintiese algo por este "demonio" la asustaba, la asustaba y mucho, de tal forma que no fue capaz de saber si el rápido y alocado latir de su corazón se debía a tenerlo tan cerca, o más bien debido al gran nerviosismo que la embargaba por aquello que le iba a decir.

Finalmente habían llegado al lugar donde la sacerdotisa acostumbraba realizar los ritos de purificación; aquella hermosa cascada cuya agua cristalina se tornaba fresca gracias al clima. El paisaje se mostraba de un vivo color verde adornado con pequeñas manchitas de colores, por lo general blanco y rosa, esas pequeñas flores que no hacían sino resaltar la belleza del lugar.

Kyouyama se deshipnotizó repentinamente. Hacia un buen rato que pisaban tierra firme y que el espíritu de fuego hubo desaparecido por ordenes de su amo, y ella aun seguía entre los brazos del shaman.

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