Blends

Capítulo 12

Resultó que los dos no habían exagerado la distancia entre el piso y el pub. Sirius se metió en un edificio al final de la manzana y les abrió la puerta con la bota. Remus apenas había tenido la oportunidad de asimilar el lugar, o de maravillarse por la gran cantidad de gente que había dentro en un domingo, antes de que una cabellera roja le llamara la atención; Lily y quien supuso que era Peter estaban sentados en la esquina más alejada del pub. James ocupó el lugar junto a Lily, acomodándose cómodamente. Remus se sentó en una silla al otro lado de la mesa, celebrando interiormente la cercanía del asiento vacío que Sirius reclamó un momento después.

Remus fue debidamente presentado a Peter, pero su intercambio fue cortado por James. "¿Que tal algo diferente, tal vez sólo bebidas por ahora?" sugirió, mirando a su alrededor antes de asentir hacia la barra, y luego a Sirius. "¿Te toca este, entonces? Podría sacarle unos cuantos regalitos a tu hombre".

Sirius levantó el dedo como respuesta, pero se dirigió al bar de todos modos. Remus fingió que estaba observando el pub, echando un breve vistazo al hombre que estaba detrás de la barra, cuya cara se dividió en una sonrisa cuando se fijó en Sirius. Sentía curiosidad por ver una aventura pasada de Sirius, pero rápidamente se dio cuenta de que no debería haberla sentido, ya que el tipo que estaba detrás de la barra no era definitivamente alguien a quien Remus hubiera llamado aburrido ni mucho menos. Era una de esas personas que cosechaban segundas o terceras miradas, y si a Sirius ese tipo le parecía un bostezo, Remus no quería saber cómo lo llamaría.

Sirius le hizo una seña a James, que se levantó de su asiento en un segundo, y cada uno tomó dos pintas y las llevó a la mesa. Sirius deslizó una de las suyas a través de la mesa hacia Peter y colocó la otra frente a Remus. James habló por encima de la graciosa negativa que Remus intentaba soltar.

"Espera, ¿no vas a tomar uno?", preguntó, mirando a Sirius.

"Al parecer, se está preparando algo especial para mí", dijo Sirius con altivez, volvió a la barra y regresó con una copa propia unos instantes después.

"Te vas a llevar lo que te mereces si sigues siendo una burla" dijo Lily después de un sorbo de su pinta.

"Yo no pedí esto", dijo Sirius, levantando las manos en señal de rendición. "Pedí cinco pintas, pero él insistió".

"Cuidado", advirtió Peter. "Por lo que sabes ha sido envenenado".

"Bueno, estaba hablando del karma, y ha tenido tiempo más que suficiente para envenenarlo", señaló Lily. "Ya lo habría hecho, según creo".

"Posiblemente", concedió James. "Aunque este podría haber sido su plan todo el tiempo. Dejar que baje la guardia y colarlo allí cuando menos lo espera".

"Escucha, Remus", dijo Sirius, inclinando la cabeza hacia él. "Tienes constancia de que estos cuatro se sentaron a discutir despreocupadamente sobre mi muerte y necesitaré que hables con la policía sobre su comportamiento sospechoso cuando yo no esté. No dejes que se vayan de rositas".

"Lo siento, me perdí todo eso", dijo Remus, sacudiendo la cabeza. "Todavía me maravilla cómo te las has arreglado para sacarle bebidas gratis a un tío al que dejaste hace años. ¿Tienes una villa en Francia de la que no sé nada, es el sorteo?"

Sirius dejó escapar un sonido de falsa ofensa cuando James aulló frente a ellos. "Abandonado es un poco exagerado", dijo Sirius, acomodándose un poco más en su asiento. "Cancelar después de tres citas no puede contar como abandono, Remus. Dame un poco de crédito".

Remus abrió la boca para hablar, pero James se le adelantó. "Llevarle arriba y follar con él tres veces tampoco cuenta como salir, querido".

"No suena tan aburrido como lo pones", observó Remus, pero inmediatamente se arrepintió de haber hablado porque Sirius lo miró con una ceja levantada y una sonrisa tímida.