A la hora de cerrar, había sacado suficientes fuentes de su libro de texto, y con las que había recogido del que había alquilado antes, tenía el esquema de su próximo trabajo para completarlo al día siguiente y consideraba que la sesión había sido productiva en general. Sin embargo, sintió una punzada de culpabilidad, sin saber si tal vez debería ofrecerse a quedar otra noche si Sirius estaba tan cansado como decía. Tal vez tenía muchas ganas de que aquello saliera bien, pues le bastaba con recordarse a sí mismo que Sirius no era nada comedido y que habría pedido que se cambiara la fecha si quería calmar sus nervios en ese momento.
Cerró su portátil y lo guardó junto con el resto de sus cosas mientras Sirius cerraba la puerta. Se ofreció a ayudar a barrer y fregar porque estaba allí y sentía que debía hacerlo, en lugar de sentarse a ver cómo los otros dos cerraban. Una vez que Mary hubo ordenado todo lo necesario, le preguntó a Sirius si no le importaba que se fuera diez minutos antes, y él le hizo un gesto desde el suelo, frente a la caja fuerte.
"¿Estás seguro?", comprobó ella.
"Adelante. ¿Tienes algún sitio urgente donde estar, Remus?" preguntó Sirius sin levantar la vista de su cajón.
Remus miró fijamente el montón de polvo que recogía. "De verdad, Mary, vete", insistió. "Estoy aquí de todos modos, más vale que lo haga".
"Gracias", dijo ella con seriedad. "Sólo que tengo que estar allí en media hora, y la última vez que falté tuve que esperar y hace frío-"
"Vete o te lo perderás", le ordenó Sirius.
Ella sonrió y dio las gracias una vez más antes de salir por la puerta. Remus pasó la fregona mientras Sirius terminaba con los totales de la noche, dando golpecitos con el pie al ritmo de Billy Idol que sonaba en el techo; nada sorprendente cuando el tema general de esta noche había sido una oda a los ochenta.
Mientras apagaban las luces y Sirius se marchaba, Remus le escuchó contar una historia sobre una cita que había visto salir mal ese mismo día. Para cuando salieron de la tienda y Sirius cerró con llave, Remus ya se había encogido lo suficiente como para vivir una pequeña vida, aliviado y a la vez arrepentido de no haber estado presente para presenciar el choque de trenes en tiempo real.
"El tío tampoco tenía ni idea de dónde se había equivocado", recalcó Sirius, apartándose de la puerta. "Me cambió la vida verlo".
"Yo he visto uno así, aunque no tan terrible", dijo Remus, envolviendo otra vez su ondulante bufanda alrededor del cuello en un intento de conseguir el máximo calor. "Quise interrumpirla y decirle que huyera lo más rápido posible, pero al final le puso fin bastante rápido".
Sirius se percató del escalofrío de Remus y tiró de su bufanda. "¿Cómo es posible que tengas frío ahora mismo? Llevas dos jerseys y esto", dijo.
"Tengo la complexión de un gorrión", dijo Remus. Metió la mitad inferior de la cara en el nido de la bufanda y habló más alto para compensar el material que le tapaba la boca. "No hace absolutamente nada por el aislamiento. ¿Qué tan lejos está tu casa?"
"No mucho", dijo Sirius, pareciendo irritantemente no afectado por la temperatura cuando llevaba una chaqueta más ligera que la de Remus. "¿Puedes aguantar diez minutos?"
"Mm... distráeme", pidió Remus, metiendo las manos con mitones en los bolsillos de su chaqueta.
Sirius tarareó vagamente. "¿Terminaste el trabajo?", preguntó.
"No del todo, no", dijo Remus. "Eso se hará mañana. Pero el esquema está terminado, así que el resto se escribirá solo".
Mientras caminaban, Sirius le contó más anécdotas de su día, y para cuando rozó el brazo de Remus y giró hacia un edificio a su izquierda, ya había podido ignorar suficientemente el frío. Siguió a Sirius por un tramo de escaleras y se detuvo detrás esperando a que abriera la puerta. Pasaron a un pasillo ya iluminado y Remus pudo comprobar que el lugar ya estaba bastante iluminado.
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Blends
FanficEsta es una historia wolfstar Au Cafeteria. SLOWBURN Todos los personajes pertenecen al mundo ficticio de *suspiro* J.K Rowling. Gracias por leer, Travesura realizada