Capítulo 32

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Con este capitulo terminamos este fic, fue un gusto compartir este hermoso fic y traducirlo para que ustedes también pudieran disfrutarlo. Espero seguirnos leyendo en cualquier otro de mis fics, "Librerías y bebes" e " It never goes out" ( Que planeo retomar ahora que ya termine este) y quédense hasta el final porque les tengo una sorpresa.  ;)

La habitación estaba en silencio, salvo por la pesada respiración de Sirius, y Remus la escuchó, sintió la subida y la bajada de su pecho antes de recordar un tema diferente y potencialmente delicado.

"Hice algo malo", admitió, las palabras amortiguadas contra el jersey.

"¿Estás loco?" resopló Sirius. "Estuve a punto de morir y volver a la vida, ¿y crees que lo hiciste mal?"

Remus sacudió la cabeza lo mejor que pudo aún boca abajo sobre el pecho de Sirius. "Eso no."

Sirius trazó un círculo con su pulgar en la base del cuello de Remus. "Entonces explícate rápido, porque en cuanto pueda moverme te devuelvo por eso".

"En ese caso, sabes qué", dijo Remus, "puede esperar".

Sirius resopló y pasó ambas manos por la espalda de Remus. "¿Qué has hecho?"

Remus ocultó aún más su rostro. "Ni siquiera lo consulté contigo antes", dijo. "Me han estafado, y antes de saber lo que estaba haciendo accedí a hacerlo".

"Escucha", dijo Sirius, dándole un toque a Remus. "Si estás a punto de decirme que nos has apuntado a una carrera de obstáculos con tres piernas para recaudar dinero para alguna organización benéfica, puedes despedirte de esa mamada". La risa de Remus salió amortiguada, lo que ayudó a escuchar la diversión en la voz de Sirius. "Lo digo en serio... no lo haré. Y tendrás que hacer esa carrera tú solo".

Remus lo apretó por el centro y se impulsó sobre los codos a ambos lados de Sirius, distraído momentáneamente por el pelo de Sirius que se abría en abanico a su alrededor antes de nivelarse con él. "Los voy a llevar a la ciudad mañana; papá quiere echar un vistazo a Reckless porque está convencido de que habrá otra joya esperándolo allí... no sabía cómo decirle que eres un poco mentiroso..."

"Mentira blanca, gracias".

"-Pero para ser justos, es probable que haya una o dos escondidas allí que le encantarían, y le dije que les enseñaría un poco la ciudad ya que hace tiempo que no la visitan--"

"Encantadora historia, supongo que la moraleja es que me han propuesto como guía turístico". presumió Sirius.

"Segundo guía turístico, y mira, no tenías que ver la cara de mi madre una vez que me arrancó que estabas solo en vez de acompañarnos, quieren darte las gracias, y si tengo que ver esa carita de decepción una vez más--"

Sirius se rió. "¿Cuánto pagas por el trabajo?", preguntó. "No sé lo que has oído, pero yo no trabajo gratis, y tú, Remus, puedes ser bonito, pero eres un manazas".

"Estoy bastante seguro de que acabo de pagarte", dijo Remus, mirándolo fijamente, y se deleitó en que Sirius se estremeciera bajo él.

"Oh, eso es lo que fue", dijo Sirius con timidez, su voz vacilando. "Soborno en su máxima expresión, mírate".

"No tuvo nada que ver con esto, pero si eso es lo que te lleva allí, que así sea", dijo Remus. "No tiene que significar nada, ¿de acuerdo? Esto puede ser una cosa de amigos".

Sirius cardó sus dedos por el flequillo de Remus, dejando escapar una risa desconcertada. "Qué te dije, nunca te voy a entender", dijo. "¿A qué hemos llegado no hace ni diez minutos?"

"Mamá, papá, ya conocéis a Sirius, llevamos veinticuatro horas liados", recitó Remus aireadamente para ayudar a su punto.

"Bueno, no estaba sugiriendo eso", dijo Sirius, tirando de uno de los rizos de Remus de forma señalada. "Todo o nada contigo, ¿no es así?"

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