La tristeza se percibía en aquel lugar.
Tanjiro guiado por su olfato se abrió paso en aquella casa que no le pertenecía. En una pequeña habitación se encontraba un joven de cabello castaño arrodillado frente a un altar, una sonrisa triste llevaba consigo, ambas manos estaban juntas mientras oraba. Él no lo podía negar, la apariencia del castaño siempre le llamó mucho la atención, en especial sus brazos, los cuales eran de color blanco contrastando con el tono moreno natural de su piel. Le gustaba el diseño de la capucha blanca que siempre llevaba sobre su uniforme, también le agradaba el largo arete de color negro que traía en su oreja derecha.
-Señor Nakamura – Llamó Tanjiro sintiéndose pequeño ante la presencia del mayor. El joven levantó la mirada y le sonrió con toda la sinceridad del mundo.
-Tanjiro – Dijo levantándose del suelo. – No me había dado cuenta de que estabas ahí, mil disculpas.
-No se disculpe, señor, yo me disculpo por interrumpir su oración – se inclinó el menor con un leve sonrojo por las disculpas de Nakamura.
-No es necesario que te inclines – respondió el castaño ayudándolo a pararse derecho – No soy un viejo.
- ¡Pero usted es un pilar señor! – exclamó inflando sus mejillas. Nakamura se sonrojó un poco.
-Eres un poco terco – dijo Yukio con una sonrisa.
-Lo olvidaba – murmuró Tanjiro – Senjuro dice que dentro de poco comenzara el funeral.
Su cuerpo se tensó, con cuidado se giró encontrándose con una joven de cabello negro el cual le llegaba hasta los hombros, su piel era morena clara, llevaba puesto el uniforme de los cazadores de demonios y sobre estaba una capucha de color negro que combinaban con el color de sus brazos, uno de sus ojos era de color castaño y sobre el otro había una cicatriz provocando el color blanco de este siendo inevitable negar su ceguera, se podía apreciar otra gran cicatriz a lo largo de todo su cuello, en su oreja izquierda había un largo arete color blanco, ella era mucho más lata que él, y en su rostro no había expresión alguna.
- ¡Kyoko! – exclamó Yukio feliz al verla – Creí que estabas en el lago con Giyu. – La mujer negó con la cabeza – ¿Sabes dónde están él y Senjuro? – Asintió y señaló una gran puerta detrás de él – Supongo que están en el gran árbol preparando todo – Ella volvió a asentir, su expresión seguía siendo la misma.
Tanjiro observaba el intercambio de miradas que surgió entre ambos pilares, tenía entendido que la señora Yamada no siempre había sido muda y medio ciega, esos problemas que ahora cargaba habían sido producto de batallas con diferentes demonios. Ambos comenzaron a hacer señas, y en ese momento más que nunca deseo entender el lenguaje.
-Tanjiro – Lo llamó Yukio – ¿Por qué no te vas adelantando? Dile a los demás que ya vamos para allá – El chico asintió y con rapidez salió del lugar dejando a los dos solos.
Yukio suspiró, con pesadez se dejó caer al suelo, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y cubrió su rostro con sus rodillas. Kyoko se inclinó a su altura y solo se dedicó a ver como su esposo lloraba amargamente, nunca supo consolar a las personas, y cuando podía hablar siempre terminaba diciendo algo indebido provocando que la otra persona llorara aún más, en realidad había consolado a tan solo tres personas, y las tres terminaron llorando aún más, una de ellas fue Yukio.
La muerte de su mejor amigo los había afectado a ambos por igual, pero en el castaño era notorio, y la pelinegra prefirió guardarse todo, o tal vez era que desde hacía mucho que sus sentimientos se habían quedado estancados en un mismo lugar no pudiendo encontrarlos con facilidad.
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La Colisión del Pasado y EL Futuro = GIYUTAAN
FanfictionTanjiro, Zenitsu e Inosuke son atacados por un demonio antes de que comience el funeral de Kyojuro y estos terminan en otro lugar encontrandose con las personas que menos esperaban, Sabito y Makomo. El pasado y el futuro colisionaron, y ahora tend...