"-Tengo miedo de olvidarlo. Su voz me parece tan lejana, como si fuera un susurro que pronto no lo volveré a alcanzar"
Tanjiro se encontraba sentado junto a la gran piedra que Sabito logró cortar a la mitad. La luz de la luna iluminaba todo el lugar, todo se mantenía en silencio, en realidad, cada objeto del lugar se encontraba en el lugar donde debía estar, y los olores que estaban ahí seguían siendo los mismos de siempre, y parecía ser que nada cambiaría, ya que, en el futuro, cuando él estaba entrenando con el señor Urokodaki, desde las más pequeñas a las más grandes rocas estaban en el mimo lugar.
Suspiro aliviado al recordar que habían podido salvar a Sabito. Un nuevo olor invadió sus fosas nasales.
- ¿Qué haces en medio de la noche aquí solo? – preguntó Giyu acercándose a la roca.
- ¡Tomioka! Me asustaste – dijo el pelirrojo llevándose la mano al corazón.
-No has respondido mi pregunta – contestó serio.
"Su voz es diferente a la del Tomioka que conozco, tal vez un poco más aguda y menos apagada que de costumbre, pero, aun así, aunque suene diferente la encuentro igual de tranquilizadora y cálida"
-No podía dormir, tengo demasiadas cosas en la cabeza – contestó con una sonrisa, sin embargo, sus preocupaciones ocupaban su cabeza, encontrar el reloj era como encontrar una aguja en un pajar, y la duda si podrían morir en ese tiempo lo carcomía lentamente. - ¿Y tú que haces afuera tan noche? – La expresión del niño tan solo cambió un poco.
-No puedo conciliar el sueño – respondió Tomioka colocándose junto a él.
- ¿Por qué? – preguntó poniendo su mano sobre el hombro del contrario. Olía a tristeza, a pesar de todo, Tomioka seguía oliendo a tristeza. – ¿Te sientes bien?
-Eso no es tu interés – dijo con brusquedad. De nuevo, Tanjiro sonrió.
- ¿Sabes? Hace casi tres años un demonio asesinó a mi familia – comentó subiendo la mirada al cielo nocturno – Yo no estaba ahí cuando sucedió, me encontraba en el pueblo vendiendo unas cosas para pasar un buen año nuevo. Cuando llegué a la casa todos estaban muertos – La voz del pelirrojo se iba apagando con cada segundo que transcurría, Giyu se mantenía silencioso.
- ¿Los extrañas? – le preguntó un poco curioso - ¿Por eso entraste al cuerpo de cazadores de demonios?
-Sí, por eso entre. Al principio no sabía lo que sucedía, pero un chico que era cazador me ayudó y me mandó con su maestro – explicó recordando la primera vez que lo vio. – Y si, extraño a mi familia.
-Mi hermana murió hace años – soltó sin más con un simple suspiro.
- ¿Tenías una hermana?
-Los demonios se la comieron – susurró.
-Debió ser horrible – murmuró acercándose aún más a él. Sin querer hacerlo, Giyu comenzó a llorar, lágrimas se resbalaban de sus mejillas cayendo así, al suelo. Tanjiro lo abrazó lo más fuerte que pudo intentando darle el consuelo que él jamás tuvo, el pelinegro correspondió la acción del que para él, era un desconocido, sin embargo, los brazos de aquel chico eran tan cálidos y de manera extraña, tan familiares, que, de alguna u otra manera, no se quería soltar de su agarre.
"-Ofelia.
- ¿Ofelia? ¿Qué es eso? ¿Es un dulce?
-Es un nombre que es utilizado para las mujeres, proviene de occidente.
- ¿Y qué significa?
-Significa, la que socorre a los demás.
- ¿En serio? Es muy hermoso.
-Si tu hubieras sido mujer y fueras de occidente, definitivamente te llamarías Ofelia.
- ¿Dónde lo escuchaste el nombre?
-Yukio habla hasta por los codos, no es muy difícil enterarte de cosas cuando estas con él.
-Tienes razón. Me gustaría conocer a alguien que se llame Ophelia. Creo que sería interesante"
- ¿Me podrías soltar? – preguntó Giyu tiempo después.
-Cierto, lo lamento mucho – se disculpó Tanjiro soltando al menor. ¿Cuánto tiempo había pasado? No lo sabía, en realidad ninguno de los dos lo sabía, tal vez solo fueron unos minutos, o quizá un par de horas.
- ¿Cómo te fue en la prueba? – dijo cambiando de tema al notar que el ambiente se había vuelto un poco incómodo - ¿Fue muy difícil? – Tomioka bufó - ¿Qué pasa? ¿Sucede algo?
- ¿Por qué tienes tanto interés en saber? – cuestionó cruzándose de brazos.
-Desconfías mucho de las personas – dijo Tanjiro – Creo que la confianza en otros cazadores es esencial en la organización. – Atónito ante las palabras de contrario, se acercó más a la gran roca.
-No fue muy complicada – respondió sin mirarlo.
"Pero ¿Y el demonio? ¿Qué habrá pasado con el demonio mutante? ¿A caso se lo encontraron? O tal vez... ¿se alejaron de él?"
- ¿No hubo nada raro? – siguió Tanjiro.
-Matamos criaturas que son llamadas demonios con una espada especial con respiraciones que nos ayudan a aumentar nuestras capacidades, ¿Cómo no va a haber nada raro?
Tanjiro, cohibido por la respuesta contestó – Lo lamento, la pregunta fue algo tonta – Giyu no le respondió – Me refería, que si no se encontraron con un demonio mutante o algo parecido.
- ¿Un demonio mutante? ¿Por qué habría un demonio mutante en la selección final? Se supone que solo hay demonios que no han comido más de dos o tres humanos. – Poco a poco una pequeña desconfianza crecía en el más pequeño de los dos, sin embargo, era opacada por un sentimiento de una extraña comodidad y una gran sensación de haberlo conocido en alguna vida pasada.
Tanjiro suspiró aliviado al saber que no se encontraron con esa criatura. – Creo que digo muchas tonterías – respondió llevándose la mano hacia la nuca.
-No me digas – bufó rodando los ojos.
Un silencio se produjo entre ambos, aunque no era muy notorio, ya que el ruido que producían los grillos y el sonido de la cascada lo ocultaba. Tanjiro se comenzó a balancear al ritmo de los sonidos que para él eran hermosos, Tomioka mostró algo de extrañeza al notarlo, pero ni hizo nada, no comentó nada, simplemente se quedó callado y dejó que el pelirrojo se balanceara libremente.
¿Y si algún día todo lo que uno crearía posible se desmorona frente a sus ojos sin compasión alguna? ¿Qué pasaría si así fuera? Tal vez se llenaría de preguntas hasta llegar a enloquecer, o tal vez, solo tal vez, abrasaría aquello que se mostró como posible y se balancearía al ritmo que pequeños insectos le indicaban, y conocería a las personas que lo acompañarían por el resto de su eternidad.
El futuro ahora era incierto, como siempre había sido, sin embargo, no podía hacer nada para intentar negarlo, y bien sabía que no podría huir de él como muchos otros lo habían intentado.
Ahora solo tenía a sus amigos para regresar a su hogar, porque su familia tan solo se encontraba en sus más bellos recuerdos. Era inevitable recordar sus olores, pero con cada segundo que pasaba se disipaban aún más, y temía no volver a ver a su hermana.
"Tomioka... huele a soledad"
-Tomioka – lo llamó Tanjiro - Si te sientes solo, ven a estar solo conmigo.
El niño sorprendido ante las palabras del contrario, tan solo respondió – Dime Giyu, y gracias.
Ambos sonrieron sinsaber lo que el futuro les tenía preparado.
ESTÁS LEYENDO
La Colisión del Pasado y EL Futuro = GIYUTAAN
FanfictionTanjiro, Zenitsu e Inosuke son atacados por un demonio antes de que comience el funeral de Kyojuro y estos terminan en otro lugar encontrandose con las personas que menos esperaban, Sabito y Makomo. El pasado y el futuro colisionaron, y ahora tend...