Capítulo cuatro: El reloj de oro

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"Si te sientes solo, ven a estar solo conmigo"

El corazón es muy frágil, tal vez demasiado. Amar a alguien significa ser condenado al sufrimiento, ya sea grande o menor. Cuando dos pilares se unen en lo que los humanos llaman "matrimonio" sus brazos cambian de color, representando el tipo de respiración que usan, y pueden transferir algo de su energía a su pareja si está herida, sin embargo, no muchos lo hacen, ya que dicen que estarán condenados a morir en batalla, y si uno de ellos muere el otro deambulará en su propia tristeza hasta morir tan solo unos meses después. Kyoko Yamada y Yukio Nakamura están condenados a ese destino.

Habían pasado siete días desde que Tomioka y Sabito se fueron a la selección final, y Tanjiro tenía los nervios de punta, no sabía si quitarles las máscaras había sido suficiente para salvarlos.

Era de noche, el pelirrojo barría la entrada de la cabaña con un poco de pereza, Zenitsu e Inosuke ya habían terminado todas las tareas que les había encargado el señor Urokodaki, y ahora estaban dormidos junto a Makomo en la habitación.

-Te siento estresado, joven Kamado – dijo el Urokodaki saliendo de la casa - ¿Qué es lo que te tiene preocupado?

- ¿Cree que ellos volverán a salvo de la selección final? – preguntó el joven. Sus manos apenas podían sostener la escoba, estaba demasiado nervioso por lo que podría pasar en el porvenir.

-No lo sé – suspiró el anciano sentándose – Hace años que mis alumnos no vuelven de la prueba. A veces creo que no los he preparado bien.

Tanjiro se quedó en silencio intentando procesar las palabras de Urokodaki, hasta que por fin comprendió lo que decía.

- ¡¿Qué?! ¡No diga esas cosas, señor Urokodaki! ¡Yo sé que usted es un gran maestro! ¡Tomioka es uno de los mejores pilares que he conocido y fue su alumno!

-Giyu ni siquiera ha sido seleccionado como cazador – comentó tomando una posición más cómoda. La piel de Tanjiro se puso pálida, se había dado cuenta de su gran error al decirle aquello al ex-pilar.

- ¿Qué? ¿Yo dije Tomioka? JAJAJA, me refería a... - los nervios se estaban apoderando de él, evitando que pudiera hablar y pensar con claridad.

-Sé que no son de este tiempo – soltó el anciano. Tanjiro sintió como el alma se iba de su cuerpo.

- ¿Có-co-como...

- ¿Cómo es que sé? – preguntó Urokodaki al ver que no podía hablar. El pelirrojo asintió con efusividad. – Cuando Giyu y Sabito vinieron a avisarme que tres chicos estaban en el bosque tirados sentí algo raro, sus uniformes tienen pequeños detalles distintos a los que se usan en este tiempo, además, tú tienes el aroma de Giyu impregnado en todo el cuerpo.

Cierto! ¿Cómo no lo pensé antes? El señor Urokodaki y yo tenemos el sentido del olfato muy desarrollado. Supongo que olía a Tomioka ya que estuvimos juntos antes de que el demonio nos mandara a este lugar"

-Aún sigues oliendo a él – aclaró – Aunque ya no tanto como antes.

-El olor de alguien no se queda tanto tiempo en un cuerpo ajeno – murmuró Tanjiro sentándose junto a Urokodaki – Y menos tantos días.

-Los pilares pueden impregnar su olor en ciertas personas, no lo hacen a propósito, pero aun así lo hacen – explicó girando su cabeza hacia al chico.

"Por eso en el aroma del señor Nakamura está muy presente el olor de la señora Yamada"

- ¿Por qué es así? - preguntó de manera curiosa.

- Algunos dicen que es porque el aura de un pilar es demasiado fuerte e imponente y fácilmente su aroma se podría impregnar en otra persona – comentó dirigiendo su vista al cielo – Otros dicen que hay ciertos pilares que impregnan a su ser amado o la persona con la que están destinadas a estar con su aroma de manera inconsciente para evitar que otra persona se les acerque. Pero son simples rumores – aclaró al ver la expresión de desconcierto en el rostro del menor – Me gustaría saber ¿Cómo fue que llegaron aquí?

-Zenitsu, Inosuke y yo intentábamos retener a un demonio para que no llegara a la casa del pilar de la llama – explicó Tanjiro tratando encontrar la luna entre tantos árboles – Pero ese demonio sacó un reloj...

-Espera un momento – lo interrumpió - ¿Dijiste un reloj?

-Sí, un reloj – respondió confundido.

- ¿Cómo era ese reloj?

-Pues – dijo intentando recordar el pequeño objeto que había estado en las grandes manos de ese demonio – era pequeño. Era completamente dorado y tenía inscripciones raras, no puedo decirlas, pero las puedo dibujarlas. – El anciano asintió impaciente. Tanjiro tomó una de las ramas que había barrido, y con algo de dificultad, dibujó en la tierra aquellos símbolos que había visto. Urokodaki se mantenía silencioso viendo como dibujaba el chico.

-O dios – murmuró el anciano cuando el pelirrojo había terminado.

-Señor Urokodaki ¿Qué sucede? - preguntó confundido.

-Esas inscripciones que dibujaste, solo están en un objeto conocido en este mundo – comentó sin quitar la mirada de aquel dibujo – En el reloj de Vann y Jorden.

- ¿El reloj de Vann y Jorden? – No estaba entendiendo nada.

-Sí. Hace cientos de años, el pilar de la noche, la pilar del día, el pilar de la llama y el pilar del sonido crearon el reloj de Vann y Jorden. Dicen que el objeto estaba hecho para viajar en el tiempo, varios demonios e incluso cazadores intentaron obtener el reloj, así que los pilares decidieron ocultarlo en un lugar en donde jamás lo podrían encontrar. Unos dicen que lo lanzaron al mar del puerto de Hiroshima, otros dicen que lo ocultaron en una isla cerca del pacifico, la mayoría piensa que lo destruyeron al ver el peligro que conllevaba tenerlo.

-Eso quiere decir que no lo destruyeron – murmuró Tanjiro.

-Ese demonio de alguna manera obtuvo el reloj – dijo Urokodaki – Tiene un poder sin igual en sus manos. Fácilmente podría acabar con todos los humanos si así lo desea.

- ¿Es tan peligroso? – dijo preocupado.

-Lo es, podría alterar toda la historia – dijo el anciano levantándose del suelo – Todo lo que conocemos podría cambiar.

-Tenemos que recuperar ese reloj – exclamó Tanjiro poniéndose de pie con brusquedad. – Aunque, encontrarlo será muy complicado.

-Esto es una suposición, pero creo que ese demonio no llevaba mucho tiempo con el reloj en su poder, al parecer no sabe bien cómo usarlo.

-Entonces tenemos que encontrar el reloj antes de que él lo haga – dijo decidido.

Dos aromas llegaron a sus narices de manera repentina. El hombre y el chico callaron al ver dos siluetas subir por la montaña, Sabito y Tomioka subían con dificultad. Tanjiro corrió hacia ellos con el corazón lleno de gozo. Lo había logrado, había podido salvar a Sabito de aquel destino cruel que lo esperaba.

- ¡Sabito! – exclamó, con brusquedad lo abrazo, apartando un poco a Tomioka de su amigo - ¡Estas bien!

"¿Por qué ese raro abraza a Sabito? Parece preocupado, pero ni siquiera lo conoce" pensó Giyu.

- ¡Tomioka! – exclamó de vuelta Tanjiro lanzándose sobre él para abrazarlo – Ambos están bien.

- ¿Te sientes bien? – le preguntó Sabito confundido a Tanjiro al ver la reacción extraña. Giyu no se podía mover, Tanjiro lo abrazaba tan fuerte que no se podía mover.

- ¡Niños! – los llamó Urokodaki yendo hacia ellos – Están bien.

-Señor Urokodaki – dijeron Sabito y Giyu a la par. Como pudo, el pelinegro se separó del agarre del pelirrojo y fue hacia su maestro.

El anciano los abrazó a ambos con gran alegría, sus alumnos habían llegado con bien a casa.

"Ellos están bien. Lo logré" pensó Tanjiro. La imagen de su hermana invadió su mente al recordar cuando regresó de la selección final. Sin esperar mucho, comenzó a correr de regreso a la casa "Tengo que volver, mi hermana mi espera"

Abrió la puerta de la habitación donde estaban dormidos Zenitsu e Inosuke con brusquedad, provocando que ambos despertaran.

- ¿Tanjiro? ¿Qué sucede? – preguntó el rubio intentando enfocar su vista para ver mejor a su amigo.

-Tenemos que ir por el reloj de Vann y Jorden.

La Colisión del Pasado y EL Futuro = GIYUTAANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora