Una chica de clase media baja, va a una Universidad privada, exclusiva para gente rica. Además de ser mirada con desprecio por sus compañeros millonarios, ella ha hecho enfurecer al líder de un grupo conocido como los F7, quienes son los herederos d...
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Por fín llegué a la Torre Namsan donde me había citado Jungkook, quien seguramente ha de estar furioso, no lo culpo, ya son las once de la mañana y tengo mil llamadas perdidas de él. Lo busqué con la mirada, hasta que por fin lo encontré y en lo que me iba acercando podía notar cada vez más su gesto de incomodidad.
—¿Por qué nunca puedes ser puntual? Siempre llegas tarde— me gritó.
—Llegué sólo diez minutos tarde— me hice un poco la tonta para ablandar la situación— No te molestes.
—¿Que no me moleste? Tú llegas dos horas tarde pero, ¿te quejas de mí?— dice indignadísimo.
—No está bien gritarle a una chica— lo encaró Lino, quien estaba detrás mío hace unos segundos y sonreí al notar sus agallas— Eres una vergüenza para los hombres.
Jungkook dió un pequeño brinco del susto al notarlo— ¿De dónde salió este mocoso?— lo mira y frunce el ceño.
—No soy ningún mocoso, me llamo Lino— se defendió.
—Es hijo de mi vecina, me pidió que lo cuidara, así que lo traje para que se divirtiera un poco, cuando lo vi parecía estar triste— le expliqué a Jungkook y agarré de la mano a Lino.
—¿Él? Parece un gángster, ¿Cómo podría estar triste?— dijo mientras se inclinaba hacia él y empezó a pellizcarle la mejilla mientras se reía.
—Me duele. Suéltame— se quejaba el pequeño mientras golpeaba la mano de Jungkook para que lo dejara en paz.
—Oye— golpeé la mano de Jungkook para que soltara al fín al pequeño y me miró aburrido— No trates mal al niño ¿Si?
—Eres malo— le dijo Lino mientras se sobaba la mejilla.
—Tss— Jungkook se quejó y Lino le sacó la lengua.
—Gabi, eres la mejor, ¿Podemos ir a jugar?— me pidió Lino tiernamente mientras balanceaba nuestras manos.
Le sonreí de inmediato y asentí.
—¡Oye! Estás actuando, te haces el adorable. Gabi, no te dejes engañar— me advirtió Jungkook, señalando a Lino con un dedo acusador. Pero que inmaduro es.
—¿Por qué peleas con un niño?— le grité y fruncí el ceño— Lino, ¿A dónde quieres ir?— me incliné hacia el pequeño y le sonreí.
—Quisiera ir al zoológico— me respondió mientras golpeteaba el suelo con el pié.
—¿Acaso te irás al zoológico con él? Acabas de llegar, ¿Y ya te vas?— me preguntó Jungkook enfadado y suspiró.
—La idea es ir todos, pero si quieres no vengas— le respondí y encenté mi camino junto con Lino.
