Una chica de clase media baja, va a una Universidad privada, exclusiva para gente rica. Además de ser mirada con desprecio por sus compañeros millonarios, ella ha hecho enfurecer al líder de un grupo conocido como los F7, quienes son los herederos d...
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—No sé bien cómo sucedió tan rápido —continúa contandome Lisa con entusiasmo —En realidad, fui a su casa para almorzar juntos. Entonces... dijo que intentaría quererme, me conmovió mucho. No sé bien por qué estoy tan feliz. Me di cuenta... —me mira a los ojos y sonríe — que realmente lo quiero.
Me he quedado como una estatua frente a Lisa y bajo un instante la mirada sin saber muy bien lo que está pasando. No puedo creer lo que acabo de oír, de repente el alcohol se me bajó de golpe y todo es muy claro. Sabía que esto ocurriría en cualquier momento, pero no pensé en lo mucho que me dolería. La cabeza me da vueltas, estoy hecha un lío.
—Gabi, ¿Te alegras por mí?
Resoplo mientras formo una amplia sonrisa en mi rostro —Sabía que triunfarías.
—No estás enojada. ¿O sí? —me mira un poco preocupada.
—Claro que no —mi sonrisa se intensifica.
Lisa vuelve a sonreír y me da un fuerte abrazo. Las mejillas me arden, apoyo mi mentón sobre su hombro y los ojos se me empiezan a llenar de lágrimas, las cuales al cabo de unos segundos, me son imposibles de retener.
...
—Oí que JK le pidió a ese mono que saliera con él —informa Jin.
—Jungkook y mono... no me lo imagino —dice Suga y se lleva una mandarina a la boca.
—Se llama Lisa —los corrijo —Como sus amigos, deberían alegrarse de que esté madurando —mi tono de voz se vuelve grave.
—Gabi, ¿por qué parece que esto no te afecta? —me pregunta Jin —¿No estás molesta?
—¡Gabi! —de repente escucho a Seung gritar, alzo la vista, veo como viene corriendo hacia nosotros y luego se sienta a mi lado en el césped —Al fín te encuentro, hoy te traje el almuerzo, comamos juntos —me entrega una vianda llena de deliciosas bolas de arroz —Las hizo mi abue...
—Calla —Suga le lanza su mandarina en la cara y éste lo fulmina con la mirada —Cómete las bolas de arroz.
—¿Quieren? Son muy ricas —Les ofrezco a los chicos.
Seung abre los ojos como platos y me quita la vianda de las manos de inmediato —No, mi abuela las hizo sólo para ti. No puedes compartirlas.
En ese momento, Tae como si nada, coge una y luego le da un gran mordisco mientras se encoge de hombros.
—¿Qué tal están? —le pregunta Jin.
—Está pegajoso, es delicioso —Tae sonríe y luego le da otro mordisco.
—Oigan, ¿dónde están los demás? —pregunta Seung.
—Jimin, Nam y JHope están en clases de baile —le responde Suga aburrido y luego roba de sus manos la bola de arroz que está a punto de comerse.
