Una chica de clase media baja, va a una Universidad privada, exclusiva para gente rica. Además de ser mirada con desprecio por sus compañeros millonarios, ella ha hecho enfurecer al líder de un grupo conocido como los F7, quienes son los herederos d...
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Ya era de noche, estaba en mi habitación haciendo mis últimas tareas, mi estómago empezó a quejarse del hambre y fui a la cocina a husmear en el refrigerador. De pronto, alguien empezó a tocar la puerta muy fuerte.
Fui a abrirla y para mi sorpresa era Jungkook— ¿Tú? ¿Qué haces aquí?
—Oye, antes de abrir una puerta debes preguntar quién es ¿Y si era un ladrón? Por eso digo que eres tonta— dijo entrando a mi casa con las manos dentro de los bolsillos.
—¿Soy tonta? No te creas tanto, ¿Crees que eres muy listo?— le alcé la voz.
—Si hubiese sido un ladrón, quien sabe lo que te hubiese pasado— me alza la voz también.
—Bien, aunque pase algo ¡No tiene nada que ver contigo! ¿Por qué no te ocupas de tus cosas?
—¡¿Ahora no tienes nada que ver conmigo?!
—¿Cómo sabías donde vivo?
—Te rastree.
—¿Qué? ¿Pero có...?
—Jungkook, ¡viniste!— me interrumpió mi madre entrando a la sala emocionada— Gabi y yo te extrañamos.
—¡¿Quién lo extrañó?!— grité— ¡¿Y por qué sigues aquí Jungkook?!
—¿Qué? ¿Acaso no me abriste la puerta para que entrara?— preguntó sarcástico.
—Tú...
—Gabi, tus modales— me interrumpió mi madre— Jungkook puede venir si quiere. Bienvenido Jungkook.
—Es bueno volver a verla señora— le dijo amablemente.
—¿Por qué estás tan pálido? ¿Estás enfermo?— le preguntó mi madre preocupada.
—Bueno... debe ser por el cambio de temperatura.
—Mamá, así es Jungkook de pálido, parece un muerto viviente— dije.
Inmediatamente mi mamá me dio un pequeño golpe en la cabeza y me quejo del dolor— Entiendo Jungkook, no debes sentirte nada bien, ven y siéntate primero a descansar— ofreció llevándoselo al mueble.
Jungkook se sentó y me miraba mientras sonreía pícaro. No puedo creer a este tipo, siempre se sale con la suya.
—Gabi, ve a traerle algo de fruta y agua a Jungkook— me ordenó mi madre.
Qué molestia, encima debo atenderlo, sólo me trae problemas. Le hice caso a mi madre y fui a la cocina a traer fruta para ese estúpido. Cuando llegué a la sala mis padres y él estaban charlando en el mueble.
—Vaya, yo pensaba que te habías peleado con Gabi y por eso ya no venías— le dijo mi padre.
—Si, ¿Están bien ustedes dos?— le preguntó mi madre.
