Una chica de clase media baja, va a una Universidad privada, exclusiva para gente rica. Además de ser mirada con desprecio por sus compañeros millonarios, ella ha hecho enfurecer al líder de un grupo conocido como los F7, quienes son los herederos d...
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Narra Jungkook.
Bien, listo. Échale un vistazo —Suga me lanza rápido el teléfono una vez que termina de tomar las fotos que le pedí.
—Ésta no, me veo horrible. La galleta salió muy fea en ésta y ésta tampoco sirve. La galleta y yo salimos muy mal —me quejo mientras reviso las horribles fotos que tomó —Si no fuera porque JHope está en clases, en la vida te pediría este tipo de favores. Me ayudarás a tomar más fotos luego.
—¿Qué tienen de especial esas galletas? ¿Están benditas? —me pregunta Jimin.
—Gabi se las dió —le responde Tae mientras se forma una sonrisa en su rostro.
—La cara sonriente más preciada te la comiste tú. Tonto —le alzo llamo la atención.
Los chicos se echan a reír y Tae se encoge de hombros.
—¿Qué dicen? ¿Se parecen a mí? —comparo cada una de las galletas con mi rostro —Vean ésta, soy yo enojado. Ésta es mi favorita, estoy sonriendo. ¿Verdad que si nos parecemos?
—Claro, son idénticos —dice Jin —Gabi sigue la corriente de conciencia abstracta. Busca lograr un parecido, no una representación precisa —se mofa.
Nam se ríe de lo que dijo Jin y luego se dirige a mí—Eh, ¿Cómo salió todo entre ustedes el día de tu cumpleaños? ¿Pasó algo que valga la pena contar?
—Bueno... —sonrío al recordarlo —abrimos un poco el camino.
—¿Cuánto? —Jimin sonríe como un pervertido.
—Miramos las estrellas juntos... y nos besamos —digo con entusiasmo.
—¿Qué? —dicen Suga y Jin al unísono.
—JK, ¿Eres hombre en serio? —me pregunta Nam.
Mi sonrisa se desvanece y miro serio a mis amigos —Oigan, quiero que las cosas funcionen, por eso voy lento —les digo y finalmente le doy el primer mordisco a mi galleta. Están muy buenas.
...
Narra Gabi.
—¿Trescientos millones? ¿La mamá de Jungkook quería darte trescientos millones? —SunHee abre los ojos como platos —Es un dote grande —asiente con la cabeza.
—Lo sé, pero es para alejarme de Jungkook.
—¿Y él sabe de esto?
—No, no se lo he contado. Lo que menos quiero es preocuparlo y que tal vez por mi culpa pelee con su madre —hago un puchero.
—Comprendo, pero esa señora ha ido muy lejos, ¿Qué le da el derecho para actuar así?
—Exacto, no soy su empleada —acomodo los vasos con furia al recordarlo.
