Es mi paciente!!! [Editando]

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Junta:

Las semanas pasaban y no había ningún proceso.

-¿Como es que Takato-Kun lo soporta? -susurro Kanade-Chan.

Las miradas estaban fijas en las personas al otro lado del vidrio unilateral.

Aunque me costará admitirlo, la joven a mi lado tenia razón ¿Como es que mi omega podía con este tipo de gente?

Salí de mis pensamientos cuando el hombre que hablaba con mi omega, cambió su tono de voz.

-Ya lo sabe ¿No es así?

Mi omega levanto una ceja y pregunto-: ¿Saber que?

-¿No le han informado? -dijo, seguido de una risita-. El plazo se cumple dentro de dos días.

Podía sentir la confusión de Takato-San; sin importar, que mantuviera su expresión serena.

-Tengo que serte honesto, no lo sabía -confesó-. Pero ¿Tú como lo sabes? Si esa fuera la situación; entonces te informarian ese día, un dia antes como mucho.

El hombre volvió a sonreir, levantando los hombros y volviendo hablar con el tono de antes-: Los guardias de aquí no saben hablar bajo.

-Ya veo -se limitó a responder.

-Me impresiona que no le comentarán.

-Bueno, al parecer querían que tu me dieras la sorpresa -dijo, con una sonrisa forzada.

Sin importar que estuvieramos al otro lado de la habitación, podiamos sentir aquella aura oscura que rodeaba a mi omega; inclusive, haciendo temblar a los oficiales mayores que estaban presentes.

-Esta enojado -recalcó la chica.

-¿Tú crees? -respondí sarcástico.

-Jun-Kun, no dejarías que el mocoso maté a tu Sensei ¿Verdad? -Ikan-San era uno de los que temblaba.

Que el cielo se apiade de nosotros.

-Saijo-Sensei, que atractivo se mira ¿Esta tratando de seducirme?

Azumaya Junta, recuerda lo que te dijo Takato-San, cuenta hasta diez, cuenta hasta diez.

-Que halagador -contestó mi omega, calmandose.

-Saijo-Sensei ¿Podría pedirle que no se presentará mañana a la sesión?

Takato-San volvió a levantar una ceja y pregunto-: ¿A que se debe tu petición.

-Quisiera verlo hasta ese día. La verdad es... ¿Que le parecería tener una cita conmigo?

Creó que el número diez se queda corto, contaré hasta cincuenta.

-¿Una cita? -repitió confundido.

-Si. Le seré honesto; usted es de mi tipo, me pareció atractivo desde el primer momento en que lo vi, quisiera tener una cita con usted.

¡Hasta cien! ¡Si! Lo mejor será contar ¡Hasta cien!

-Tengo pareja y te recuerdo que te está escuchando -recalcó-. No me gustaría que te fueras de este mundo con algún hueso roto.

-No le hará mal compartirlo, aunque sea solo un día.

Sorpresivamente, me quede sin números para contar y sentí la necesidad de darle un suave golpe al vidrio que separaba la habitación.

-¡Jun-Kun! ¡Te recuerdo que estos vidrios son caros! -regaño Ikan-San.

Ambas personas al otro lado, miraban a nuestra dirección desconcertados.