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Takato:

Luego de aquel descubrimiento se decidió detener la autopsia debido a que ya se tenia la información que se requería. Según palabras del propio Ikan-San, esta no era la primera victima en estado de gestación que se encontraba, anteriormente se había hallado a una mujer en el mismo estado. Gracias a esto se reafirmó que el asesino solo buscaba omegas, mujeres y niñas sin importar en que condiciones estuvieran.

Los dos detectives se quedaron en la morgue analizando la situación por un poco mas de tiempo, por mi parte, decidí dejarle la tarea del registro final a la cuatro ojos; de todas formas ese era su trabajo y no el mío. Con cierta fatiga regrese al área de residentes de mi departamento esperando ser recibido por los dos estudiantes a quienes había dejado solos algunas horas atrás, pero no hubo ningún recibimiento de parte de ellos ya que los encontré dormidos sobre los papeles que se encontraban en la mesa, luego de pensarlos por algunos segundos llegué a la conclusión de que lo mejor sería no despertarlos, le dejaría ese trabajo a Jo. 

Negué con la cabeza mientras observaba al futuro de la medicina dormir como si no hubiera un mañana y me encerré en mi pequeña oficina. Ya estando adentro sin nadie quien me molestará me quité la bata y me dejé caer en la silla detrás de mi escritorio, aprovechando a relajar mi cuerpo mientras cerraba mis ojos. Estaban pasando muchas cosas al mismo tiempo, seguramente eso era lo que me tenía tan agotado, el hecho de no poder escapar de mi realidad me estaba destruyendo mentalmente y no me había dado cuenta de eso hasta este momento, ¿qué era lo que estaba haciendo? Con pesadez y esfuerzo abrí mis ojos solo para dirigir mi vista a uno de los pequeños cuadros en la librera a mi lado y no pude evitar preguntarme ¿qué haría él en mi lugar?

Siempre solía guardar una muda de ropa limpia en la segunda gaveta de mi escritorio, así que cuando se llegó el momento de empezar a alistarme saqué unicamente la camisa. La hora se había llegado, hoy asistiría a mi "cita" con el desafortunado hombre del que había sido victima y a quien había estado tratando las últimas semanas, el solo pensar que pasaría las siguientes horas con alguien que el día de mañana ya no estaría respirando me provocaba nauseas, aunque eso era ridículo, ya que al ser doctor debería de estar acostumbrado a eso, pero simplemente no podía evitar esa sensación y el olor a muerto impregnado en la camisa que llevaba puesta no ayudaba en nada. Me quite la prenda lo más rápido que pude e iba a dejarla sobre mi escritorio... pero no lo hice, en su lugar la arrojé al pequeño cesto de basura que mantenía en algún sitio de la habitación.  

Después de soltar un suspiro me coloqué la otra camisa y cuando estuve a punto de empezar a abotonarla alguien me llamo del otro lado de la puerta, este alguien solo tocó una vez la y sin esperar permiso abrió la puerta y se asomó.

—Mocoso-Kun, quería preguntarte si...

—¡Me estoy cambiando! —alegue, tapando mi pecho con uno de los lados sueltos de la camisa para luego tomar un lápiz y lanzarlo en dirección a Ikan-San, esto lo hizo reaccionar y cerró la puerta antes de que el objeto lo golpeará.

Logré escuchar un "lo siento" al otro lado de la puerta y solo pude soltar un bufido mientras pensaba que la palabra "permiso" se había ido de sabático.

Luego de terminar de arreglarme la camisa me dirigí hacia la puerta y la abrí, encontrándome nuevamente con Ikan-San, el cual no se dignaba a verme a la cara.

—Pudiste haberme dicho que te estabas cambiando —murmuro.

—Pudo haber esperado mi respuesta ante de abrir la puerta —respondí.

—Buen punto.

—¿Qué necesita?

—Vine a comentarte que hemos decidido ir directamente al lugar donde se llevara a cabo ya sabes que —la mención tan repentina del tema me desconcertó más de lo que ya estaba, aunque debí de haberlo esperado—. Se que te dije que vendría por ti más tarde, pero considero que lo mejor será irnos ahora.

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⏰ Última actualización: Dec 10, 2023 ⏰

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