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JUNTA:

Estabamos en la habitación de la niña, esta se encontraba despierta y su mirada estaba fija al techo, la madre se encontraba a la par de ella, Takato-San estaba a la par de la madre, yo me encontraba a la par de Ikan-San.

-Haruka-chan, ¿Me puedes describir el rostro del hombre?... Ikan-San intentaba que la niña le dijera, pero esta estaba ida.... Haruka-chan dime ¿Como era el rostro del hombre?

-Le pido que no le insista... dijo Takato-San algo molesto.

-Haruka-Chan ¿Quien fue tu atacante?... la niña seguía sin responder... ¿Reconoces esto?... Ikan-San sacó un pequeño collar que ella misma le arrancó al asesinó.

La niña vio el objeto y su mirada se llenó de temor, su respiración se hizo rápida, su piel se tornó pálida, salían sonidos de su boca como si se estuviera ahogando, seguido de un grito desgarrador, para que el monitor cardíaco empezará a sonar.

Rápidamente Takato-San la empezó a revisar, el pulso cardíaco de la niña disminuia y aumentaba, hacía sonidos raros y de pronto se sintió un nuevo aroma en el cuarto...

-Haruka-Chan, Haruka-Chan tranquilizate... gritaba el omega, quien preparaba una inyección.

-Doctor ¿Que tiene? ¿Digame que tiene?... la madre estaba desesperada, rápidamente Ikan-San la agarró.

El omega tomó a la niña, vi como puso una expresión de dolor, la levanto un poco haciendo que se sentara para insertarle la inyección en la nuca.

-Papá, papá... la niña llamaba a su padre mientras iba cerrando los ojos, hasta que se durmió.

El omega respiraba agitado mientras acariciaba su pecho, Ikan-San seguía sosteniendo a la madre que lloraba.

-Ah excepción de la madre, necesito que salgan de aqui... el omega estaba agitado y a penas podía hablar.

No quería salir, pero Ikan-San me tomó del brazo y salimos de la habitación.

-Demonios... dijo Ikan-San algo molesto.

-Que mala pata... dije burlandome de el.

-Te eh dicho que no le faltes el respeto a los superiores... me regaño.

-¿Que superiores? Que no recuerda que renuncie.

-Jun-chan necesito tu ayuda... sus palabras me dejaron sorprendido.

-Pffff, tienes a un puñado de inútiles... respondió sarcástico.

-Como acabas de decir "Inútiles" son una bazofia de detectives, pero se que tu puedes llegar al fondo de esto.

-¿Que me dará a cambio?.

-Tu libertad... sus palabras me volvieron a dejar helado, el si sabía negociar...

-¿Como me puede garantizar eso?
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TAKATO:

Estaba sentado en uno de los sillones que estaban en frente de las máquinas expendedoras.
Me sentía horrible, sobre todo al enterarme de lo que no debía...

-Ya la revisé, pero no presenta síntomas de un traumatismo pediátrico, fue más bien un instinto el que se activó al recordar... le respondí a la mujer.

-Mi pequeña ¿Por que le pasa esto?... la mujer limpiaba sus ojos.

-Se que no me incumbe pero ¿Puedo preguntar por el padre de la niña?... no sabía que me iba responder.

Es mi paciente!!! [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora