Pase toda la semana esperando a que Valentina me escribiera algún mensaje de texto, no paso. Para el miércoles 28 de noviembre ya me había resignado a que seguramente Valentina Carvajal había pasado de mí.
Ya en el Dinner no quedaba nadie a las 6:50 de la tarde, por lo que me dispuse a limpiar las mesas, y sacar las cuentas del día. Escucho el Ding Dong, de la puerta de entrada, avisando que alguien entro.
-Disculpa está cerrado- Digo sin levantar la mirada, como no escucho nada, levanto la mirada de la caja para saber si alguien entro en la cafetería. La veo impoluta con una enorme sonrisa, de pie en la barra.
-Se que hoy no es jueves, pero quería verte hoy, porque quiero proponerte algo- me quedé helada en el momento que la vi, con un vaquero negro y una t-shirt blanca con medias lunas- Hola, by the way. ¿Ya cerraste? - yo aun sigo congelada ante su presencia, no emitía palabra alguna.
-Si, ya cerré. Hola a ti también- dije al verla tan contenta por saber que ya no estaba trabajando- No pensaba que ibas a venir, la verdad lo del otro día, es una tontería no tienes que cumplir.
-Prometí venir todos los jueves, y así lo haré. ¿estas libre ya? - Valentina tenía un brillo en sus ojos, como cuando ves a un niño frente a Santa tomando su obsequió.
-Valentina, no puedo, tengo clases y mañana trabajo. Ahora mismo es imposible que salga contigo- le digo, pero en ese instante veo como sus ojos azules se oscurecen ante mi respuesta.
-Juliana, por favor, te prometo que la vamos a pasar super bien y que mañana estarás bien para venir a trabajar, además hablé con Lucia y te ayudará con los apuntes- Mi cara de sorpresa ante lo planeado que tenía todo Valentina no lo pude ocultar. ¿enserió se había tomado todas estas molestias para salir conmigo? Era de no creerse.
- ¿Hablaste con Lucia? Eso si no me lo esperaba de verdad- ella sonríe, ¡es tan hermosa sonriendo! - Valentina, es que mañana trabajo sola en el Dinner, en serio no puedo trasnocharme, mañana es jueves y es un día movido, En seri...
-Yo te vengo ayudar- me interrumpió rápidamente, al escucharla mi corazón saltaba de alegría, mi mente me gritaba que no fuera tonta que no dejara pasar esta oportunidad, pero luego caigo en cuenta que seguramente Valentina me veía como una amiga y que yo seguro estaba confundiendo las cosas- En serio te vengo ayudar en todo lo que necesitas-
- ¿Y tu trabajo? Porque recuerdo que tienes trabajo justo en el edificio de enfrente- Le digo a manera de que desista, aunque por dentro me derrito de que realmente quiera estar conmigo. Aun cuando mi sexto sentido me indica que no me haga ilusiones que seguro ella no tiene los mismos gustos que yo.
-Tengo el día de mañana libre. Puedo venir, en serio no me digas que no.
- ¿En serio mañana vienes para ayudarme? - Pregunto con mucha incredulidad.
Ella se sonríe ampliamente, sabe que ya gano- Te prometo que mañana vengo y no solo eso, haré que tu día sea genial, voy a vender muchos cafés y pasteles-
La miro con una sonrisa- ¿De verdad vienes no? ¿y vas a vender mucho? - la señalo con un dedo mientras me comienzo a quitar el mandil para salir.
-Si, soy muy convincente- me dice con un toque de picardía- de hecho, te estoy convenciendo de ir- se ríe ampliamente, tenía un punto a su favor. Realmente era convincente.
Sin más, salimos del Dinner rumbo a su auto, que me encantaba, por cierto. Al entrar enciende el coche comienza a sonar Willow- Wait a minute! Me dejo ir por la letra y veo a la ciudad de Cdmx a la gente en general como llevan sus vidas.
-Gracias por aceptar, sé que la vamos a pasar bien, además me caes muy bien, tu energía me atrae mucho, y como soy nueva, otra vez, en la ciudad diríamos que tú eres mi única amiga, pero no se lo digas a Eva- Me dice riendo mientras maneja, de vez en cuando me miraba para saber si me incomodaba lo que me decía-
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Adelante, mira mi corazón arder
FanfictionJuliana no sabe que se sumergira en una historia de amor llena de muchas aventuras pero también de aprendizajes. Donde entenderá que la tristeza también es parte de la felicidad, y que amar es una decisión de todos los días. Valentina llega a su vi...