Capítulo 3: Una Secretaria Eficiente.

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Sin duda, trabajar para Lufian Hallagan significaba renunciar a cualquier vestigio de vida propia. Sin embargo, Yeray no anhelaba una vida independiente; lo que necesitaba era dinero. Pagar sus deudas evitaría que los acreedores lo asediaran . Aunque no provenía de una familia adinerada, su padre ejercía como destacado catedrático en una de las universidades más prestigiosas del país, mientras su madre enseñaba artes plásticas en una institución de élite en Black-Bug, el lugar de elección para los jóvenes acaudalados y quienes se esforzaban por obtener títulos de alta categoría. La vida de Yeray y su hermano cambió drásticamente cuando ambos padres fallecieron en un accidente cuando él tenía quince años. Su hermano mayor asumió la custodia y, cumpliendo con el deseo de su padre, aseguró que Yeray pudiera estudiar sin problemas en la universidad, utilizando el seguro de vida que su padre le legó. Vendieron la casa familiar, ya que resultaba demasiado grande y costosa de mantener para dos jóvenes. A pesar de su inexperiencia, Luke cuidó de Yeray de manera excepcional. Sin embargo, todo se vino abajo cuando Luke conoció a una mujer y anheló transformarse en algo que no era: un hombre adinerado e influyente.

—¿Señorita Yeray, ocurre algo? —inquirió Lufian, al notar que su asistente no podía apartar la mirada de Alexa, a quien había presentado previamente.

Yeray salió de sus pensamientos y saludó a la hermosa recién llegada. Alexa la escudriñó de arriba abajo y soltó un comentario crítico.

—Espero que, además de ser bonita, sepas hacer bien tu trabajo.

Yeray rodó los ojos, frustrado por la actitud hostil de las mujeres en la empresa. ¿Acaso tenía la culpa de las inclinaciones de su jefe? Cansado de ser siempre "la caballerosa", decidió responder con una sonrisa.

—Así como soy bonita, también sé desempeñar mi trabajo. Hasta el momento, he cumplido con las expectativas de mi jefe sin quejas.

Lufian esbozó una sonrisa sardónica y Alexa, ante la presión incómoda, cambió de tema.

—De acuerdo, por favor, déjame a solas con mi prometido.

Yeray miró a su jefe, quien asintió con la cabeza indicándole que se retirara. Yeray solo seguía las órdenes de Lufian, así que asintió y salió. Encargó a una de las chicas que le sirvieran un té de menta para su jefe y un café para la mujer que, de manera indirecta, había causado estragos en su economía junto con su hermano. Le reconfortaba saber que su jefe no era el único infiel en esa relación; aparentemente, ambos se merecían mutuamente.


***

—Ella no me agrada, debes despedirla. Se nota a leguas que está deseando acostarse contigo.

Ojalá, pensó Lufian, pero la realidad era muy diferente. Yeray había estado a su lado durante dos meses y no había ocurrido nada, ni siquiera un beso por accidente.

—Alexa, la señorita Smith es muy competente y hasta ahora es la mejor asistente que he tenido en años.

Alexa casi escupe su café al oír el apellido Smith, que era el de su amante. Pero recordó que los apellidos comunes eran habituales entre las personas menos adineradas.

—¿Esta chica tiene hermanos, primos? ...

—¿Quieres que la despidas? ¿Y ahora te interesa su árbol genealógico?

Alexa no dijo nada y continuó bebiendo su café. De repente, Haley entró por la puerta y al ver a Alexa, le sonrió. Alexa hizo lo mismo y luego se levantó para abrazar a su hermana.

—Alexa, llevo media hora esperándote en mi oficina. Supuestamente íbamos a probarnos los vestidos de dama de honor para la boda de Lucy.

Alexa suspiró y respondió:

La Secretaria Yeray.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora