Capítulo 11: Nada puede aruinar este día.

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Cap: 11

Yeray, en su vida, jamás confiaría en un libro erótico gay que supuestamente leyó para comprender las relaciones sexuales entre dos hombres. Ahí, describían la primera vez como algo soportable, una mezcla de dolor y placer, pero él solo sintió que le partían en dos el trasero.

Lufian extendió la copa hacia Yeray, quien agradeció con un simple "gracias". La mirada de Lufian revelaba una mezcla de compasión y ternura, consciente de los nervios, miedos y tensiones que envolvían a Yeray, como es común en una primera experiencia.

—¿No fue como lo imaginabas, verdad? —preguntó Lufian, con una comprensión silenciosa en sus ojos.

Yeray suspiró, no pudo evitar sonreír ante la pregunta y compartió sus pensamientos con un dejo de melancolía.

—No fue un camino de rosas, más bien una travesía llena de cositas que la porno romantizó por más irónico que suene. Pero fue con la persona que deseaba, y eso quedará grabado eternamente aquí —señaló su cabeza con un gesto significativo— y aquí —añadió, tocando su pecho, donde latía su corazón.

Lufian, captando la profundidad de las palabras de Yeray, lo atrajo a su lado. Un gesto suave, un beso en la frente, y Yeray respondió con una sonrisa, como si ese pequeño gesto hubiera aliviado la carga de la experiencia compartida.
***

En una cama yacían dos seres que, aunque carecían de amor, se deleitaban en la química explosiva que surgía cuando sus cuerpos se unían. Después de agotarse en placer, comenzaron a hablar de sus desventuras amorosas.

—Es increíble, siendo inteligente, hermosa y codiciada, no tengo al hombre que quiero a mis pies — lamentó ella.

Luke, desde la cama, respondió:

—Te enamoraste de un hombre que solo te ve como un acostón. Él no ama a Alexa, cree que ella es más digna de ser esposa que tú, a pesar de tu éxito. Alexa nació de una dama, tú de una lavandera.

Haley apretó los puños debajo de las sábanas rojo vino, testigos de la pasión descontrolada.

—Lo que digo es la realidad — afirmó Luke sin remordimientos.

Haley sonrió, consciente de la malicia de Luke, pero ella también destilaba veneno.

—Mis orígenes maternos serán una mancha, pero soy la directora de publicidad más joven por mérito propio. ¿Y tú quién eres? Un soñador mediocre.

—Eso dolió — admitió Luke, sonriendo.

Haley sugirió:

—Haz que ella duerma contigo y la embaraces. Lufian romperá con ella, y seré la única candidata para ser su esposa.

—Amo a Alexa, no la obligaré — afirmó Luke.

—Entonces espera toda tu vida, porque ella ama a Lufian, no a ti. Eres su premio de consolación.

Luke, al oír eso, sintió el impulso de venganza hacia la mujer con la que minutos antes compartió intimidad. No obstante, optó por guardar el secreto sobre el enfermizo romance de su pequeño hermano con Lufian. Conociendo a Lufian, sabía que este se cansaría eventualmente de su hermano, y Luke estaría allí para decirle: "Te lo dije".

***

Lufian, a punto de reunirse con un cliente crucial para su empresa, encargó a Yeray la reserva de un restaurante completo. Su peculiaridad residía en la aversión a compartir su espacio personal con multitudes.

Yeray y Lufian subieron al auto y se dirigieron al restaurante. Mientras el auto arrancaba, Lufian notó cómo Yeray se sobaba la espalda.

—Al parecer hoy se cancela aquello —comentó Lufian de manera enigmática.

La Secretaria Yeray.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora