Capitulo 14: El Karma siempre alcanza.

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En una cocina modesta pero cálida, impregnada de la nostalgia del pasado, Lina repetía con voz sabia las lecciones del karma, instando a su hija a reflexionar sobre cada paso en la vida. Haley, inmersa en su propia ambición, apenas prestaba atención a estas palabras maternales, creyendo que su camino estaba marcado por una determinación férrea.

—Sabes que puedes regresar a casa; tu habitación sigue igual que cuando te fuiste.

La sugerencia de su madre resonaba con la esencia acogedora de la modesta cocina, pero para Haley, era un recordatorio doloroso. ¿Acaso su madre anhelaba que se conformara con una vida común, tan simple como la suya?

—No puedo. Mi padre quiere que esté a su lado y tenga una vida decente —respondió Haley, sintiendo una mezcla de determinación y resentimiento.

—Te extraño —dijo la madre, deslizando suavemente su mano por la rústica madera de la mesa, buscando la conexión con su hija.

—Quiero ser alguien algún día y darte la vida que mereces.

Las palabras de Haley, cargadas de aspiración y deseo de superación, resonaron en el aire de la cocina. Sin embargo, la respuesta de Lina fue impregnada de una serenidad que emanaba de la modestia.

—Tengo la vida que merezco y me gusta.

Haley, incapaz de comprender la satisfacción de su madre en esa sencillez, se soltó de su mano y dejó escapar una crítica impulsiva:

—Por eso mi padre no se quedó con nosotras; eras muy conformista.

Lina, en silencio, se levantó de la silla y abandonó la cocina, sin percatarse de la expresión de arrepentimiento que se dibujaba en el rostro de Haley, quedándose esta última sola en el rincón que compartieron tantas veces, cargado de memorias y emociones.

***

—Mañana vienen los Hallagan y el pequeño Lufian; ambos son de la misma edad. Quiero que te hagas amigo de él. Los Hallagan quedaron encantados contigo desde que te vieron, y eso es una buena señal.

Haley sonrió. Desde lejos, siempre observaba a Lufian; era tan lindo y callado. A veces se imaginaba casada con él.

—¿Padre, crees que le agradaré? —preguntó Haley con inseguridad en sus ojos azules.

El padre se arrodilló, sus fuertes manos acariciaron el hermoso cabello rubio de su hija. Le dedicó una cálida sonrisa y respondió:

—Por supuesto que sí, eres mi hija y la más hermosa. Debes recordar que tu meta es tener las mejores relaciones para asegurar tu futuro. No naciste en cuna de oro, y aún así, vives en esta mansión. No quiero que eso acabe.

Haley contempló la mirada preocupada de su padre. A pesar de su corta edad, entendía que no poseía nada, a diferencia de su media hermana, heredera de todos los lujos que disfrutaba gracias a su progenitor.

***

Al caer la tarde, el hermano menor de la madre de Alexa llegó a visitar a Ada. La salud de la madre de Alexa estaba deteriorada con varias complicaciones, y él ansiaba compartir la buena nueva de que, finalmente viviría en Black-Bug.

Dan, al avistar a Alexa, le dedicó una sonrisa y abrazó a su pequeña sobrina.

—Ya he visto a tu madre. Ahora es momento de hablar contigo. Dime, pelusin, ¿es cierto que no haces tus tareas?

La niña, al borde de las lágrimas, respondió:

—No soy buena en matemáticas, y Haley dice que si no soy buena en matemáticas, soy inútil.

La Secretaria Yeray.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora