I

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Katerina

El día estaba nublado, solo algunos rayos cruzaban la pared de nubes del cielo e impactaban en el suelo. Mi mirada se dirigió a los cerdos que comían en el cubículo de la granja.

—que estúpido día... –sonreí caminando a mi pequeña casa.

—¡Katerina Grob! –mi madre salió por la puerta– ¿¡que balde tomaste!?

—el de las cáscaras... –levanté enseñándolo pero su semblante serio no cambió– o eso pensé.

Dejó el balde de cáscaras en el suelo y colocó su mano en su cara, señal de cansancio.

—ve a sacar manzanas al árbol central, echaste todas las verduras a los cerdos –me castigue en mi mente por ser tan despistada, todo es culpa del cielo.

Tome una canasta de la mesa y salí a la gran explanada de verde, vivir fuera de las murallas no es fácil, y más si hay titanes cerca. Mi madre siempre se ha negado a vivir dentro de la muralla con la única razón de que no le gusta la manera en que gobiernan, además de pensar que ocultan cosas, hay conspiraciones y cosas que no le dicen a las personas. Me es difícil estar en contra de esos puntos, fui criada para ser un alma libre y en parte entrenada para sobrevivir fuera, no para estar encerrada dentro de alguna jaula.

A lo lejos pude ver algo moviéndose bajo el árbol central, ¿animales? no, no era eso.

Personas, más bien niños de mi edad, tres de ellos estaban ahí, de pie mirándose entre ellos.

Mis piernas se movieron de un solo tirón hacia ellos con una sonrisa, ¿como es posible que haya más gente fuera? además de estar a muchos kilómetros de lejanía de la muralla, algo andaba mal.

Me escondí en los pequeños arbustos sin hacer ruido, estaba a una distancia lejana, pero gracias a la paz de este lugar los sentidos de mi madre y míos se han desarrollado a mejor.

—¡annie basta!

—¡acepta que mataste a mandíbula! –un gran golpe se escuchó– ¡mare, eldia, que se jodan! ¡tengo que sobrevivir y volver a casa!

Un último golpe se escuchó y saqué mi cabeza para ver que hacían.

—debiste ser tú el que muriera ahí. –tragué duro y volví a esconderme, esos niños no eran como yo, tendré que esperar a que se vayan o podrían hacerme algo.

***

Mi cuerpo no reaccionaba, mi cerebro tampoco podía ordenar que me moviera en ese momento, el solo pensar que si movía algún músculo significaba mi muerte me ponía en un estado de shock. Era una información difícil de procesar, más para alguien de mi edad.

La rubia llamada annie se transformó en un titán, en un maldito titán.

—katerina, no haz tocado la fruta, ¿sucedió algo? te demoraste mucho buscando manzanas –pestañé y recordé, ahora estoy en casa, no estoy en el árbol. Estoy a salvo.

—me distraje con unos pájaros que estaban en las ramas, eran bonitos –le sonreí, no podía darle más preocupaciones a mi madre, su mente ya está ocupada con Adler.

—tu padre vendrá hoy. –habló cortando manzanas.

—lo sé, ¿que harás? –pregunté echando otro pedazo de manzana en mi boca.

—... –dejó el cuchillo a un lado y me miró– creo que ya es hora de que conozcas la muralla, vendrá hoy a buscarte.

Guerrera | Shingeki No Kyojin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora