Capitulo 3

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Cuando desperté vi a esa muñeca a un lado mío, el vestido que alguna vez fue blanco ahora, después de tanta sangre, es totalmente rojo, grité tan fuerte que sentí como el eco rebotaba en toda la habitación, y luego escuche como mi madre me llamaba desesperada.

— ¡Alanna! —gritó mi madre con desesperación — ¿¡Que te pasa hija!? —volvió a gritar

— ¡Hija! —gritó mi padre

Llegaron a mi cuarto y yo estaba hasta la esquina de mi cama y la muñeca estaba un poco retirada y en cuanto mis padres entraron los dos me preguntaron lo mismo

—Alanna, ¿Por qué el vestido de tu muñeca está lleno de sangre? —dijeron los dos muy sorprendidos a lo cual no supe que contestar

— ¡Alanna! —dijo mi madre — ¿Qué paso? —añadió

—Hija —susurró mi padre — ¿Qué le paso a la muñeca? —finalizó

—Necesito volver a la juguetería Ranclaste, necesito hablar con Liana —dije al fin con un tono nervioso

—Te acompañaremos en la tarde —dijo mi padre mientras se sentaba junto a mi

—Pero —suspiró mi madre —Aún no está lista —su voz se quebró

—Ya es hora de que sepa a lo que conlleva su responsabilidad de ser la elegida —le respondió mi padre para después abrazarla

— ¿Qué? —dije confundida — ¿Qué saben ustedes? —externé aún más confundida

—Sabemos todo —dijo mi madre y después de un suspiro continuo —Sabemos quién es Annabeth, nuestro deber era traerte a esta casa, para que empezaras a descubrir lo que eres en realidad —finalizó con lágrimas en los ojos

— ¿Por qué Annabeth no se mueve? —añadí mientras me acercaba a donde estaban ellos

—Tú lo hiciste —dijo mi padre —Annabeth intentó acercarse a ti durante la noche, pero la detuvimos, después tu misma la detuviste, no sabemos cómo solo una luz blanca se desprendió de ti y ella se quedó paralizada —finalizó, su cara expresaba confusión

— ¿Quién es Annabeth en realidad? —me limité a decir a pesar de que tenía mil dudas más

—Lo sabrás cuando te llevemos con tu protectora, ella te explicara mejor nosotros no somos los indicados para decirte lo que eres —dijo mi madre

— ¿Quién es mi protectora? —dije — ¿Estoy en peligro? —añadí con un tono de preocupación

—Ser la elegida conlleva una gran responsabilidad — respondió mi padre

—Estoy casi segura de que sabes quién es tu protectora, solo que aún no la identificas bien añadió mi madre

—Liana —les dije a mis padres a lo que ellos solo asintieron — ¿Estoy en peligro? —volví a preguntar

—Si la elegida está a salvo, los demás lo estaremos, porque la elegida nos salvara, tu misión es acabar con lo que Beatrice Lancaster empezó — respondió mi padre

— ¿Qué fue lo que hizo? —pregunté intrigada

—Vamos a desayunar —dijo mi madre, pues era obvio que quería dejar ese tema

Así que eso fue lo que hicimos, después de eso mis padres se quedaron platicando y me pidieron subir a mi habitación, decidí regresar al ático para ver si descubría algo más, por fortuna encontré una grabadora de video, la tomé y volví a mi habitación tarde demasiado tiempo en prenderla al fin lo logre, alguien estaba grabando su trayecto desde el ropero de mi cuarto por los pasillos, era una especie de mapa en video, y justo en uno de los pasillos apareció una muñeca a quien la persona que estaba grabando llamó Annabella, sentí escalofríos y después alguien tocó mi hombro, mi padre.

—Es hora —dijo

—No creo que esté lista —replicó mi madre

—Lo está —le respondió él —Es hora de ir con tu protectora —añadió

—Se valiente —dijo mi madre

De momento mi madre pasó su mano por mi rostro todo se tornó negro.

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora