Cansados. Estaban cansados. Estaba cansado, Nayeon y Soobin estaban agotados y podía decir que Kookie estaba cansado. Sin embargo había valido la pena.
Taehyung se arrastró por el camino, empujando el cochecito con un dormido Soobin y los víveres que necesitaban. Kookie llevaba a Nayeon, igualmente dormida, en su arnés.
Kookie se adelantó y abrió la puerta principal antes de ayudarme a subir los escalones de la entrada con el cochecito.
―Gracias. ―Sonrió otra vez, le hice un guiño mientras entrabamos―. Cama, ¿te parece?
―Oh, Dios, sí.
Soobin comenzó a lloriquear y Kookie asintió con fuerza. ―Sí.
―Está bien, yo me encargo, ve a cambiar a la señorita Nay.
―¿Estás seguro? Estaba un poco malhumorada esta noche.
―Sí. Me las arreglaré. ―Levantó a Soobin, dirigiéndose a la planta superior.
Podía oír a Kookie tras él, hablando con su hija. ―Vamos, cariño. Vamos a conseguirte un pañal limpio y podrás tener un biberón. Fue un buen día, ¿no?
Lo había sido. Habían caminado y jugado. Soobin había hecho un par de amiguitos en el castillo hinchable. Taehyung había encontrado algunos productos estupendos y un trozo de lomo de cerdo buenísimo.
Fue sorprendentemente fácil conseguir que Soobin se metiera a la cama y apenas había abierto su libro de cuentos, cuando los ojitos de Soobin se cerraron y cayó rendido.
Taehyung se quedó allí, sentado, por un minuto se permitió respirar con calma, relajándose un segundo.
―¿Todo bien por aquí? Abrió los ojos para encontrarse con la mirada de Kookie.
―Lo siento. Me quedé adormilado. ―Se levantó y se estiró―. ¿Está dormida?
―Sí, ambos tuvieron un largo día. ―Kookie se apoyó en la puerta, lucía como si estuviera a punto de dormirse, tanto como él lo estaba.
―Nosotros también. ¿Quieres una siesta antes de la cena?
―No estoy seguro de que realmente pudiera despertarme para la cena si me tomo una. Te puedo echar una mano.
Extendió la mano, tomando la de Kookie. ―Vamos. Si duermes y se pasa la hora de la cena, tomaremos un gran desayuno. ―Él también necesitaba una siesta.
―¿A dónde vamos?
―¿Cama? ―Estaba tan cansado que no podía pensar―. La comida puede esperar un par de horas y la puerta principal está cerrada con llave, Kookie.
―Oh. Es sólo que estoy en la dirección opuesta...
Frunció el ceño, sacudiendo la cabeza. ―Dios, lo siento. Eso fue presuntuoso.
Los ojos de Kookie se ampliaron. ―¿Quieres que duerma en tu cama? Es sólo que ayer por la noche no lo hicimos... no lo hiciste. Yo... ―Cierra la boca, Jungkook y ve a la cama con el hombre.
―Simplemente... mira. Tengo sueño. Tú tienes sueño. La cama es grande y no he podido tocarte en todo el día.
Kookie le sonrió. ―Estoy de acuerdo con eso. Quiero decir, con lo del sueño. Kookie giró sus ojos y tiró de Taehyung los últimos pasos hacia su habitación.
Se rio mientras se quitaba sus zapatos y se desabrochaba el cinturón. ―¿Tienes algún problema si me desnudo?
―Siempre y cuando pueda verte.