Chef, ¿Qué estás haciendo aquí? ―Jake se asomó a la cocina, donde Taehyung tenía sus brazos, hasta los codos, metidos en agua jabonosa.
―Minhyuk se marchó a mitad del turno. Estoy limpiando. ―Maldita sea.
―¿En serio? ¿Le dijiste a JongSuk? Tendrá que conseguir a alguien para mañana.
―Sí. ―Estaba tan jodidamente cansado, tan cabreado. Por lo tanto listo para volver a casa.
Su móvil sonó y cuando lo sacó, el número de su casa se mostró en el identificador de llamadas.
―Hola. ―Terminó con la parrilla y comenzó a limpiar los armarios―. ¿Cómo te va?
―Todo está bien. Los niños están dormidos. No quería molestarte en el trabajo, pero... bueno, para ser honesto, por lo general, a esta hora, ya estás en casa y estaba preocupado.
―Estaba falto de personal. Estaré allí en quince minutos, más o menos. ¿Cómo estuvo tu día?
―Oh, eso apesta. Tuvimos un buen día. Debes decirle a Soobin que te lo cuente mañana. ―Podía oír el orgullo en la voz de Kookie. Era genial que Kookie sintiera de esa manera acerca de sus hijos.
―¿Sí? ¿Quieres un poco de cheesecake? Tenemos de sobra.
―Eh... no, esta noche no, voy a dejarte descansar, estarás pronto en casa, ¿verdad?
―Sí, Kookie. No tardaré mucho. ―No tardaría mucho, si podía evitarlo.
―De acuerdo, genial. ―Kookie se detuvo un segundo y añadió a continuación―. Hasta pronto. ―Después, la línea se cortó, dejándolo con sus platos.
―¿Todo bien en casa, hombre?
―Sí, sólo Kookie revisándome.
Taehyung sonrió mientras Jake agarraba un trapo, para ayudarlo. ―Gracias.
Incluso con la ayuda de Jake, pasó casi una hora antes de que llegara a casa. Dios, era tarde. Esperaba que Kookie estuviese dormido. La luz de la cocina parpadeaba, se dirigió hacia allí, se detuvo al darse cuenta que no era la luz de la cocina la que parpadeaba, sino las velas sobre la mesa del porche cubierto.
Velas, la mesa puesta y Kookie, profundamente dormido en su silla.
―Oh... ―Sus ojos se llenaron de lágrimas, estaba tan cansado y tan avergonzado. Se inclinó y cargó a Kookie para llevarlo a la cama.
Los ojos de Kookie se abrieron y le dio una sonrisa brillante. ―Estás en casa.
―Oye, Kookie. Lo siento.
Kookie hizo un gesto con la mano. ―Hay comida... Espera. ¿Me llevas en brazos?
―Estabas dormido.
―Preparé la cena de medianoche para ti...
―Oh... ―Se detuvo y colocó a Kookie sobre sus pies para poder besar a este querido y maravilloso hombre.
Kookie gimió en su boca, los brazos rodearon su cuello. ―¿Vamos a comer? No es nada lujoso, pero tengo algunos de esos increíbles pastelillos de La Patisserie de Jacques.
―Mmm. Sí. ―Sin embargo, no dejaría de besarlo.
Kookie se acercó más, también parecía lo suficientemente ansioso como para mantener los besos. Taehyung alcanzó ese perfecto culo con una mano, atrayéndolo, se mecieron juntos, lenta y agradablemente. Una de las manos de Kookie pasaba por su cabello, acariciando su cuero cabelludo.
Necesitaba esto, sólo un rato agradable en calma y ese tacto y calor.
Kookie se frotó contra él, su cuerpo duro, su polla cada vez más dura contra su cadera. Dulce y hambriento hombre. Taehyung soltó un suave gemido, sus dedos se hundieron en el suave pelo de Kookie. Un gemido en respuesta cubrió su boca y Kookie empezó a frotarse con más fuerza, los dedos se abrían y cerraban.