Jungkook estaba feliz de que Nayeon lo despertara en medio de la noche, necesitando un biberón, ya que estaba con el culo al aire en la cama de Taehyung y no quería que Soobin los encontrara de esa forma, de nuevo, en la mañana. Se puso sus bóxers y su bata y fue a alimentar a Nayeon, balanceándose en la mecedora de su habitación y luego la hizo eructar.
Se quedó dormida antes de que pudiera colocarla de regreso en su cuna.
―¿Jungkook? ¿Jungkook? Vomité. ―Soobin tiró de su brazo, llorando.
Parpadeó. Tenía un calambre en el cuello por haberse quedado dormido en la silla.
―Está bien, cariño. Déjame acostar a Nay. ―La metió en la cuna y luego se arrodilló para hablar con Soobin―. ¿Vomitaste en tu cama?
―No. En el orinal. ―El niño comenzó a sollozar―. Lo siento. No me siento bien.
―Oh, cariño, sólo quería saber si teníamos que limpiar tu cama .―Atrajo a Soobin más cerca―. ¿Quieres venir a la cama conmigo?
―¿Quiero estar contigo y con papi... ―Soobin estaba ardiendo, su pequeño cuerpo estaba empapado de sudor.
―¿Soobin? ¿Bebé? ¿Estás bien? ―Taehyung llegó tambaleándose, con un par de pantalones cortos puestos del revés.
―No, está enfermo. Tiene fiebre y vomitó. Vamos a darle un poco de Tylenol para niños y ver si conseguimos que se duerma. ―Se encontró con la mirada de Taehyung―. Quiere dormir contigo y conmigo. ―Si Soobin no estuviese enfermo, estaría muy contento de lo bien que este se ajustaba a la forma en que les gustaba dormir últimamente.
―Está bien. Sí. Ven aquí, bebé. ―Taehyung abrió los brazos y Soobin se acercó a él y rápidamente vomitó, todo sobre Taehyung.
―Oh, Dios. ―Kookie se levantó y agarró a Soobin―. Ve y toma una ducha rápida, hombre. Me encargo de esto.
―¡Quiero a papi! ―Soobin gritó y luego Nayeon empezó a llorar.
―Soobin, cariño. Tengo que limpiarme y luego estaré contigo, ¿vale?
―¡PAPI!
Taehyung asintió hacia él. ―Cálmala, yo bañaré a Robín conmigo. ¿Podrías traer la medicina y un poco de zumo de naranja, cuando estés
Soobin volvió a descontrolarse.
Jungkook asintió y le entregó a Soobin. Pobre chico. Agarró a Nayeon y volvió a la mecedora, meciéndose. Soobin dejó de gritar. Por lo menos no había llamado a su mami. Eso era algo.
Escuchó el agua correr en el baño principal, escuchó a Taehyung cantando en voz baja y los sollozos de Soobin se desvanecieron.
Siguió meciéndose, los párpados de Nayeon se hacían más y más pesados. ―¿Escuchas a tu papi y tu hermano, dulce niña? Es un gran sonido.
Suspiró suavemente, su pequeño puño se apretó contra su pecho.
Besó la parte superior de su cabeza. ―Te amo, cariño. ―¿Cómo podría no amar a estos dos dulces pequeños?
Se quedó dormida y Jungkook la dejó en su cuna, luego fue en busca de un poco de Tylenol y un poco de ginger ale. El zumo sólo empeoraría las cosas, demasiado ácido para un malestar estomacal.
Encontró a Taehyung y a Soobin en la cama de Taehyung, las mejillas de Soobin estaban brillantes y rojas, con los ojos medio cerrados y vidriosos.
―Ey, ¿te sientes mejor, Soobin?
Soobin negó y luego asintió. Pobre bebé.
―Ten, un poco de ginger ale. Te hará sentir mejor. ―Se sentó en el borde de la cama y acercó la taza para niños a los labios de Soobin―. Poco a poco. Tu pobre barriguita no puede manejar un montón de una sola vez.