17. Nada pasó, y nada va a pasar.

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—¿Me vas a decir qué pasó en el Ikarus?

—Uy el weón porfiao', N A D A.

Jin llevaba interrogándome toda la semana respecto a porqué la actitud de Jungkook y mía al bajar del juego el sábado, pero por más que le repitiera que no había pasado nada, no me quería creer.

—De hecho, ni siquiera pesqué a tu hermano cuando me quiso hablar —Agregué.

Y en realidad lo que le estaba diciendo no era del todo mentira.

Después de que pasara el cabro asegurando las puertas del juego y este empezó a subir, Jungkook me trató de sacar conversa con algo de lo que ya ni me acuerdo porque realmente no lo pesqué, estaba más ocupado concentrándome en no recordar "ese" momento pero, aunque lo intenté, no lo pude evitar.



—Jimin y Jungkook juntos —Nos empujó Jin cuando ya nos tocaba subir al Ikarus.

—Pero, oye- —El weón se había dado cuenta hace rato de que me gustaba su hermano, por lo que cuando se lo confesé hace unos meses, muerto de vergüenza, sólo se puso a gritar que tenía razón y a decir que sería nuestro Cupido, y hasta ahora lo estaba cumpliendo de forma demasiado evidente, pero no me quejaba si eso me asegura más tiempo junto a Jungkook.

—Vamos, Mimi, ¿o te da miedo quedarte sólo conmigo? —Me hizo 1313 a modo de webeo.

Ahí estaba de nuevo, su sonrisa coqueta y ese apodo que sólo él me tenía porque "quería decirme de una forma especial, que nadie le copiara", haciendo que el zoológico en mi guata se fuera a la chucha, más aún si me agarraba de la manito, como ahora estaba haciendo para guiarme al juego mientras yo seguía en modo convulsión interna.

Me subí delante de él, entre sus piernas, mirando fijamente al frente porque mientras mi esófago jugaba a la pinta con mi vejiga, yo me ponía cada vez más rojo pichula de perro.

—Mantengan las extremidades al interior de la cabina, por favor —Pidió el niño de Fantasilandia asegurando la puerta, antes de que el juego empezara a subir.

Tenía esta sensación en el pecho de que era el momento de confesarme. Sí jungkook era el padre, que me hiciera la cruz en la frente con el pi-

Noo, ¿quién dijo eso?

Fuera pensamientos de pánico.

Respiré profundo. Jungkook hablaba y hablaba de lo bacán que se veían las luces de los juegos desde aquí arriba, y yo sólo asentía y soltaba monosílabos de vez en cuando para que no se diera cuenta de que en mi cabeza estaba casi haciendo una lista de los pros y contras que había si le decía mis sentimientos.

¿Y si no siente lo mismo y cago la amistad? ya pero, tampoco puedo guardármelo por siempre, ¿o sí?, no tienen pinta de querer desaparecer en harto tiempo.

—Mimi, ¿pasa algo? —Jungkook se apegó a mi para que lo pescara.

—¿Ah? —No alcancé a pensar en una respuesta que me dejara menos como weón.

—Estái como ido —Se río, alborotándome el zoológico otra vez— ¿En que pensai?

—Ehh... —Ya conchetumare, es ahora o nunca, si no se lo digo, en algún momento se me va a salir igual— Es que... tengo que decirte algo.

El Gil de mi Ex | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora