El Gil de mi Ex | Kookmin

9. Me tienen que estar weando.

—¡DALE YOONGI! —Gritó Jin moviendo más rápido los pompones rojos de papel volantín que había hecho para animar a su primo.

Me tapé la oreja del lado donde estaba, mirándolo entre divertido y enojao porque casi me revienta el tímpano.

De nuevo tenía el pelo oscuro, resulta que se lo había pintado para los actos con tiza amarilla, igual con los cabros le dijimos que le quedaba bacán y dijo que pensaría si se lo tiñe rubio o no.

El partido de basket era de las últimas competencias y hasta el momento íbamos bien.

Gracias a Yoongi, que es bueno en todos los deportes, habíamos ganado cada uno de los partidos, menos fútbol donde no quiso jugar porque dijo que todos en el equipo eran unos simios culiaos.

También habíamos ganado la entrada, a pesar de que en ese momento estaban todos estresados porque no veían por ningún lado al cabro que tenía que traer el bolso con los trajes.

La yincana la perdimos porque el loco de nuestra alianza que corrió en el saco de papas se sacó la chucha y se esguinzó el tobillo. Igual después arrasamos en "el que se la sabe cante" porque Jin se sabe todas las canciones de vieja culiá y las gringas, y Hoseok todas las latinas y ochenteras.

—¡CORRE PA' DELANTE PO WEON! —Gritó esta vez Hoseok, quitándole a Jin uno de sus pompones y sacudiéndolo con fuerza.

Yoongi corrió más rápido boteando la pelota, antes de dar dos pasos y encestarla. Todos empezaron a gritar y sus compañeros de equipo saltaron sobre él.

Casi me aplastan al niño.

Lo levantaron en el aire sentado en los hombros de dos weones que medían como un metro más que él, y toda la alianza gritó más fuerte.

No importa cuantas veces hubiese ido a partidos de Yoongi, jamás voy a entender como se juega. Igual parecía que el partido acababa de terminar y, por la reacción de la alianza amarilla, nosotros habíamos ganado.

Hoseok bajó corriendo de las gradas y aunque casi se fue de hocico al suelo, se tiró feliz sobre el capi cuando sus compañeros lo bajaron, seguido de Jin que se tiró sobre los dos. Aproveché y corrí a hacer lo mismo, quedando los cuatro tirados en el suelo en un montoncito.

—Ganaste —Se escuchó la voz suavecita del Solcito y la risa entre ahogada y feliz de Yoongi.

—Se va a morir —Me reí, parándome para no seguir aplastando al capi, y agarré a Jin para levantarlo también.

—¡Es que te amo demasiado! —Aplaudió Jin, abrazando a Yoongi que acababa de pararse.

—¿Que toca ahora?, estoy muerto, no quiero ni un partido más —Se cagó de la risa como pudo Yoongi, que aún parecía chancho asmático.

—Creo que queda el voley con toallas y estaríamos listos —Sonrió Hoseok, que estaba aguantándose para no abrazar a su enamorado de nuevo.

—¿Estarán los camarines abiertos? Ni cagando me cambio así de sopeao —Se quejó Yoongi, haciendo que Jin volviera a la realidad y se separara asqueado de su cuerpo pegajoso.

—De más que sí —Me encogí de hombros y agregué interrumpiendo a mi amigo que acababa de abrir la boca para hablar:— Sí te traje la toalla.

—Gracias mi niño, que Cristo Rey lo tenga en su santa gloria.

—A vo' no más se te ocurre llamarme cinco minutos antes de que salga de mi casa para que te traiga una toalla, weon.