7. Se va a dar cuenta.

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—Webéame.

—¿Ese es Taehyung? —La voz de Hoseok se escuchó casi ahogada, tenía la misma cara de sorpresa que Seokjin.

Tae acababa de subir al escenario vestido con un traje negro, y una máscara del mismo color con las facciones pintadas en plateado, destacando su pelo rubio y logrando que todas las cabras del colegio gritaran más fuerte que flaite en concierto de Anuel. Lo seguían otros dos tipos con pantalones negros y una camisa blanca que de seguro era la que usaban para el uniforme.

Cuando dijo que trajera un balde para la baba no estaba weando.

—¿El pololo de Jimin?, ¿El Vicente?, Ni cagando —Aseguró Yoongi incrédulo, aunque sin apartar la vista.

—¿Quién más va a ser? —Le respondió Jin. Podía asegurar que estaba pestañeando cada vez más rápido.

Si no fuera porque había tenido la misma reacción de sorpresa ya me estaría burlando de los cabros, que estaban a nada de hacerle un altar a mi pololo, el mismo que les caía como la tula.

Había visto a Taehyung con traje a principio de año, en la fiesta de bienvenida, pero no estaba ni cerca de quedarle tan bien como el que llevaba ahora.

Se acomodó al centro del escenario y los bailarines se fueron hacia los lados, pegándose a las paredes. Por la misma puerta entraron otros dos bailarines, siguiendo a un cabro vestido igual a Taehyung.

Conchetumare.

El cabro que acababa de entrar se paró al lado de Tae. Era castaño y media un poquito menos que mi pololo, pero estaba más marcado, se podía notar en sus brazos que estaban como para ahorcarme.

Ah, ¿qué?

Estaba seguro de no haberlo visto antes, me habría dado cuenta si tremendo mijito rico caminara por los pasillos del colegio.

Trataba de concentrarme en Taehyung, pero me era imposible no desviar la mirada hacia su compañero, aunque sólo por intriga de saber quien era. El que al parecer no podía quitarle los ojos de encima al rubio era Yoongi, pues ya había escuchado como Hoseok lo retaba con sus celos mal disimulados.

Cuando dijeran la frase del programa me iba a reír de pura vergüenza ajena. O eso pensé, porque me acababan de cerrar el hocico pronunciando en un coreano perfecto el "Nosotros somos Taeyong y Ten, de NCT", agárrenme.

♪ Neoreul cheoeum bon ihu
modeun sasohan iyuneun piryo eopseojin feeling,
Choye baekbunwilkkaji
neukkyeojineun magic seomsehan one minute... ♪

Y entonces supe que no iba a poder mirar a Taehyung durante toda la presentación.

La voz de su compañero acababa de envolverme, y acompañado por los pasos de baile se habían convertido en un espectáculo hipnotizante. Ni siquiera los "Stop, baby, don't stop" con la voz ronca y sensual de mi pololo ayudaron.

Podía asegurar que el tipo de traje negro era el tan famoso "chinito nuevo" del que todos hablaban. Tenía una perfecta pronunciación en coreano, además de acento de Busan, cosa que no se podía imitar por más clases que tomara.

Traté varias veces de concentrarme en Tae, que se veía riquísimo bailando y cantando de esa forma, pero luego de un par de segundos mi vista volvía al chinito nuevo.

Su voz me resultaba extrañamente familiar y tranquilizante, como si me estuviera abrazando.

—¿Estái vivo? —Jin me sacó de mis pensamientos con su risa de limpiavidrios, pasando un brazo por mis hombros.

El Gil de mi Ex | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora