colapso

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Las primeras tres semanas de Diciembre del 2014 fueron maravillosas; fueron las semanas en las que viví mi primer amor.

Mensajes cursis, notas de voz de él cantándome sus letras, fotos, besos dedicados depositados en la Luna, donde nuestras bocas podían juntarse por segundos para expresar amor.

Me reconforba ser cursi. No me pesaba sentirme querida y querer porque tenía mucho amor para dar y mi corazón estaba agradecido.

Y de pronto, todo se fue por un acantilado. En picada.

A la mierda tres bonitas semanas.

Y a la mierda mi estabilidad emocional por los próximos dos años.

A la mierda mi estabilidad emocional por la próxima vida...

Los motivos causantes de que todo se fuera de punta hasta el suelo fue gracias a Brandon.

También gracias a mí.

Fueron gracias a que no lo entendía del todo y él tampoco se explicaba. Yo era joven, mucho. Inexperta, un montón más.

Los celos acecharon por completo mi mente y mi corazón.

En un mundo mío en el que mi cabeza estaba llena pura y completa misoginia pensaba que realmente quien era la culpable de nuestro PRIMER rompimiento fue su compañera de banda.

Me sentí culpable por meses, por desconfiar de mi doble D como si nuestra relación no fuera ya un poco complicada porque ni siquiera podíamos vernos.

Y siempre fue así.

¿De qué servía tenernos si no nos podíamos tener justo como queríamos?

Entonces nos dejamos ir...




Sólo unos cuantos amaneceres.

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