Despertaste sintiendo un latido en tu espalda. Intentaste moverte, pero sus brazos rodeaban tu cintura. Frotaste la muñeca suavemente para despertarlo.
—Newt —susurraste despacio, como si no hubieras querido despertarlo—. Ya es hora, despierta.
—No —se quejó presionándote más hacia él.
Lo pellizcaste un poco y te dejó ir. Te levantaste a buscar ropa limpia y escuchaste como Newt te siguió. Sus brazos te rodearon por detrás y sentiste cómo te besaba el cuello.
—Basta. —Te diste la vuelta recargándote contra la pared y le diste un beso en los labios—. No tenemos mucho tiempo, hay que llegar temprano hoy.
—Hay tiempo. —Te besó lentamente, presionando sus labios contra los tuyos—. Minho no se va a enojar mucho.
Siempre que te besaba lo hacía como una de dos formas diferentes: en la primera solo permitían que sus labios se rozaran un poco entre sí, a ti te parecía un beso suave y cálido, lo usaban cuando se separaban al entrar al Laberinto, cuando se reencontraban habiendo regresado al Área y al principio y al final del día.
Luego estaban los besos prolongados y un tanto agresivos en los que él te mordía a ti y tú lo mordías a él. Eran besos que a gritos silenciosos pedían algo más, besos que no se conformaban con dos pares de labios juntos. Así era como se besaban en ese momento.
Y el sabor matálico de la sangre inundó tu boca. Te separaste de él.
—Iew, me reventaste el labio. —Tocaste tu boca sintiendo la piel que Newt había roto—. Seguimos después.
—¿Por qué? —Preguntó haciendo un puchero.
—Porque Minho nos pidió que llegáramos temprano a la Sala de Mapas para decirnos cómo sigue Jay. —El muchacho hizo la cabeza hacia atrás con un gesto de desagrado—. Seguimos en la noche, ¿sí? En cuanto lleguemos hacemos nuestro mapa, nos bañamos y regresamos aquí.
Sostuviste su cara entre tus manos y le diste un beso en la nariz.
Mirándolo a los ojos te diste cuenta de cuándo había crecido en el último año, desde que lo conociste. Sus dedos seguían siendo delgados como siempre, pero ahora su mano era mucho más grande que la tuya, su mentón ya no era redondo como el de un niño, sino que era cuadrado y fuerte. También había crecido al menos unos quince centímetros. Pero sus ojos bonachones seguían siendo los mismos, comprensivos, juguetones y tranquilos, todo al mismo tiempo, igual que la propia personalidad del muchacho.
Hizo como si no hubiera escuchado lo que le dijiste y recorrió te clavícula izquierda con las puntas de los dedos —¡Shuck! Tenía las manos heladas— y eligió un lugar. Te besó el mismo sitio con besos pequeños por un rato, luego sostuvo la piel entre sus dientes y la succionó, se sentía extraño, pocas veces te había hecho un chupete.
—¡Ey! ¿Qué cosa haces?
El chico se separó de ti y te guiñó un ojo.
—Una garantía.
—Idiota. —Empujaste su pecho con los puños cerrados, pero tenías una sonrisa formada en la boca.
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Llegaron con cinco munutos de retraso, tomados de la mano. La voz de Minho se escuchó una vez que cerraron la puerta.
—Tórtolos, llegan tarde.
—¿Nos perdimos de algo importante? —Preguntó Newt sentándose en su lugar.
Minho se frotó los ojos con frustración y se recargó en la mesa antes de responder.
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Corredora (The Maze Runner fanfic)
FanfictionAlex, la única chica del Área quiere correr en el Laberinto, aún estando en contra de las órdenes de sus sobreprotectores líderes ¿Con qué misterios se encontrará? Todos los personajes y escenarios, con excepción de Alex fueron creados por James Da...