Corredora (The Maze Runner fanfic)

Plática con el Encargado

—Minho, ¿puedo preguntarte algo? —inquirió Newt en voz baja cuando se dirigían a la cocina.

—Depende, ¿si digo que no te sentirías herido o despreciado? —respondió Minho limpiando distraídamente la hoja de su cuchillo con la parte de abajo de su camisa.

Newt ignoró la broma y continuó.

—Alex me pidió que te pidiera a ti...

—¿Que le pidiera a Alby que le pidiera algo a Nick?

—No, cállate y escucha —Newt hablaba rápido, estaba nervioso e irritado—. Quiere ser Corredora.

—Sí.

—Y quiere que seas tú el que le de la respuesta.

—Sí.

—Y quería pedirte que no fueras muy duro cuando le digas que no...

—Sí —dijo Minho encantado de que Newt no le estuviera escuchando—. Pero le voy a decir que sí.

—¿Le vas a decir que sí? —Minho levantó una ceja al escuchar el tono de voz que reclamaba —¿por qué?

—La chica lleva más de seis meses aqui. Ha hecho lo que le ordenamos, no ha roto ni una regla —Newt lo miraba con incredulidad, se podía ver el enojo en su rostro—. No me mires así, sabes que es cierto, y se ve atlética, tal vez sí pueda correr en el Laberinto.

—No tiene condición —exclamó Newt exasperado.

—Puede entrenar y estará a prueba unos días—habían llegado al comedor. Cada uno tomó las bolsas de papel con comida para el día —. Hola, Alex.

Ambos te ofrecieron una sonrisa y te ruborizaste un poco.

—Saluda a la nueva Corredora —dijo Minho una vez que estuvieron lo suficientemente lejos para que no escucharas, y en un susurro casi inaudible le dijo a Newt como si fuera un secreto —¡Awww! ¡Mira lo roja que se pone! En serio, te digo que te ama.

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Zart te dijo que plantaras la flor que Newt te trajo en donde tú quisieras y no te resultó difícil elegir un lugar: a lado de la puerta sur, por la que Newt volvería al anochecer. El día fue como de costumbre, lo único extraño fue que mandaron al chico nuevo, Jeff, a recoger los suministros de la caja en vez de enviarte a ti.

Pronto fue hora de llevar la cena a los Corredores.

Te retrasaste un poco y antes de que pudieras tocar, la puerta de la Sala de Mapas se abrió y alguien te arrebató la comida. La mesa tenía los ocho mapas de los chicos, pero estaba movida hacia un lado de la habitación. Los ocho jóvenes te rodearon y Minho fue quien habló.

—Esta chica va a ser entrenada como Corredora a partir de mañana, estarás a prueba, así lo votamos los Corredores. Felicidades, Alex, tuviste 5 de 8 votos. —Te miró fijamente a los ojos —. ¿Aceptas la responsabilidad?

—¿Sí? —respondiste con extrañeza. Nunca los habías visto fingiendo seriedad de esa manera. Las veces que los veías serios era cuando estaban frustrados por alguna razón o porque se había perdido una vida.

—Bien. Empezarás temprano, como todos los demás, a partir de mañana. —Miró a todos los chicos a tu alrededor—. Newt va a estar encargado de ti.

Algo te oprimió un poco el pecho, ibas a pasar días enteros junto a Newt, justo como antes. El pensamiento despertaba en ti una extraña euforia y nerviosismo. Lo miraste y él levantó la ceja y desvió la mirada. Parecía estar molesto por algo.

—Esperen, ¿y la lista de espera? —preguntaste.

—La lista de espera es un invento para que los chicos se olviden de pedir entrar al laberinto —explicó Minho.

—Sí —intervino un chico a tu izquierda, Conor—. Después de un tiempo la mayoría de los larchos se dan cuenta de que es una misión suicida.

Todos rieron excepto Newt, que le dirigió una mirada de asco y tú pusiste una sonrisa débil, tu estómago daba vueltas como una lavadora y tu corazón te recordaba un motor.