Capítulo 9:
Portal
—¿De verdad que te parece sensato huir de nuestra madre? —pregunta Susej con las manos en las caderas. Su mirada completamente plateada. Enfurecida. Es incapaz de abrir la ventana para dejarme pasar.
No tenía idea de que mi madre había dado la orden de que me buscaran, por toda la corte. Casi fui atrapado por la guardia entrando al castillo, pero pude ocultarme, y volé a la ventana de mi hermana y ahora no me quiere dejar entrar.
—Susej, por favor, abre —suplico en voz baja. Tiro la vista al patio del castillo, está despejado por el momento.
Caer en las manos de Zulay en este momento me asegura una celda para que no vuelva a evadir lo que sea que tenga que ver con el compromiso.
Mi hermana suelta el aire frustrada por mi actitud y abre la ventana. Ingreso justo cuando uno de los guardias decide mirar hacia arriba. Eso estuvo muy cerca.
—Me vas a meter en problemas si mamá se da cuenta, Gerald —gruñe Susej. Parece que no ha tenido un buen día. Mis alas se desvanecen, y ella sigue parloteando.
—No tienes ni idea de todo el calvario que viví hoy por tu falta de responsabilidad. —Inicia un recorrido por su habitación de ida y vuelta—. No te presentaste para lo de tu traje, —enumera con sus dedos— tampoco para la comida. Madre estaba furiosa. —Mueve sus manos en varias direcciones, pero se detiene un par de veces a señalarme como el culpable de su pésimo día—. Me hizo buscarte por todas partes, también a la guardia. Tuve que escuchar todo el día como Romina se quejaba de ti porque no le das la atención que ella se merece. Ella es insoportable.
Se detiene un momento a tomar aire. No digo ni hago nada que pueda ayudar a enfurecerla un poco más. La necesito tranquila para crear un portal. Todo lo tengo encima y siento que ya no tengo tiempo suficiente, ese condenado compromiso es como una fecha límite para mi existencia.
—Tienes que resolver esto o yo voy a enloquecer —dice más calmado.
—Estoy en ello.
Se cruza de brazos de nuevo.
—¿Dónde estabas? —exige saber.
—Con Lyon y Suri.
—¿Desde cuándo eres amigo de la princesa elfo? —pregunta con evidente sorpresa.
—Eso no es lo importante. —No voy a entrar en detalles con mi hermana sobre una pequeña, elfo que se ha dedicado a burlarse de mí por estar comprometido a voluntad de mi madre—. Descubrí que los sacrificios son para alimentar a los olvidados, que están relacionados con una bruja de hace muchos y Agadria las que formaron la hermandad —explico en resumidas palabras.
Camina hasta quedar frente a mí. Nos miramos directamente a los ojos.
—No encontraste como detenerlos, ¿me equivoco?
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Encantus. Alas olvidadas (Libro 2)
FantasyGerald no puede dejar de pensar en que su padre pudiera estar con vida. Además, con la partida del hada de fuego las defensas de Encantus se debilitan y a nadie parece importarle, ni siquiera a si madre la reina oscura. Así que decide hacer algo...