33. Peter Wilson Parte I

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Ninguno de los personajes me pertenecen (excepto algunos de mi invención como Audrey, Froda y otros que irán apareciendo), historia basada en las novelas de J. K. ROWLING
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Percy quería dormir y dormir, aprovechar los dos días que tenía "libres" solo para descansar. Ya había enviado a Gwaihir con la nota para el Ministro, esperaba que este la viera cuanto antes.

Se sentía tan desganado que estaba tentado a no ir a la boda de Bill, sabía que tanto Fleur como su hermano lo entenderían tan pronto como pudiera explicarles la situación y todo lo que estaba ocurriendo en el Ministerio.

Después de la tarde tan larga y lo que había sucedido en el parque con Josephine, decidió acostarse y descansar, pero en ese preciso momento, una linda lechuza parda picoteó en la ventana, llevaba un sobre rojo. Percy se levantó de la cama refunfuñando para dejarla entrar.

La lechuza se mantuvo en el alfeizar y esperó a que Percy desatara la carta para poder irse volando de inmediato. Reconoció lo que era; un vociferador. Antes de que empezara a soltar humo decidió abrirlo.

"Pegcy, solo envío esto paga gecogdarte que mañana tempgano tienes que estag listo, a las dos y media de la tagde, debes apagecegte en el clago de bosque de la pagte tgasega de tu casa. Puedes usag cualquieg tgaje, te gecomiendo azul oscugo o nego, tus hegmanos llevagán un moño plateado y una flog blanca. Si no te pgesentas a tiempo tendgé que ig a buscagte yo misma, sabes que lo hagé.

Cuídate Pegcy"

El vociferador se incendió de inmediato y solo unas pocas cenizas quedaron como evidencia de que había estado ahí.

Genial, ahora no tenía opción, sabía que Fleur cumpliría su palabra. No podía arruinar la boda haciendo que la novia se desapareciera del lugar para encontrarlo. La bruja era insistente de verdad y una parte de él, agradecía este hecho, le gustaba saber que aún existían personas que se preocupaban por él. Además, Fleur había planeado todo con sumo cuidado para que él pudiera estar presente en uno de los días más importantes para su hermano, no podía decepcionarla.

Suspiró divertido y cansado, tendría que dormir cuanto antes y recobrar energías, ya que no podría faltar a la boda. Regresó a su cama, dejó sus anteojos en la mesita de noche junto con su varita mientras apagaba la luz, con la resolución de levantarse temprano para estar listo a la hora indicada.

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Por fin era de día, se movía con prisa por el apartamento para poder llegar a tiempo. Había decidido que se vestiría en la Madriguera para ofrecer su ayuda con cualquier cosa que hiciera falta.

Con un hechizo empacó todo lo que necesitaría en una pequeña maleta y salió del apartamento para poder buscar un lugar donde desaparecese.

Cuando llegó a las afueras del bosque pudo escuchar mucho ruido de personas conversando y riendo, se acercó más y ya en el jardín trasero, pudo ver una enorme carpa blanca que se extendía majestuosa sobre el césped. De la carpa salían y entraban todos los Weasley apurados con sus varitas en mano, también había un señor que reconocía vagamente, era un poco bajito y barrigón, se veía entusiasmado mientras agitaba su varita de un lado a otro.

-Audgey, ¿es usted?- preguntó el hombre acercándose a ella. Muchos pelirrojos se asomaron para verla y la saludaron de lejos.

-Si señor, vengo a ver si su hija necesita ayuda- contestó ella.

-Très bien, aún están desayunando, ve ahoga, de lo contgagio Molly y mi mujeg te obligagán a haceglo después y comegás sola- dijo el hombre con una estruendosa carcajada. Audrey sonrió y decidió entrar a la casa.

Redención ~ Percy Weasley ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora