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Seúl, Corea del Sur

Asunto: Lo Que Necesito En Dos Horas
Los archivos Lexington. Los papeles de transferencia de la compra de Lerner y Taylor. Tu informe de la lista principal. Las notas de la reunión de esta tarde.
Kim Seokjin
CEO de Kim Publishing

Cerré su email y suspiré. Estaba empezando a desear que simplemente me hubiera despedido. Desde esa reunión en su oficina hace dos días, había sido dos veces más mandón. Dos veces más insoportable.

Había dado todo de mí para no salir de la reunión de todo el equipo cuando a propósito me puso en aprietos y me hizo varias preguntas sobre un libro que él sabía no había tenido la oportunidad de leer aún. Luego otra vez cuando me reprendió frente a todos por entregar informes incompletos que ni siquiera serían necesitados por otras cuatro semanas.

No había manera que fuera a completar cada objetivo de su más reciente email en dos horas, así que ni siquiera iba a intentarlo. Tomé el trabajo que ya había terminado y me dirigí a su oficina, enviándole a Hana un email en el camino.
No me importaba si él encontraba este mensaje en el servidor de la compañía o no.



Asunto: Jefe Horrible + Típico Comportamiento de Cabr*n + Día Largo = Vino. ¡Inmediatamente!
Dejaré el trabajo temprano hoy. ¿Puedo pasarme y beber vino en tu casa por la noche?
Tú mejor amiga,
Hye
Su respuesta vino en segundos.


Asunto: Re: Jefe Horrible + Típico Comportamiento de Cabr*n + Día Largo = Vino. ¡Inmediatamente!
Por Supuesto.
Partiré ahora y compraré tu favorito.
Tú mejor amiga,
Hana



Al segundo que las puertas del ascensor se abrieron, me dirigí directamente hacia su oficina y no me molesté en tocar.
Abrí la puerta y lo vi leyendo un libro en su escritorio.

—¿Puedo ayudarla con algo, señorita Kang? —Levantó la mirada hacia mí.

—Aquí está mi informe de la lista principal. —Estampé una gran carpeta de papeleo en su escritorio—. El informe Lexington, el que logré terminar de todas formas, debería estar en tu casilla de mensajes en minutos.

—No necesitabas venir aquí para decir eso. Solo debiste haberme enviado un email... —Su mirada bajó a mis labios, pero luego estrechó los ojos hacia mí—. Sabes que odio cuando la gente viene a mi oficina sin permiso.

—Odia muchas cosas. —Me encogí de hombros—. Tal vez debería solo aprender cómo tratar con ellas como todos los demás. Traeré mis notas de la reunión de esta tarde aquí cuando termine, sin tocar, ya que probablemente tendré que traerle un almuerzo tardío, y luego terminaré oficialmente por el día.

—No. —Dio la vuelta a una página de su libro—. Sólo crees que has terminado por el día. Necesito que te quedes hasta las ocho en punto hoy.

—No puedo —dije firmemente—. Tengo planes.

—Lo sé —replicó, bajando su novela—. Tus planes implican quedarte aquí hasta las ocho en punto.

—Señor Kim... —Lo miré justo a los ojos—. Con todo el respeto, aunque no merece ninguno después de la manera que me ha tratado esta semana, no me quedaré hoy. No tengo tiempo. Y en realidad, ¿sabe algo más? —Golpeé la carpeta que acababa de poner en su escritorio al suelo, enviando cientos de papeles de informes sueltos al piso—. No voy a recoger eso, y no voy a hacer algo más hoy. Me voy a casa. Ahora.

—Señorita Kang... —Apretó los dientes—. No me haga...

—¿Qué? ¿Despedirme? Por favor hágalo. —Me alejé de él y corrí de su oficina con la sangre hirviendo y la frustración en alto todo el tiempo.

ceo | ksjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora