Nueve

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Al parecer es mucho más fácil que Severus Snape te ponga una mano encima.

- Ni se te ocurra -

- Pero, ¿Donde pondré mis cosas? -

- En tus habitaciones -

- Snape, ya estuvimos las últimas dos horas discutiendo sobre eso -

- No me interesa, no moveras nada de mis habitaciones, no habrá ninguna prenda apestosa tuya en mis armarios ni mucho menos tu presencia estará en mi cama en la noche, vuelve-a-tu-torre -

Harry rodo los ojos y la prenda que tenía en una percha la acercó lentamente al armario que estaba abierto, Severus entrecerro los ojos al ver que su alumno parecía divertirse de que no podía hacer nada más que mirar desde la cama como invadían sus habitaciones. El menor estuvo durante los próximos 10 minutos dejando todas sus cosas por las habitaciones de Severus y aunque el ojinegro pensó que dejaría todo desacomodado, Harry colocó sus cosas de forma milimétrica en cada sector.

- Quieto -

Harry se quedo quieto como se lo habían pedido, tan quieto que se quedo a medio camino de colocar su varita en la mesita de luz, ni siquiera pudo girar su cabeza hacia la derecha para ver a Snape que camino por la cama hasta treparse en la mesita de luz.

- No-te-muevas -

Harry tuvo miedo de moverse, ¿Acaso estaban en peligro? Pero no lo estaban, Severus pellizco la mejilla de su alumno que a pesar de todo se quedó quieto como roca soportando el castigo, después de todo estaba irrumpiendo en sus habitaciones jodiendole la vida y habia tirado una poción fallida encima suyo que le dio una altura de solo 15 centímetros, ¿Que más podría ofrecerle sino su cuerpo para sufrir el castigo?

Severus no pareció satisfecho y pellizco hasta que una de las mejillas estuvo roja, sin embargo, Severus acaricio la mejilla del menor, algo que solo fue percibido por él y no por Harry. Severus se alejó y se metió en la cama para dormir, Harry miro el bulto que era Snape y se acarició la mejilla que en realidad no dolía tanto porque su profesor no tenía mucha fuerza en ese tamaño. Suspiro y dejo su varita en la mesita de noche, en silencio recogio su pijama y se metió en el baño para cambiarse, una vez listo camino de puntitas hasta la cama y se metió lentamente, quiso maldecir cuando los resortes hicieron ruido pero el pequeño bulto no se movió ante el sonido. Harry terminó haciendo mucho más ruido para acomodarse y cuando terminó miro hacia el bulto que ahora lo estaba mirando de mala manera.

- Perdón -

No recibió respuesta y los ojos desaparecieron debajo de la manta, se preguntó como es que había llegado a esa situación, si bien podría haber dormido en el sillón, pero Snape tenia la mala suerte de tener dos sillones individuales, sillones en donde Harry no pensaba dormir por más que le pagaran todo el oro del mundo. Y Harry prefería usar la gran y cómoda cama de Snape, acostado junto a él, que aquellos sillones en donde seguramente si dormía le dolería la espalda y el cuello. El silencio que le siguió una vez que Harry dejó de hacer ruido fue incomodo, el menor no sabía si cerrar los ojos e intentar dormir o si iniciar conversación de cama como lo hacía con Ron cuando el insomnio los atrapaba.

Y pensando en Ron fue inevitable que pensara en la conversación que tuvo con sus amigos aquella tarde cuando un elfo se apareció en la torre de Gryffindor, más específicamente en los dormitorios masculinos de los séptimos años, para ayudarlo a llevar sus cosas a las mazmorras. Ron había sido el primero en preguntarle al respecto y a él se le había ocurrido la grandiosa idea de responder que era parte de un castigo de Snape, que Dumbledore lo aprobaba y que no estaba fuera de las normas de colegio. Claro que había dicho que dormiría en una habitacion de las mazmorras, solo y sin compañía para aislarlo de sus compañeros, por supuesto que no le diría que en realidad dormiría con un Mini-Snape en su propia cama.

Harry giró su cabeza y se sorprendió de encontrar al pequeño Snape más cerca de lo creería. Si no mal recordaba su profesor se había acostado casi al borde de la cama, sin embargo ahora estaba a menos de medio metro suyo. El de ojos verde se acostó de costado y miro detenidamente al pequeño profesor que tenía todas sus facciones relajadas y estaba durmiendo profundamente.

Seguramente esta cansado.

Harry no se imagina lo cansador que debería ser caminar tanto en ese tamaño, pero al parecer su profesor gastaba más energía de la que tenía y terminaba rendido al final del día. Harry miro hacia todos lados antes de acercarse un poco más a mirar a su profesor, porque había que ser sincero, nunca en su vida pensó estar tan cerca de Severus Snape sin que este lo cruciara. Las facciones de su profesor, sin el característico ceño fruncido y su gesto de repulsión que ponía hacia los alumnos, se veían más jóvenes. Y Harry calculo mentalmente cuantos años deberia tener su profesor, si no mal recordaba, tanto Remus como Sirius habían mencionado que Snape había sido compañero suyo de clase, así que debería tener, ¿Menos de cuarenta? Harry era malo en matemáticas, más en cálculos mentales, así que supuso que si, Snape deberías tener como unos cuarenta, tal vez menos.

Aún así, al parecer los magos tenían una genética distinta, por más que se vieran de ochenta, como Dumbledore, en realidad tenían como 120 años. Así que su profesor parecía mucho más joven si en realidad tenia 40 años. Harry bostezo y se reacomodo para dormir, apago las luces con su varita y se arropó con la suaves mantas. Pronto se quedo profundamente dormido.

...

Harry sintió algo caliente en su cuello, aún así no se movió y tiró de la sabana para taparse porque sentía frío. Aquella cosa en su cuello se acurruco y ahí fue cuando el de ojos verde reaccionó, ¿Algo pequeño y calentito moviéndose en su cuello? Contra todo pronóstico, en vez de levantarse y sacudirse de forma histérica lo que tenía encima, Harry simplemente abrió los ojos de forma perezosa y movió un poco su cabeza para poder ver lo que estaba acurrucado en su cuello. Con sus cabellos negros despeinados, tenia uno de sus brazos flexionado hacia su cuerpo y el otro estaba alrededor de su cuello, ya que podía sentir el calor de la pequeña mano. Severus Snape estaba acurrucado sobre su alumno para buscar calor porque tenia frío, sus pequeños y cortos pantalones no lo abrigaban lo suficiente y teniendo en cuenta que no tenía calzoncillos, pues tenía algo de frío, además de que sus habitaciones eran un poco más frías que las demás del castillo debido a que estaban en lo más profundo del lago.

Harry no se movió y solo cerró los ojos para pensar en cómo iba a hacer para sacarse de su profesor de encima y que él no lo matara en el intento. Tuvo la suerte de que en ese preciso momento, el pequeño bulto se movió y el solo fingió estar dormido.

- ¿Que? -

Harry suponía que ni Snape sabía como había llegado arriba suyo, asustado Severus se alejo de su alumno (Y de su fuente de calor), y se bajó de la cama, esta vez sin engancharse el pie en el agujero que tenia su frazada. Harry no se atrevió a moverse ni abrir sus ojos hasta quince minutos después, ahora no sabía como iba a mirar a Snape sin que este se diera cuenta de que sabía que el mayor había amanecido arriba suyo.

Mini-SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora