Trece

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Harry llegó a la torre de Gryffindor temblando, no sabía si de emoción o de miedo, pero temblaba y eso vieron sus amigos en cuanto lo visualizaron entrando por el cuadro de la Dama Gorda. Hermione fue la primera en acercarse.

- ¿Todo bien, Harry? -

- S-Si, solo... un pequeño encuentro con Snape -

- Ese bastardo, ¿Quiso castigarte injustamente de nuevo? -

Harry inclinó la cabeza hacia un lado no queriendo responder pero Ron lo interpreto como un si.

- De verdad, ¿Cuando será el día en que te deje en paz? -

Créeme Ron, en estos momentos es lo que menos deseo que haga.

- Solo déjalo estar, ya sabes como es él -

- Aún así me parece injusto que siga castigandote por cosas insignificantes -

- Hermione, no creo que explotarle una pocion en su cara que lo dejo tres días en la enfermería sea algo insignificante -

Ese era el cuento que circulaba, que Snape había terminado internado en una de las salas privadas de la enfermeria luego de que Harry Potter hiciera explotar una poción que lo mando ahí. El como había terminado Snape luego del incidente era algo que nadie sabía y corrían múltiples rumores desde que tenía toda la cara berrugosa hasta que le faltaba alguna parte de su cuerpo. Harry se preguntó como es que los alumnos tenían tanta imaginación.

- Bueno, él esta bien ahora, ya suficiente castigo tuviste estando tres días durmiendo solo en las mazmorras -

Cierto, ellos creen que ya fui castigado.

- Bueno, sabes como es Snape, prefiere aplicar los castigos el mismo -

Hermione resoplo y volvió a sentarse en la mesa donde había estado estudiando hasta que el azabache llegó.

- Creo que deberías decirle al director, tal vez él pueda ayudarte a que Snape no siga dándole castigos injustos-

Créeme Ron, que él fue el que me puso en esta situación.

- No, déjalo, quedaré como un niño chiquito que no puede con las consecuencias de sus acciones. Iré al castigo, dijo que sería solo uno así que estará bien -

No dijo eso Harry.

Cállate maldita conciencia. 

Harry suspiro antes de subir a su dormitorio, la escusa para sus amigos fue que estaba cansado, aunque en realidad solo quería acostarse a rememorar una y otra vez el momento que había vivido hace menos de 10 minutos. Se sentía en una nube nuevamente, Harry se acostó con la ropa que tenia puesta y cerro las cortinas, apenas puso el hechizo de silencio alrededor de su cama empezó a gritar en modo fangirl. No podía creer que todo eso estaba pasando, ¿En que momento su corazón había empezado a latir tan fuerte por Severus Snape? Se sentía morir, pero de felicidad.

- Estas loco, Harry -

Loco de amor, idiota.

Definitivamente.

Harry se saco la ropa y sin importarle ponerse una pijama se metió bajo las sábanas, recordó que no había cepillado sus dientes pero tenía tan pocas ganas que penso que un día sin cepillarse no haría mal. Además de que no quería borrar el beso de Severus de su boca. Había sido corto, casi efímero, pero había quedado marcado casi a fuego en su cuerpo. Un suspiro de tonto enamorado salió de su boca al pensar en el mayor, toda la situación estaba tan mal pero al mismo tiempo tan bien, estaba en conflicto. Tenía muy presente que era su profesor y que se llevaban muchos años, y que seguramente habría muchas personas en contra de una relación así pero es que su corazón de tonto enamorado tenía esperanzas. Muchas esperanzas. Solo esperaba no caer en picada contra la realidad. No soportaría más malas noticias en su vida, había tenido pocas cosas por las que sentirse alegre.

Mini-SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora