Capítulo Final

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Podría decirse que ella volvía a disfrutar la vida, la disfrutaba en compañía de aquel joven que sin condiciones la había amado y apoyado. 

Había olvidado lo placentero que podría llegar a estar con alguien en la intimidad, si la intención de aquella persona no era herirla, dejando marcar y moretones, hasta hacerla sentir humillada, y asqueada.

Caleb le había devuelto mucho, y lo adoraba, pero, aun así, estaba dispuesta a renunciar a todo aquello, por el bien de su familia. 

—¿En qué piensas tanto?

Parpadeó un par de veces para concentrarse; se encontraba en la cama, de costado, con la mitad de su torso sobre él, calcando con su dedo, de manera distraía, algunos de sus tatuajes. Le gustaba hacerlo, no sabía el motivo. 

—En nada —respondió, esbozado una pequeña sonrisa, un tanto forzada. —. Buenos días. —besó su pecho, antes de recostar la cabeza en él. Estaba cálido. 

—Buenos días —respondió, envolviéndola en sus brazos y dejando un tierno beso en su cabello rebelde. —. Por más que quisiera quedarme así contigo en esta fría mañana, tendremos que salir pronto. 

—Lo sé. —hizo un puchero. 

Las preparaciones para el viaje habían comenzado. La alegría de sus amigos al saber de las becas fue desmedida, y luego de que Elías y Arthur también fueran aceptados se decidió, ya no había vuelta atrás. 

Evonne acompañó a Caleb a hacer muchos recados en la ciudad. Él cantaría una última vez en el club nocturno, antes de marcharse, y debía ir a ensayar con su banda.

Se sentó frente a ellos a esperar a que se prepararan, y cuando él comenzó a cantar "What a wonderful world" de Louis Armstrong, fue como si su mente la llevara a aquel primer encuentro en el club, luego de meses sin saber se él.

 Las emociones que la invadían eran las mismas, la melodiosa voz de aquel joven endulzaba sus oídos, su sonrisa le derretía el corazón, y sus hermosos y peculiares ojos la trasladaban a un lugar que les pertenecía solamente a ellos. 

Los días siguieron transcurriendo, entre las clases de Loamy, el trabajo, y salir de paseo los tres. En ocasiones a visitar a Noah, quien ya comenzaba a verse un poco mejor, y radiaba de felicidad como si en aquel lugar hubiese encontrado un tesoro, y en otras ocasiones, al parque, divirtiéndose junto a su pequeña hermana. 

Veía a Loamy jugar, y el corazón se le encogida en el pecho con solo pensar e irse a kilómetros de ella. Simplemente no podía ni imaginarlo. La niña la necesitaba. 

—Evon, ¡Evon! —chilló Loamy, corriendo en su dirección. 

—¿Qué sucede, mi sol? —inquirió. 

No hubo necesidad de que ella se lo comentara, debido a que el ritmo del Jazz inundó el lugar. Alzo la mirada en busca de Caleb, y éste mantenía los brazos alzados a la altura de sus hombros encogidos, en tanto sonreía persuasivo. 

—Ay no —comenzó a reír, sabiendo lo que vendría más adelante. 

No planeaba rehusarse, menos sabiendo que sería el último baile que harían los tres juntos. Caleb se marcharía, y ella no aceptaría una relación a la distancia, ni promesas de que algún día regresaría. No comentaría el mismo error que con James. 

Pero no quería pensar en eso, en aquel momento. No, todo lo que deseaba era disfrutar del momento, bailar y olvidarse del resto del mundo.

***

—¿Les dijiste que no piensas acompañarlos? —le preguntó Noah.

Dos meses se fueron volando, y su padre finalmente fue dado de alta. Como prometieron, le ayudaron a recuperar parte de su vida, limpiando su historial.

Un Novio Para Mi Hermana (Evonne Necesita Un Novio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora