¿Una Weasley? (Harry Potter)

¨11¨

-¿Nerviosa, Ginny?- papá tenía cierta adicción en preguntar eso cada vez que alguien nuevo entraba a Hogwarts. Lo hizo con Fred y George, con Ron y conmigo, ahora lo estaba haciendo con Ginny. Seguramente, también lo hizo con el resto de mis hermanos.

-Sólo un poco- desde el accidente de la tienda, Ginny no había hablado mucho cuando Harry estaba cerca por pena. Mamá se levantó de la silla; era hora de irnos a la estación.

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-Primero pasaremos nosotras. Nos veremos al otro lado- mamá pasó el andén junto con Ginny  antes de nosotros, los demás ya estaban del otro lado.

-Ve tú primero, Harry- Ron le dijo a Harry, él asintió antes de correr al andén, Ron lo siguió y después yo, pero algo salió mal. Potter chocó contra la pared provocando que Ron y yo chocáramos atrás de él.

-¿Qué pasó? ¿Por qué no pasamos?- Harry nos miro preocupado.

-No lo sé, pero ya es tarde. ¡Y el tren nos dejará!- Ron y Harry me miraron asustados. Los tres nos quedamos pensando en lo que podíamos hacer.

-¿Y si lo intentamos de nuevo?- Ron preguntó, los tres miramos a la pared, negué antes de hablar.

-No quiero chocar otra vez- Harry asintió, una idea pasó por mi cabeza. Mire a Ron y, como si él estuviera pensando en lo mismo, asintió.

-Oigan, sé que ustedes se comunican por alguna extraña razón con su mente, pero habremos personas que no entendemos el lenguaje silencioso- mire divertida a Harry que estaba nervioso. 

-Para esas personas que no entienden el lenguaje silencioso, uno, deberían aprenderlo y dos, iremos en el auto de papá- Harry me miro asustado.

-Lyra...-

-Escucha, sino queremos perder el año, es lo que debemos hacer. Sé que suena loco, pero es lo mejor que tenemos- Ron le dijo serio, Harry asintió. Los tres corrimos hacía donde el auto estaba estacionado. Los tres nos detuvimos afuera de él.

-Bien... ¿Quién conduce?- Harry preguntó. Todos nos miramos entre nosotros, nadie sabía conducir esa cosa. 

-Bien, yo lo hago- Ron subió al asiento del piloto, Harry al copiloto y yo subí atrás. El coche encendió y el nerviosismo se vio reflejado en la cara de mi hermano. 

-¿Qué sigue?- Ron me preguntó.

-Debes mover esa palanca, creo- Ron movió la palanca y el carro se puso en marcha.

-Sal del mundo muggle. No lo vayas a poner a vo...- antes de que mi oración pudiera ser terminada, el coche ya estaba en el cielo. Ron me sonrió, yo negué en desaprobación. Viajamos por minutos antes de que el paisaje se hiciera conocido. 

-Según la hora, el tren debería de estar por aquí- Harry nos dijo. Todos lo comenzamos a buscar, pero el tren no se veía.

-No lo veo- Ron nos miro. Uno sonido nos hizo voltear ¡era el tren... atrás de nosotros!

-¡Ron!- Mi hermano volteo asustado. Los tres gritamos -¡Ron, saca el auto del paso del tren!- Ron movió al auto de la vías dejando pasar el tren, pero no todo salió bien. La puerta del auto se abrió, Harry quedó colgando del auto. Me pasé rápido al asiento del copiloto y entre los dos lo ayudamos.

-¿Estás bien?- Harry asintió hacia Ron.

-Estoy bien. Creo que encontramos el tren- mire mal a Potter antes de que mi cara se tornara roja; estaba sentada en las piernas de Harry sin embargo me recuperé pronto. 

-¿De verdad, Potter? No lo había notado- Harry soltó una leve risa. 

-Yo sé que lo notaste, pero...- 

-Bien, allá está Hogwarts. Bajaremos ahí y, con suerte, nadie nos verá- Ron nos interrumpió señalando Hogwarts. Decirlo sonaba fácil, pero lo que se ve fácil no siempre es así. El auto dio una vuelta no planeada.

-¡¿Qué haces?! ¡Es para el otro lado!- Ron me miro mal.

-¡Yo no soy! ¡El es el auto!- 

-¡Súbelo!- el sauce boxeador se encontraba a nuestra vista y nosotros íbamos directo a él.

-¡Sube el auto, Ron!- Harry le dijo, pasó sus manos por mi cintura protegiéndome.

-¡Ron! ¡Ron, súbelo! ¡Ron...!- 

-¡No funciona!- Ron nos dijo jalando la palanca  para elevar el auto. Ron sacó su varita y comenzó a golpearla contra el volante -¡Sube, sube, sube!- la varita de Ron se rompió cuando chocó contra el volante.

-¡Oh, genial! Mamá te matará- él me miro asustado antes de mirar su varita, rota. El auto se detuvo.

-¿Acabo? pregunté, pero antes de alguno me pudiera responder, el auto volvió a moverse. 

-¿Qué está pasando?- Ron nos preguntó asustado.

-No lo sé- Harry le respondió mirando a los lados.

-Chicos, creo que caímos encima del sauce boxeador- les dije al escuchar un crujido. Antes de que alguno pudiera contestar, nos empezamos a mover fuertemente antes de sentir un gran golpe en la parte trasera del coche y después en la delantera, los golpes se repitieron hasta que el coche cayó.

-¡Rápido! ¡Corre! ¡Avanza!- Harry le gritó a Ron que puso en marcha el coche antes de que el sauce boxeador tirara su próximo golpe y nos golpeara. Al llegar fuera del alcance del árbol, nos detuvimos y justo cuando íbamos a salir de auto, las puertas se abrieron solas y los asientos nos lanzaron fuera haciendo que voláramos hasta caer al piso con nuestras cosas a lado. El auto se puso en marcha y se fue, lejos, al bosque prohibido.

Harry se reincorporo rápidamente  al ver en la posición en la que estábamos, él estaba encima de mí 

-Lo siento- levanté mi mirada para encontrarme con la suya, una mirada penosa. Nunca había puesto atención detallada a sus ojos, eran tan hermosos, tan hipnotizantes, tan...

¡No, no, no, Lyra! ¡Es el mejor amigo de tu hermano! ¡Además solo tienes 12 años! 

-¿Te ayudo?- la mano de Harry enfrente de mí me sacó de mis pensamientos. 

-Gracias- tome su mano mientras él me ayudaba a levantarme, el auto ya no se veía por ningún lado.

-Vaya, yo también hubiera huido si un trio me hubiera hecho esto- les dije.

-Papá va a matarme- mire a mi hermano que estaba en un trance viendo hacía donde el auto se había ido.

-Sí, es muy probable-  él asintió aún en su trance.

-Sí, bueno, tenemos que entrar a Hogwarts. Con suerte aun nadie ha notado que no estamos- mire a Harry que estaba tomando su baúl. 

-Harry tiene razón. Sino quieres que mamá te mate también, tenemos que entrar- Ron asintió antes de tomar su baúl, tomé mi baúl y lo extendí a mi hermano creyendo que él sería caballeroso y lo llevaría, pero me equivoqué. 

-No, llévalo tú - rodé los ojos antes de seguir avanzando hacía el castillo. Solo esperaba que nadie nos viera.