¿Una Weasley? (Harry Potter)

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narra Lyra

-¡Malfoy!- me gire para ver a McGonagall caminar hacía mi 

-profesora- le dije con vergüenza. Ahora ella también sabía mi pequeña secreto, todos lo sabían 

-necesito tu ayuda. El castillo debe de estar protegido ¿me ayudas?-  asentí antes de comenzar a caminar con ella, las barreras alrededor de Hogwarts comenzaron a aparecer conforme los hechizos salían de nuestras varitas 

-a ver si entendí- mire a Neville que hablaba con McGonagall. Termine de colocar el último hechizo de protección -¿Me está dando permiso para hacer eso?- me acerque a ellos 

-así es, Longbottom- McGonagall le respondió 

-que lo vuele ¿boom?- el tono de Neville era sorprendido 

-¡Boom!- 

-exactamente ¿cómo lo hago?- Neville le preguntó 

-¿por qué no lo discute con el señor Finnigan? según recuerdo tiene una facilidad con la pirotecnia- 

-yo lo puedo derribar- Seamus dijo alado de Neville 

-ese es el animo. Corran- ambos se alejaron de nosotras 

-no podemos detener a ya sabe quien indefinidamente- dijo el profesor Flitwick 

-bueno, eso no significa que no deba retasarlo...Y su nombre es Voldemort, Filius. Llámalo por su nombre. Tratará de matarte de igual manera- solté una leve risa -¡Piertotun Locomotor!- las estatuas de piedra de alrededor se movieron solas y cayeron al piso -¡Hogwarts esta en riesgo! ¡cubran todos los rincones! ¡protéjanlos!  ¡cumplan con su deber!- las estatuas comenzaron a acatar las ordenes de McGonagall yéndose por los rincones de Hogwarts -siempre quise hacer ese hechizo- mire a McGonagall divertida, la señora Weasley a su lado la miraba igual 

los profesores y alumnos mayores se ocupaban de colocar los hechizos de protección 

-Lyra, lleva a los más pequeños a un lugar seguro. No podrán pelear- asentí viendo a la señora Weasley -cuídate- sin poder detenerme la abracé 

-usted también- me separe de ella antes de dirigirme a donde los de primero estaban conviviendo como los mejores amigos. A su edad yo me dividía entre mi ¨hermano¨, su grupo y mi grupo de amigos. Rodé al escuchar mis pensamientos -¡primero y segundo!- todos se callaron y me miraron asustados 

-¿moriremos?- una tierna niña me preguntó con miedo

-No lo creo- pensé mi respuesta al darme cuenta que solo los había asustado más -es decir, no. Nadie morirá. Los llevaré a algún lugar seguro. Síganme- todos se apresuraron a seguirme. Una pregunta paso por mi mente  ¿a donde los llevaría? Mire a todos lados esperando que no me topase con ningún  mortífago -guarden silencio- les susurre en un grito cuando comenzaron a hablar 

-si, lo sentimos- Traía a los de primero de las cuatro casa atrás de mi mientras pensaba a donde los llevaría

¿a los calabozos? Ahí llevaron a los de nuestra casa. Debe de ser un lugar seguro

-¿a donde iremos?- la misma niña tierna de hacer rato me preguntó tomando mi mano, estaba temblando 

-a los calabozos- ella negó repetidamente

-no, a los calabozos no. Me dan miedo- sus ojos se llenaron de lagrimas 

-solo ahí estarán seguros. Tus amigos estarán contigo- abrí la puerta de uno de los calabozos -pasen- todos entraron, cerré la puerta asegurándome que estuviera bien cerrada -no salgan de aquí-