¿Una Weasley? (Harry Potter)

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Narra Lyra

-¿me explicarás?- le pregunté a Harry mientras caminábamos a un claro en el que pondrían una carpa para quedarse un día ahí 

-la copa es un horrucruxe, la tenemos que destruir- beso mi mejilla -¿qué ha pasado?, ¿te han lastimado?- me detuvo y me revisó asegurándose de que estaba bien mientras Ron y Hermione ponían la carpa

-No, estoy...Bien- baje la mirada sintiendo mis ojos llenarse de lagrimas

-¿Bien?- él alzó mi cara -oh, Lyra- las lagrimas comenzaron a caer de mis ojos. No podía decirle la verdad, no podía decirle que me convertí en una mortífaga, que me voy a casar con Mattheo a la fuerza. No podía decirle nada. Dejaría de quererme  -¿qué paso?- negué 

-te extrañe tanto- lo abracé rodeando su cuello con mis brazos -no quiero que te pase nada- 

-no me pasará nada- me separo de él -acabaré con esto lo antes posible, lo prometo- mire nuestras manos unidas -¿eso es todo?- mire sus ojos, la desconfianza por saber que no era todo estaba ahí. Una lucha en mi interior comenzó ¿se lo digo o no? Tal vez el pudiera hacer algo

¿qué crees que pudiera hacer? ¡esta en riesgo de morir!

además, ya tiene muchos problemas

-Harry, yo...- el asintió incitándome a que siguiera hablando, suspire -no, nada- 

-no, dímelo- 

-yo...Me voy a...- solté un leve sollozo 

-¿a qué?-

-me voy a casar- su cara se transformó a una mezcla de confusión y enojo  

-¿¡Qué!?- 

-me voy a casar. Con Mattheo- frunció el ceño confundido 

-¿¡por qué!? ¿la pureza de la sangre?... ¿O realmente lo quieres? ¿te enamoraste de él?- me preguntó dolido 

-¡NO! es decir si lo quiero, pero no de esa manera- suspire -mi padre...Se entero de lo nuestro, dice que me estoy yendo por mal camino, que no me harás bien. Me quiere mandar a Francia con Mattheo- 

-No te puedes casar ¿qué hay de lo de nosotros?-  se paso un mano por el cabello, le sonreí tranquilizante 

-no me voy a casar, Harry. Te amo, no podría casarme con él.- negué antes la sola idea-Tengo que regresar a casa- 

-No regreses, quédate con nosotros- mire discretamente mi antebrazo izquierdo antes de negar

-No puedo- él me miro desesperado 

-¡claro que puedes, Lyra! ¡he estado preocupado por ti todo el tiempo! ¡y todo porque no quisiste venir con nosotros! ¡tampoco sé nada de Adhara!- 

-no puedo hacer nada- me aleje un paso de él 

-Adhara...¿Cómo esta Adhara?- 

-ella...-

Esta adolorida por las horas que la hemos torturado, más delgada, pálida  y se ha salvado demasiadas veces de la muerte ¿cómo más puede estar? 

Como se lo merece

-ella esta...Bien- 

bien mal

-¿bien?- asentí -¿cómo puede estar bien ahí? Lyra, no seas necia, quédate con nosotros. Las dos allá es difícil saber que tal vez no...- no pudo continuar la frase, pero supe exactamente lo que quería decir. Era difícil para él saber que las dos estábamos en riesgo de morir algún día