CAPÍTULO 3

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En una de las mesas más alejadas de la cafetería devoro un sandwich de queso con jamón y un delicioso zumo de naranja, tengo en la mente el sueño que tuve, no es raro en mi soñar con Kenneth ya que mi delirio por el raya en lo exagerado, somos amigos desde los cuatro años, mi enamoramiento por el fue algo que ni y misma sé cuando se dio, llegó un momento en que no dejaba de pensarlo, de soñarlo, de anhelar su presencia, su carisma me hipnotizó de tal manera que me vi a mi misma siendo más que su amiga y esa idea, ese pequeño pensamiento no me molestó... me hechizó, y sea cuando haya sido no me ha abandonado desde entonces.

Los recuerdos bonitos me abarcan y en todos está él, no hay un sólo suceso que me genere incomodidad, molestía, enojo o un atisbo de emoción negativa cuando mi mente se llena de él, de Kenneth Walker. 

Recuerdo el suceso de la cafetería y mis labios se curvan en una sonrisa automática, era el viaje de fin de curso del año pasado, fue una semana antes de terminar formalmente con las clases y ese fin de semana me reitera por qué me gusta tanto mi amigo.

                                                                                 ............

- Es molesto ver caer la baba de las chicas cuando te miran, – bromeo ignorando el hecho de que probablemente esté alimentando su ego más de lo que las otras chicas lo hacen.

Suelta una carcajada.

- A mi no me molesta. 

- Presumido. 

- No es presunción es que en verdad no me molesta porque no le presto atención, quien lo hace eres tú. - No levanta la mirada mientras bebe su granizado de limón con una pajita.

- No es que me interese, - miento. - Es que no puede obviarse cuando se acercan a pedir tu contacto o la mesera te deja una notita con su número. - levanto el papelito con el que me quedaré yo.

- Sólo me interesa la atención de una, – esta vez sus ojos se posan en mí y ese color turquesa es el más hermoso que existe.

Candidos y sinceros.

- ¿Ah, sí? ¿De quién? -

- La que está sentada frente a mí.

- Es lo menos que me merezco siendo tu mejor amiga.

-Si, bueno, creo que nos dejaron plantados,- cambia de tema y vuelve a su granizado.

Está en lo cierto, llevamos más de media hora esperando a Claudia, Thomas y Demian y nada que aparecen, se supone que nos reuniriamos aquí porque es la última noche que pasaremos en este lugar.

Un complejo turistico que es hermoso por donde se mire, la cafetería en la que estamos tiene un ambiente rustico y acogedor apesar de la cantidad insana de cabezas de venado que hay en las peredes, los ventanales dan unas vistas impresionates, mientras un lado muestra el río, el otro deja ver los senderos del bosque y uno de esos tantos llevan a una hermosa cascada de aguas cristalinas que no está para nada cerca, tengo ampollas en los pies por eso, ya que ayer por la mañana lo primero que hicimos después de llegar fue irnos con el guía y los maestros a conocer lugares, terminé llena de barro por culpa de Demian y casi muero ahogada también por culpa de Demian.

- Si, no creo que vengan. - concuerdo y el ambiente se pone tenso, últimamente tenemos silencios incomodos que no sé de dónde o por parte de quién se generan primero. 

- ¿Y le vas a escribir?

Pésima pregunta.

- ¿A quién?

Un amor, cartas y posdatasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora