El conjunto de vivencias colorean tu corazón hasta alcanzar una gama determinada, el cual, definirá todos tus pensamientos, sentimientos y preferencias. Para poder comprender el color, debemos entender de dónde proviene.
¿Qué es lo que reside en el...
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Había empezado a jugar aquel juego en línea que le había recomendado su mejor amiga. Los ojos de Iguro se desplazaban tan rápido por la pantalla captando todos los detalles de aquel juego de fantasía. Al chico le encantaban ese tipo de juegos y más si era un gamer experto como él que podía pasarse un juego en una semana si lo jugaba en extra difícil. Para Iguro no había juego imposible o aburrido, todos parecían agradarle y los juegos en línea eran sus favoritos.
—Obix. Listo, mi personaje está creado. —Se dijo emocionado con una sonrisa en la pantalla.
Fantasy Slayers Dragon, era el juego de moda que surcaba todo Japón, Iguro obviamente se lo había comprado y ahora estaba a punto de empezar a jugarlo. Le dio enter y entró en el vídeojuego, bueno al menos su personaje. Mundos donde se llevaban una hacha y espadas, matar a dragones pero no solo eso, completando las diferentes misiones que aparecían en el gremio.
—Bien, Obix está en línea.
Habían pasado dos semanas desde que había iniciado la partida, ya había alcanzado nivel treinta en ese tiempo y poseía rango medio jugador clase B. A Iguro nada le emocionaba más que subir de nivel y encontrar nuevas armas dentro de cada misión. Los laberintos del juego estaban diseñados fácilmente y podían adentrarse sin salir muerto.
—Obix veo que de nuevo andas arriesgando tus puntos de experiencia. —Una chica clase elfo le sonrió, Obanai sabía quién era.
—Mitsy, sabes que no me puedo quedar tranquilo cuando se tratar de FSD. —Su mejor amiga Mitsuri Kanroji, quien hace poco había iniciado sesión.
—Vale Vale, Obix. Después no vengas llorando que perdiste toda la experiencia.
Al contrario de otros juegos en FSD, no pierdes dinero u objeto cuando mueres, pierdes toda la experiencia que has obtenido al tratar de subir de nivel, además de los puntos para comprar objetos dentro del laberinto.
—Obix es demasiado apresurado, siempre perdiendo el tiempo y experiencia. —Una voz interrumpió la conversación de ambos, Iguro miró la pantalla con desprecio al ver el jugador que se había acercado.
—Giyuu —dijo con una voz hostil, aquel chico era su más grande rival, habían empezado el juego casi al mismo tiempo y poseían el mismo nivel.
—Por favor no me hables así, sabes que es verdad. —Obanai no perdió el tiempo y escaneó al chico a ver por qué nivel ya iba para estar hablando así, se sorprendió al ver que aquel chico estaba en el nivel cuarenta y dos.
