El conjunto de vivencias colorean tu corazón hasta alcanzar una gama determinada, el cual, definirá todos tus pensamientos, sentimientos y preferencias. Para poder comprender el color, debemos entender de dónde proviene.
¿Qué es lo que reside en el...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Comenzaremos por el principio El principio de como ocurrió el mayor desastre de su vida.
Desastre que hizo que las esmeraldas de sus ojos dejarán de destellar, un giro del destino, un castigo divino. Ella lo llama traición de la persona que más amó
Mirando el malecón de la bahía con sus ojos tristes rezando a un dios qué le diera un poco de compasión y paciencia, mucha paciencia para aguantar todos los males de la vida.
Aún cubierta por el largo vestido blanco de encajes rosados, metía sus manos a través del velo para secar aquellas lágrimas que se escapaban por sus ojos. Aquel día que se suponía que debía ser el mejor de su vida se convirtió en la tragedia más grande.
La chica no se esperaba ser abandonada en el altar, pero aparte de eso lo que más rompía su corazón era la carta que había leído de su imbécil prometido. Las palabras aún seguían en su cabeza atormentando cada parte de su ser.
“Eres lo más extravagante que pudiera encontrar Mitsuri, pero yo no sirvo para estar casado, no me gustaría que algún día llegará a fallarte por eso te dejo aquí, cometiendo el acto más cobarde de todos los tiempos abandonar la novia en el altar. Siento que esto te lo tenga que decir en esta carta pero no puedo más con las cosas por eso decidí dejarlo aquí. Busca alguien que te haga feliz yo sé que no soy ese hombre
Te deseo suerte Uzui Tengen”
Mitsuri había recibido el apoyo de sus padres en su decisión, con el corazón roto la chica no pudo hacer más que salir corriendo lejos de aquel lugar. Hasta encontrarse a donde está ahora.
Al borde de la bahía tratando de pensar en algo que pudiera compensar aquello, pero aunque su corazón quería salir detrás de aquel hombre, su orgullo como mujer se lo impedía.
Tarareando una nana sobre aquel malecón, sintiendo la brisa marina sobre su rostro solo una idea cruzaba por su cabeza. Ella era de las personas que amaban la vida pero aquello la había dejado sin deseos de ver un nuevo amanecer.
Se paró sobre el muro y con lágrimas en las mejillas dejó el velo en el suelo, tiró los tacones y el anillo de compromiso al mar, soltó las trenzas de sus cabellos y dejó escapar un suspiro envuelto en el llanto causado por los recuerdos, cuando estaba dispuesta a dejar el mundo y lanzarse a las profundidades del mar una voz detuvo su marcha.
— ¿Qué haces? —la regañó una voz que ella no tenía en claro quién era.
Se giró para contemplar quien la llamaba y se encontró con unos ojos heterocrománticos que la miraban con pena. La chica le sonrió con dolor al extraño.
— Acabar con mi sufrimiento —dijo ella en pequeños sollozos.
Al hombre no le agradó aquella respuesta y dió un paso más hacia la chica. Tratando de que dejará la tontería que estaba por cometer la jaló del brazo, haciendo que bajará del muro.
— Le causaras sufrimiento a tu familia, no es necesario llorar por algo fallido o que a penas comenzó y mucho menos intentar esa locura —la chica fijó sus ojos en el extraño, reaccionando sobre lo que pensábamos hacer.
— Tienes razón —habló simplemente —Gracias por detenerme —se soltó del agarre del joven y le sonrió aún con tristeza.
Una joven de cabellos rosados con mechas verdes en las puntas y un joven con ojos heterocrománticos y cabellos azabache. Se han encontrado por primera vez marcando el inicio de su historia.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
