Alianzas peligrosas

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Llegó cojeando al hotel debido la gran fuerza que utilizó Vox y Valentino al penetrarle. Un hilo de sangre caía por su pierna, varios rasguños y moretones se visualizaban por todo su pelaje. Estaba cansado y al ver aquella interminable escalera hacia su habitación, suspiró aún más cansado y triste por su situación. Uno a uno empezó a subir los escalones, pero en un tramo perdió el equilibrio y se cayó. Cerro los ojos esperando el golpe, pero éste nunca sucedió. Vio que unas manos le sostenían y un cuerpo cálido lo abrazaba. Fijó la mirada en el rostro de aquel demonio y no era nadie más que Alastor, que le devolvía la mirada con una sonrisa un tanto aterradora pero extrañamente conciliadora.

-Mi amigo, debes tener cuidado-volvió a ponerlo en bípedo. Se agarró del pasamano de la escalera, para encontrar mayor estabilidad.

-Gracias...- vio como el ciervo veía aquellos moretones y heridas, se tapó de la vergüenza con las manos, rápidamente. No quería mostrarle ese lado de él. Aquel que era débil, sumiso y sin ningún control de su propia vida. Alastor alcanzó a verle y sin preguntarle, le pasó una pomada que la sacó de algún portal por ahí.

-Es buena para las heridas, My dear- le ayudó a subir las escaleras hacia el cuarto y desapareció, cruzando la puerta. Aunque Alastor no pudo evitar notar la presencia de un ser desagradable que apareció desde la oscuridad del pasillo. Un demonio que vigilaba todo con el ceño fruncido-Husk, mi buen amigo. Deberías meterte en tus propios asuntos- los ojos del demonio radio se volvieron más rojos, más intensos y mortíferos.

-Se que estás tramando. Alastor déjalo en paz, te harás de enemigos poderosos si le pones una mano encima-

-No eres nadie para decirme que hacer y que no-

-Lo sé, pero hemos encontrado un buen lugar. Tengo techo, comida y no quiero que lo arruines como las misiones del pasado- mostro los dientes filosos, en modo de amenaza, pero la sonrisa de Alastor ni se inmutó. Husk desapareció de escena dejando al demonio solo entre las sombras, solo se veían sus ojos brillando con intensidad. El gato sentía una extraña sensación en su pecho, algo que le hacía ser fuerte y enfrentarse con Alastor por primera vez desde que le conoció ¿Angel de verdad valía tanto la pena? ¿Quería poner su vida en juego? Pero su mente le decía, no, le ordenaba que siguiera adelante y defendiera al albino como fuese—No puede ser otra de las presas de Alastor, no él—se grabó aquellas palabras en fuego, continuando su camino en la oscuridad.

**

Habían varios huéspedes que se registraron con instancia permanente y llenos de deseos de redención (o eso se veía a simple vista). Poco a poco el hotel estaba cobrando fuerzas y Charlie sospecha que todo era obra de Alastor, pero no le importa. Creía en su causa y que lo iba a lograr a toda costa. Unos golpes la sacaron de sus pensamientos, era alguien que estaba tocando la gran puerta del Lobby. Fue hacia a ella y abrió encontrándose a quienes menos esperaba. Lilith, su madre. Una mujer alta, delgada, de piel color Violeta, labios delgados y coquetos. Ojos grandes que alumbran y encantaban a todos quienes miraban. Cabellos dorados, largos y suaves. Y su padre, el mismísimo rey del Infierno. Un hombre bajo, de piel blanca como la nieve. Ojos atentos y sonrisa traviesa.

-Charlie- la abrazo-vinimos a ver tu pequeño...-Lilith le pego con el codo a su esposo-proyecto- dijo con dificultad.

-Madre, Padre-estaba sorprendida, no esperaba encontrarlos en su hotel-pasen- Los ojos de los reyes se fijaron en el decorado y en los trabajadores. Lucifer dirigió su vista en el demonio radio, mientras le dedicaba una sonrisa furiosa. No esperaba que su hija se aliara con alguien tan desconfiable, tan peligroso y mortífero. Vaggie observaba a los padres de su novia, nunca los había podido ver en persona ya que siempre estaban ocupados y ahora entendía del porque Charlie era tan hermosa y perfecta. Lilith era una verdadera maravilla y el rey del infierno no era menos. Se puso nerviosa, se arregló el moño rosado y el cabello, esperando estar presentable.

TraicionadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora