Perdoname

Capitulo 26

Una vez Kaname se marchó de la asociación Zero cambió su semblante a uno más serio y caminó hacia uno de los sofás acostándose en el más largo para poder pensar. Después de un momento su rostro serio fue totalmente tapado por sus manos dejando a la vista sólo sus oídos totalmente rojos y su cuerpo comenzó a temblar ligeramente.

Estaba feliz

Como no estarlo si por fin sentía que había tenido un avance con Kaname. Al inicio pensó que este reuria de él como los anteriores encuentros y estaba preparado para eso. Sin embargo, contra todo pronóstico, no fue así, más bien lo notó tranquilo, claro que él sabía que estaba ahí por compromiso pero eso no quitó el hecho de que no rechazó ninguna de sus caricias y mucho menos su beso. Por un momento rememoró sus primeros días de noviazgo donde esperaba a Kaname en el bosque después de clases solo para pasar con él unos minutos y darle alguna que otra caricia y beso que Kaname correspondía tímidamente.

Soltó un leve suspiro, ahora su brazo izquierdo tapaba sus ojos y dejaba a la vista la sonrisa que adornaba su rostro. Tal vez pudo haber ido detrás de él, pero sabía que de nada serviria acercarse a la fuerza, lo mejor era dejar que las cosas fluyeran y disfrutar de los momentos que pasarían a partir de ahí juntos, pues el vampiro había dicho que estaría ahí una semana, ese tiempo podría ser suficiente para afianzar la confianza entre ambos como líderes y si lograba su meta de entablar una amistad sabía que sólo era cuestión de tiempo para estar juntos de nuevo. Solo tenía una semana, si era así podría usar como excusa algunas cosas triviales para llamarlo a la asociación o... ir directamente a la mansión Kuran.

Finalmente logró calmarse e intentando levantarse del sofá quedó en su posición al caer en cuenta de algo que por superponer el sentimiento de felicidad lo había casi olvidado.

Kaname no le había dicho a quién pertenecían los nombres de Zurie y Jack, que gracias a su sueño sabía que eran Kuran. Sentándose en el sofá su mirada cambió a una más sería, al parecer si tendría que presionar a Kaname. Tenía una semana.

Camino a su escritorio, tras un breve descanso sentado en su silla miró los informes de algunos cazadores que habían llegado esa mañana, tomó el primero y comenzó a leer hasta llegar al último que después de leerlo cerró la carpeta, tomó las llaves de su motocicleta y salió de su oficina encontrándose con Daiki que enseguida lo saludo, Zero correspondió a su saludo y pensó si podría encomendar a su mano derecha la misión a la que él estaba saliendo, seguramente la realizaría con éxito pero ya había pasado un tiempo que no se ejercitaba así que mejor desistió de esa idea y siguió su camino hasta llegar a su motocicleta, ya arriba se colocó el casco, encendió el motor y arrancó hacia el pueblo vecino.

Según el informe de uno de sus cazadores, se rumoreaba que en el pueblo vecino había vampiros nobles atacando a humanos, estos vampiros usaban como cebo a niveles E para no ser culpados de los ataques. El cazador pudo dar con su ubicación, sin embargo al momento de enfrentarlos este resultó un tanto herido y tardaría unos días en recuperarse.

Tiempo más tarde Zero llegó al punto marcado en el informe, un callejón ubicado entre una calle casi deshabitada. No tuvo que esperar mucho para que un grupo de quince niveles E salieran a su encuentro, quitándole el seguro a Bloody Rose comenzó a disparar directamente a su corazón terminando con el grupo en cuestión de minutos, media hora después dos chicos muy atractivos vestidos con ropa formal se aproximaron al callejón con dos hermosas chicas que por su expresión se veían felices acompañando a los chicos. "pobres ilusas" pensó Zero ocultando su presencia escondiéndose detrás del contenedor de basura esperando el momento exacto para atacar, por suerte no tuvo que esperar mucho pues al parecer los jóvenes vampiros estaban tan ansiosos por beber su sangre que una vez se adentraron al callejón y las chicas intentaron salir corriendo Zero salió y con un golpe certero dejó a ambas chicas inconscientes para girar ahora hacia los vampiros que al no sentir su presencia se miraron un poco confundidos pero al ver las cenizas en el piso entendieron todo.