𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟏 - 𝐍𝐞𝐚𝐫 𝐭𝐡𝐞 𝐚𝐛𝐲𝐬𝐬

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El pinchazo fue como un piquete de mosquito, si no supiera que se trataba de una aguja la que ingresaba en su piel hubiera dado un manotazo.

Esto era una rutina matutina. Una de las que más odiaba y jamás había conseguido acostumbrarse. Sentir la materia puntiaguda y fina introducirse le causaba pavor desde aquella vez con el liquido celeste. Ese estúpido liquido que no tenía idea qué era pero que la hizo sufrir como una condenada a muerte. 

Desde ese día sus brazos tuvieron que comenzar a ser atados para evitar cualquier reacción negativa. El comportamiento de la chica no era para nada tranquilo llegado al momento.

Su dedo índice golpeaba incontrolablemente el apoya brazos de la silla y su respiración comenzaba a ser mas rápida. Cerró sus ojos cuando nuevamente sintió otro pinchazo en su brazo derecho. Ya era el cuarto tubo de ensayo que llenaban; estos iban dirigidos a diversos estudios e incluso experimentos.

Su golpeteo cesó cuando la venda ya se encontraba cubriendo una pequeña parte de su piel. Sus brazos fueron liberados y esposados en un microsegundo.

La puerta fue abierta de golpe enseñando a un Midas frotándose las manos ansioso y con un semblante que no indicaba que estuviera del todo tranquilo aunque intente disimularlo. Dio un vistazo rápido a Artemis, que continuaba sentada en la silla, y se dirigió hacia los mismos guardias de piel morena que siempre la vigilaban; eran los mas fuertes y altos del personal así que fueron escogidos para cumplir tal tarea. 

— Vasiliev esta aquí, quiere verla. Prepárenla y diríjanla al área de demostración. Dejen lo especial para el final así que primero le enseñaremos una pelea física y luego su puntería. —Midas fue respondido con sus asentimientos. Luego giró hacia la chica en la silla y camino lentamente hasta a ella— Y tú. —apoyó ambas manos en sus rodillas para estar a la misma altura que ella y su rostro se ensombreció— Mas te vale que me dejes con una buena imagen.

Artemis se mantuvo callada, dejó que sus ojos expresen el inmenso odio que sentía hacia el hombre. No se había despertado con muchas energías; su cara y abdomen dolían al igual que su cabeza por causa de las lagrimas que había derramado en la noche.

Por hoy no buscaría problemas.

Midas dibujo una siniestra sonrisa en sus labios que provocaron un escalofrió que se extendió por toda la columna vertebral de la muchacha, luego abandonó la sala. Nuevamente Artemis fue levantada y escoltada por los aburridos pasillos. Utilizaba ese adjetivo para describirlos por la gran carencia de color que presentaba todo el edificio o lo que sea que fuera; en ningún momento tuvo la oportunidad de ver el exterior del lugar por lo que nunca supo en qué tipo de construcción se encontraba. 

Terminó de cambiarse en el cubículo donde era iluminado por un triste foco blanco. Sus azulejos grisáceos presentaba manchas amarillentas en los bordes y el aroma a humedad no era para nada favorable. Recostó su espalda sintiendo el frio abrazar su piel y cerró sus ojos soltando un suspiro. Esperaba que esto sea rápido.

La puerta se deslizó dejando pasar a Artemis a la misma sala del día de ayer. La tediosa rutina terminaría matándola en cualquier momento.

Pero este día si que contaba con una diferencia. Detrás del cristal otro par de ojos azules la analizaba atentamente, su gallardo cuerpo lucía un traje negro y una corbata del mismo color, con una postura relajante en el sillón de cuero marrón. Dio otra calada al cigarrillo y liberó con suavidad todo el humo acumulado en su boca, sentía la mano de su bella esposa descansar en su hombro. Alik Vasiliev esperaba con total tranquilidad a que su subordinado le enseñe qué es lo que su mascota de dos patas ha aprendido en todos estos años.

BROKEN PARTS | Bucky Barnes ✰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora