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Ambos chicos avanzaban por un callejón oscuro y desierto en mitad de la oscura noche.

—¿Ya vas a decirme a dónde
vamos?— preguntó Taehyung impaciente

—Casi llegamos, ten paciencia— respondió el pelinegro sin despegar su mirada del frente.

—¿Y era necesario esta estúpida
ropa?— preguntó observando una vez más sus prendas, él estaba acostumbrado a vestir colores oscuros pero Jungkook, prácticamente le había obligado a ponerse unos jeans y una camisa color blanco.

—Cierra la boca, ahora comprenderás todo— llegaron al final del callejón, observado una puerta de hierro oxidado frente a ellos, Jungkook entró primero y Taehyung le siguió.

—¿Primera vez?— preguntó un hombre de cabello blanco.

—No exactamente, yo ya he venido otras veces— dijo Jungkook.

—¿Que sala deseas?

—La 22

El señor sacó unas llaves del cajón de su mesilla y se las otorgó.

—Pasarlo bien— dijo con una sonrisa pícara.

Jungkook asintió y le indicó a Taehyung que le caminara. Pasaron por un pasillo negro repleto de puertas rojas hasta llegar a la indicada.

—¿Listo?— preguntó metiendo la llave en la cerradura.

—Supongo.

Jungkook sonrió y abrió totalmente la puerta.

Era parecido a un cine pequeño, habían algunos asientos negros perfectamente en fila y frente a ellos; una enorme pantalla. Algunas personas ya se encontraban sentadas.

—Vamos— susurró, caminando hasta los asientos más lejanos.

Las luces se apagaron totalmente tras entrar algunas personas más y la pantalla se encendió, apareciendo una mujer de tobillos y muñecas atadas, amordazada y de rodillas en el suelo, dejando que la atención se enfocara en sus ojos llorosos.

—¿Es una película?— susurró Taehyung, acercándose a Jungkook.

—No, es un directo— habló bajo

Un hombre apareció en cámara, solamente se lograban ver sus piernas cubiertas por un pantalón de cuero negro y un látigo rozando el suelo.

La mujer comenzó a negar y sus ojos se expandieron al ver el látigo, más lágrimas deslizaron de sus mejillas.

— Maldita perra, inútil y
despreciable—comenzó dando vueltas al rededor de ella —Eres una jodida puta que únicamente sirve para saciar mis perversidades ¿lo sabías?.

La mujer, pese a su llanto; asintió con su cabeza, al parecer estaba ahí por voluntad propia.

—¿Sí?— se colocó detrás de ella— Buena chica, ¿cuantos serán hoy?— guardó unos segundos de silencio y continuó— Cuenta conmigo hasta cien, perra— y alzó el látigo, dándole en la espalda repetidas y seguidas veces, mientras ella contaba como podía pese a que un bozal cubriera su boca.

—¿Te gusta?— preguntó Jungkook, observando los brillosos ojos de Taehyung muy clavados en la pantalla.

—El porno hetero no es mi preferido, pero el hombre me pone— admitió—Aunque soy más de actuar, no de mirar.

—Tranquilo, solo acaba de
comenzar— colocó su mano en su muslo y apretó levemente, haciendo que Taehyung se removiera en su asiento— Más tarde tendrás tu propia actuación.

—No, la quiero ahora— y tras esas palabras, se colocó sobre Jungkook, sentándose en su regazo.

—Eres un jodido insaciable, rubio— río y colocó sus manos en el culo de Taehyung, apretándole hacia él.

—Puede ser— también río y se acercó a sus labios, rodeando su cuello y comenzando con un beso lento pero húmedo.

Jungkook tiró un poco de su labio inferior, mordiendo para dar una lamida lenta. Las succiones se hacían más intensas más no con rapidez, pronto sus lenguas entraron en contacto; luchando para tener el control.

Jungkook mordió su lengua y Taehyung se separó unos pedimos centímetros con una breve risa.

—Eso es trampa— susurró coqueto.

—En este juego, todo es válido rubio—
ambos sonrieron y sus bocas entraron nuevamente en contacto.

La competición era constate, guerra por el poder.

Los gemidos de la mujer, la cual estaba siento follada con rudeza mientras el hombre seguía azotando una y otra vez el látigo en diferentes partes de su cuerpo; resonaban en el lugar, dando un ambiente caliente.

Taehyung comenzó a bajar sus besos, pasando por su barbilla y parando en su cuello; el cual besaba, haciendo que Jungkook suspirara y se aferrara más a su culo.

—¿Listo para tu propia actuación?— preguntó el pelinegro, agarrando el cuello de Taehyung para separarlo y obligarle a mirar sus ojos.

— Por supuesto.

La pantalla se apagó y todos salieron, ahora caminando y entrando a diferentes habitaciones.

Jungkook miró la que estaba frente a ellos y agarró a Taehyung de la muñeca para entrar en ella, dejando que el rubio visualizara el entorno primero.

Las paredes eran rojas y la iluminación oscura. En el centro había una enorme cruz de madera y de cada uno de ellos extremos; colgaban unas cadenas negras. A su lado; había una pequeña mesa negra también con repletos objetos en ella; látigos, vibradores, cuchillos, paletas de azotes, entre otros.

Jungkook cerró la puerta con seguro y se cruzó de brazos observando detenidamente a Taehyung, el cual se paseaba por la habitación.

—¿Crees que voy a dejarme atar por la persona que quiere asesinarme?— dijo Taehyung, pasando sus largos dedos por una esquina de la cruz. Desvió su mirada a Jungkook —¿Tan fácil te lo voy a poner?

Jungkook avanzó hacia él.
—Taehyung, no te esfuerces en creer que podrás vencerme, no de nuevo—
ambos comenzaron a dar vueltas en la cruz, mirándose.

—¿Resentido porque gané tu propio juego?— dijo con burla —Sabes que puedo hacerlo las veces que quiera.

Siguieron girando con lentitud y Jungkook chocó su lengua contra su paladar, creando ruiditos de negación
—Caerás a mis pies, rubio. Suplicarás por mi presencia, rogarás que te folle como solo yo sé, y entonces— giró un poco más, alcanzado a Taehyung y agarrando su cintura— Cuando no seas nada más que mi jodida sombra; te mataré.

Lo estrujó más contra su cuerpo y besó sus labios, Taehyung le siguió el beso instantáneamente, colocando una de sus manos en su cabello y con la otra, sin que Jungkook pudiera verlo; alcanzó la mesilla.

El beso se volvía más agresivo y cuando por fin pudo sostener el pequeño jarrón de cristal en el cual habían algunas flores; sus palabras salieron con rudeza.

— Veremos quién cae ante quién— dijo separándose levemente y alzando su mano; dándole con fuerza en la cabeza, haciendo que cayera al suelo totalmente  inconsciente.

DON'T MOAN [KOOKTAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora