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Un año atrás. . .
╾Hey, ¿Recuerdas cuando dije que yo también podía crear?╾ Como era de esperarse, aquél guardián habría ido a visitar a su nuevo "amigo".
╾¿A qué se debe el que vengas con eso?╾ Hablando tranquilamente, el más alto miraría al pintor que un par de segundos después de haber dirigido su mirada hacia el, notó que este no venía solo. Notó una pequeña criatura agarrarse de sus ropas y escondiéndose tras el, aparentemente por cierto temor que presentía dentro de su alma.
╾Ya lo verás. . .╾ Ink se hizo a un lado, dejando a la vista a la pequeña niña que lo acompañaba en esos momentos. Notó a aquella pequeña bastante parecida a Ink. Su cabello, sus ojos. . . totalmente diferente a la idea de lo que el tenía de un ser humano. ╾Vamos, preséntate.╾
Ink la miró sonriendo ligeramente, a la vez que palmeó un poco su cabeza para ayudarla a calmarse un poco. La "humana" por su parte tomó algo de aire, y bajó la mirada tímidamente.
Educada. Eso le agradó a Gaster. Por lo extremadamente joven que se veía, una idea cruzó por su mente.
╾Ink, ¿Hace cuanto que la creaste?╾
╾Ah. . .╾ El del pincel miró hacia el cielo, como si tratara de recordar. . . recordar cuanto tiempo estuvo con ella ╾Ah. . . bueno. . . por el tiempo que llevamos. . . ¿Dos días quizá? . . . eso creo╾
Ahí entendió un poco mejor la razón de la timidez de la chica, de seguro aún era algo nuevo el simple hecho de despertar y encontrarse con miles de mundos sin saber de nada de seguro sería abrumador. Y como si fuera un instinto propio, parece que sintió apego hacia la primera persona que vio, y claro, esa persona fue su creador.
Gaster se agachó, para quedar a la altura de la pequeña que seguro no superaba siquiera un metro de estatura.
╾¿Cómo te llamas?╾
La albina enseguida tomó la mano de su "padre", apegándose un poco a este. Ah. . . Era tan parecida a sus dos niños, quienes se encontrarían jugando no muy lejos de ahí. Después de un rato, esta habría contestado a su pregunta.
╾S. . . Saku. Me. . . llamo Saku╾
Vaya nombre le puso Ink. Se sintió ligeramente conmovido por la pequeña, quién pese a sus dificultades, trataba de dar lo mejor de sí para presentarse. . . y también por Ink, quién se veía realmente emocionado, al punto en que, como era de esperarse, vomitó chorros de tinta negra.
