Abuso || Tododeku

¿Segunda oportunidad?

Hola, hola. Este es el último capítulo. Que lo disfruten. Lean el aviso que hay al final, es corto no sean flojos jj.

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Al fin, su día había llegado. El día en el que diría un lo siento sincero, una disculpa llena de amor sincero.

Su cabello estaba acomodado justo como a Izuku le gustaba, y tenía uno de sus mejores trajes, solo para Izuku.

No podía mentir, estaba nervioso. Se preguntaba, ¿qué haría Izuku al verlo? ¿Lloraría? ¿Se iría corriendo? ¿Le golpearia?

Espero unos minutos antes de poder irse al lugar donde Izuku había citado. Estacionó su auto en alguna parte y después caminó dentro del parque buscándolo con la mirada.

Y ahí estaba él. Oh, mierda. Se veía tan lindo con ese suéter blanco, unos jeans negros y sus zapatos rojos que siempre acostumbraba a tener.

Su pancita ya crecida se veía debajo de aquella tela blanca. Se veía tan adorable con sus mejillas pecosas y su pelo revuelto gracias a el viento. Tenía ganas de estrecharlo contra sus brazos y besarle sin parar.

Lo examinó unos minutos, y cuando se llenó de valor fue con él; se sentó a su lado, sin invadir su espacio personal. Izuku no se había dado cuenta de su presencia, pues lo que veía era más interesante que la persona que se había sentado a su lado.

—Te extrañé, pequitas.

Izuku sintió un escalofrío recorrer por toda su espina dorsal. Sintió un frío extremo mientras el miedo le invadía.

Cuando lo volteó a ver, en sus pupilas se pudo mirar el miedo que le tenía a aquella persona que se sentó a su lado.

—Shoto.

Su garganta se secó al decir el nombre de la persona que más le hizo daño.

Shoto no se resistió más y lo abrazó. Quería fundirse en él y no soltarlo más. Sintió un vacío en su pecho cuando el cuerpo de Izuku se tensó.

—Izuku... Oh, mí Izuku. Perdóname por favor —Comenzó a decir con un nudo en la garganta, mientras sus lágrimas comenzaban a escurrirse por todo su rostro— No puedo estar ni un día más sin ti, te necesito.

No podía hablar, estaba demasiado asustado como para hacerlo. Estuvo callado aproximadamente un minuto y medio, y después dijo:

—¿Cómo sabías que estaba aquí?

—Denki me ayudó.

—Mierda, Denki. ¿Qué le pasa por la cabeza? —pensó Izuku, mientras se quitaba de aquel incómodo abrazo, después se levantó y comenzó a caminar lo más rápido que pudo. No estaría ni un segundo más.

Shoto tenía dos opciones, dejarlo y perder al amor de su vida o perseguirlo y aferrarse en tener una segunda oportunidad.

No lo dejaría. Se había dado cuenta a la mala que estar sin Izuku era su perdición. Le necesitaba en todos los aspectos. Fue atrás de él para alcanzarlo, y caminar a su ritmo y a su lado.

—Escúchame, por favor.

—No quiero. Aléjate de mí. No sé a qué vienes a buscarme y no quiero saberlo. ¿Vienes a golpearme acaso? Si es así creeme que jamás volveré a dejarme.

—No vengo a agrederte. Cambie, Izuku, cambie y está vez para bien.

—Me dijiste un sin fin de veces esas palabras que ahora son algo vacío. Ya no confío en ti.

—Por favor, Izuku. Dame la oportunidad de demostrarte que cambie. Tengamos una cita, por favor.

—¿Cómo estoy seguro de que ni me harás nada?